225. Relaciones de Jesús con Pedro y Juan.


225. Relaciones de Jesús con Pedro y Juan.
El paso de los siglos sobre la iglesia de Jesús ha dejado al descubierto que Pedro y Juan, representan dos etapas en El cristianismo, dos estrategias complementarias.  Dos estrategias para que los seguidores, al entenderlas, puedan ser vencedores, cuando sean asaltados y atacados en su fe. Estas dos estrategias se oponen a las dos estrategias secretas, también complementarias, que tiene el lado oscuro, que son los engaños de Luzbel y Pablo. Ellos dos se confirman y se apoyan en sus falacias el uno al otro.
Jesús reconoció que Pedro lo amaba más que los demás (Juan 21: 15), para que lo tuviéramos bien en cuenta, y no creerle a Pablo en sus epístolas pisoteando la autoridad de Pedro y su sabiduría de. El amor es sabiduría pura, por eso, según Jesús, Pedro que era el que más amaba a Jesús, obviamente estaba inspirado de una alta sabiduría. en lo referente al reino de los Cielos. Pedro fue el primero que reconoció que Jesús es el Mesías, y dice el evangelio que eso se lo reveló el Padre. Pablo está lejos de esa autoridad y trata, con sus enseñanzas, de desprestigiar a Pedro. 
Si para Jesús, Juan era su preferido, eso no es un adorno, no es un capricho, ni una frase exagerada. Es una señal de la más alta importancia, pues para los seguidores de Jesús, las enseñanzas de Juan han de ser las preferidas, para eso hizo Jesús esta señal.  Para que los seguidores del sendero vean primero las enseñanzas y escritos de Juan. Siendo ese punto de vista el principal al tratar de conocer a Jesús.
Estas relaciones entre Pedro, Jesús y Juan no son detalles sin importancia, son decisiones de Jesús, que definen la autoridad y misiones, de Pedro y Juan entre los doce.  Estas referencias no son tenidas en cuenta entre las naciones, porque las naciones han estado engañadas, extraviadas, seducidas, por las enseñanzas de Pablo, que los menosprecia en sus escritos.  A Pablo le fue dado hacer la guerra a los doce apóstoles y vencerlos, en las almas y en los corazones de los seres humanos, que, engañados, los menosprecian.


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