LA VERDAD ORIGINAL DE JESÚS
LIBRO
V
CAPÍTULO
22
DOS
IGLESIAS
OPINIONES
PASAJERAS Y VERDADES ETERNAS.
No todos
entienden esto, sino aquellos a quienes ha sido dado.
Estas verdades no
pretenden ser tenidas en cuenta por las multitudes.
Aquel que esté
buscando la verdad, cueste lo que cueste, les dará la debida consideración.
274.
En la misma iglesia hay dos iglesias.
A
la iglesia cristiana le sucede igual que a una persona. Está la iglesia
corporal, la de Pedro y Pablo. La que ven y creen que eso es todo. Y adentro de esa iglesia visible está la
iglesia protegida por Juan, invisible, mientras pasan los tiempos de las naciones.
Mientras pasan los tiempos en que aceptaron las palabras de Pablo como palabras
de Dios. Por eso se dice que está cautiva. Pero si la iglesia de Babilonia no
tuviera esa iglesia pura adentro no tendría vida. La iglesia pura es el alma de
la iglesia que idolatra a Pablo. Llegará el momento que la gran babilonia de
Pedro, secuestrado espiritualmente por Pablo, caiga estruendosamente y ya las
naciones solo necesitaran la iglesia de los cuatro evangelios, la iglesia
virgen, la novia del cordero.
Está
la iglesia virgen, la iglesia pura, la que sigue en pos de Jesús y de nadie
además de Jesús. Pero también está la
iglesia ramera, la que sigue en pos de Jesús y en pos de las enseñanzas de
Pablo. La iglesia del romano (Pablo), la que Pedro llamó la Gran Babilonia. Eso de “Gran Babilonia” es verdad, es
grandísima y en verdad sigue en pos de las enseñanzas sagradas de Jesús, pero
le han añadido palabras de hombres; se extraviaron. La iglesia ramera, tiene cautiva a la iglesia
virgen, a la iglesia pura. La ha tenido secuestrada, durante dos mil años. La
tiene prisionera, la ha pisoteado, mancillado, ofendido. Y los reyes de la
tierra, los magnates, los sabios, los líderes, han fornicado con la ramera sin
ver la verdad pisoteada en ella. Es como
si se hubieran confabulado todos en contra de la verdad de Jesús. Las dos iglesias son de Jesús, hablan de
Jesús, enseñan a Jesús, pero una es la puerta ancha y la otra es la puerta
estrecha, una es sendero amplio y la otra es el sendero estrecho.
Jesús
autorizó que a todos los cristianos les sean propuestos esos dos senderos, el
ancho y el estrecho, como si ambos llevaran al Cielo, como si ambos fueran
verdaderos. Para que todos sean libres de elegir el sendero a seguir al reino
de los Cielos. Todos creen servir a
Jesús, todos creen que serán recibidos en el Cielo. Pero dice Jesús que muchos,
es decir la mayoría, (los que se fueron por la puerta ancha), le van a decir
que hicieron milagros y profetizaron en su nombre. Le van a contestar seguros
que van derecho al Cielo. Y Jesús les va a decir que se engañaron aceptando
ellos mismos, libremente, sin que se las impusieran, las enseñanzas de Pablo,
como palabras de Dios. Les va a decir
Jesús que es por eso por lo que no los conoce. Que en verdad hicieron todos
esos milagros y profecías en su nombre, en la iglesia. Pero era la iglesia de
la Gran Babilonia, la ramera que tenía prisionera a la virgen. No eran
seguidores de la virgen pura, de la verdad pura. Habían adulterado su fe al
aceptar las enseñanzas de un hombre imperfecto (Pablo), como si fueran palabras
descendidas del Cielo. Las adoraron y las siguieron como palabras de Dios.
275.
Id por todo el mundo, predicando el evangelio.
El
que creyere y fuere bautizado, se salvará, pero el que no creyere se condenará,
según dijo Jesús (Marcos 16: 15-18).
Obviamente creer en Jesús no es solo decir que se cree. Pues creer en
Él, es hacer lo que enseñó Jesús que se debe hacer. Empezando por oír la voz de
los demás profetas y predicadores, pero no dándoles el atributo de ser palabras
de Dios. Pues solamente las enseñanzas de Jesús son palabras de Dios. Y Jesús
con nadie comparte su gloria. Si alguien va por el mundo enseñando palabras
humanas de Pablo, eso no es el Evangelio.
Según
Jesús, las enseñanzas de los demás seres humanos solo son pasajeras opiniones
humanas, con errores y verdades juntos. Es absolutamente necesario dejar de
lado como palabras de Dios, las enseñanzas de Pablo, para poder servir de
verdad al evangelio de Jesús.
Si
alguno me sirve que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi
servidor. Si alguno me sirve, mi Padre
le honrará (Juan 12: 20-26). Así enseñó
Jesús, cuando unos gentiles griegos deseaban conocer, de cerca, a Jesús y se
arrimaron a Felipe, a ver si Felipe los llevaba adonde Jesús. En esos gentiles griegos, estaba representada
la iglesia de Jesús de todos los pueblos, de todas las naciones. Gentiles a los
cuales fue enviado el apóstol Pedro y a los cuales ha extraviado Pablo, enviado
por su padre Luzbel, para ponerlos a prueba.
276.
El testimonio de Jesucristo es el espíritu de profecía.
Dice
el apocalipsis, que el espíritu de profecía es contar que el Mesías, en carne y
huesos, descendió a la tierra a enseñar palabras de vida eterna, de vida
perfecta. Palabras de perdón y reconciliación para poder llegar a ser hijos de
Dios. El testimonio de Jesús es pregonar
que nadie, además de ese Mesías, habla palabras de Dios. Porque nadie, además
de ese Mesías es Dios. Ese es el
perfecto y máximo espíritu de profecía, según las revelaciones del apocalipsis.
Espíritu de profecía, entonces, no es decir lo que sucederá un día por venir.
Ni lo es el descubrir los sucesos que estaban ocultos. no es descubrir los
errores ocultos de los demás seres humanos.
Profecía es hacer profesión de fe.
Ser testigo de Jesús de Nazaret y de nadie además de Él. Esto es ser un
verdadero profeta de Dios.
Valga
decir que todo verdadero testigo de Jesús no es testigo de Pablo. Todo
verdadero testigo de Jesús no dice que las palabras y enseñanzas de Pablo son
la palabra de Dios. Ser verdadero
profeta de Jesús, es saber la verdadera identidad de Pablo. Es saber que los
que dicen que las enseñanzas de Pablo son palabras de Dios, son seducidos y
extraviados por el falso profeta. Aquel que, durante dos mil años, sin ser
descubierto, ha hecho señales y prodigios delante de la bestia, para extraviar
a los moradores de la Tierra.
277.
Nadie es profeta en su tierra.
Si
un cristiano es testigo de Jesús y de nadie además de Jesús, si no toma como
palabra de Dios las enseñanzas de Pablo, no será profeta en su Tierra. Porque
la tierra toda esta seducida por las enseñanzas de Pablo. Aquel que desea
seguir el sendero de las enseñanzas de Jesús, no se deja condicionar por las
demás personas. Cuando alguien desea empezar a poner por obra en su vida los
principios de Jesús, los vecinos, familiares, amigos y conocidos, tratan de
condicionar su obrar (Mateo 10:36-38). El cristianismo no es como las personas
de afuera creen. Personas que no conocen bien las enseñanzas de Jesús,
pretenden que los cristianos hagan según ellos piensan.
278.
Sobre las muchas y repetidas oraciones.
Luego
que Jesús dijo que no orasen con vanas repeticiones, Pablo en sus escritos dice
que estén constantemente orando a Dios por su propia voluntad. Que lo hagan una
y otra vez como si Dios no hubiera oído. Jesús dijo que el Padre sabe lo que
todos los seres humanos, uno por uno, necesitan, sin necesidad de que alguien
le pida. Pues el Padre, aunque nadie le pida, a todos da las provisiones justas
para sus necesidades. A malos y buenos por igual. Fue Jesús, no cualquier profeta, el que
enseñó que los que crean de verdad, confían que el Padre da a todos lo que
necesitan. Que no es por mucho repetir oraciones que Dios los va a oír.
Es
Jesús quien sugiere a sus discípulos que oren pidiendo que venga el reino de
Dios. Que pidan a Dios perdón por los errores cometidos. Eso sí es
imprescindible que sea pedido, según Jesús.
Es Jesús quien enseñó que los seguidores del sendero de la verdad pidan
el Espíritu de Jesús. Que no estén haciendo peticiones pequeñas. Pues de todo
lo demás Dios mismo se encarga. Que siempre todo ser humano recibe más de lo
que merece y más de lo que necesita. Puesto que la justicia de Dios tiene un
elemento llamado misericordia. Jesús dijo que la misericordia se gloría de ser
superior al juicio. Por tanto, superior a la justicia, que es lo mismo.
Los
cristianos pueden percibir serenos y confiados, que el poder de Dios está
dirigiendo el universo entero a la perfección.
Pero los seguidores de Pablo se preocupan, pues Pablo les hace ver que
el universo está mal. Que la humanidad se está perdiendo por culpa de los que
no oran. Que es necesario hacer el trabajo de Dios, recordándole a Dios que es
lo que deseamos que Él haga y lo que Él debe hacer. Las enseñanzas de Pablo pierden la fe de sus
seguidores en el poder, en la sabiduría y en la presencia de Dios.
Pablo,
para sus seguidores, esas enseñanzas de Jesús, en sus vastas epístolas. Diciendo
que, si no oran, entonces no van a recibir el bien, sino el mal de Luzbel. Que,
si no oran, Dios va a permitir el mal sobre el mundo. Que depende de los
seguidores de Pablo, recordarle a Dios que no debe permitir a Luzbel hacer lo
malo. Sino recordarle lo bueno que Dios debe ordenar hacer. Que, si oran mucho
los seguidores de Pablo, las naciones tendrán paz. Pero si los seguidores de
Pablo no oran, entonces las naciones tendrán guerra y será culpa de los
seguidores de Pablo.
En
sus muchas instrucciones sobre la oración, Pablo, dice que, si no es por las
oraciones de los cristianos, Dios permitirá el mal sobre la humanidad. Que, por
lo tanto, es responsabilidad de los cristianos esforzarse mucho orando. Que no
es, entonces, como Jesús dijo, que los cristianos pueden descansar en Él,
confiando en su absoluto poder y en la bondad del poder de Dios. Dice Pablo a sus seguidores, que sufran
temiendo que el mal se va a infiltrar, por donde ellos menos piensan. Y se
infiltró en Pablo, por dónde menos se lo esperaban. Dice a sus seguidores, que
no es como dice Jesús, que todo lo que sucede, Dios lo autoriza en su
sabiduría, justicia y bondad. Dice Pablo,
que los seguidores del sendero de la verdad no pueden estar tranquilos, que no
pueden descansar.
Es
por esa confianza en el poder de Dios, que los seguidores de Jesús no tratan de
manipular la historia de la humanidad, con sus deseos y con sus oraciones. Fue mucho el daño que hizo Pablo, no con sus
enseñanzas verdaderas, sino con sus falaces enseñanzas. Las cuales han sido
infiltradas entre las enseñanzas de Jesús. Falacias que escribió Pablo a las
naciones para extraviarlas. Jesús dice,
a sus seguidores, que confíen en que se haga la voluntad del Padre. Pero Pablo
dice, a sus seguidores, extraviados del sendero de la verdad, que le digan al
Padre cual es la voluntad que debe hacer.
Las naciones andan como enloquecidas, agitadas, sin confiar en Dios. Las
naciones creen que deben recordarle a Dios sus deberes, debido al extravío de
las falaces enseñanzas de Pablo.
279.
Toda palabra es una oración.
Jesús
enseñó que de toda palabra ociosa que hablaren los hombres habrán de dar cuenta
el día del juicio. Pues por sus palabras han de ser declarados justos, o
condenados. Enseñó Jesús que de la abundancia del corazón hablan los labios,
pues el hombre bueno del buen tesoro de su corazón saca palabras buenas. Estas son enseñanzas de Jesús sobre la
oración, puesto que, según Jesús, no según Pablo, oras al leer, oras al oír,
oras al pensar, oras al hablar y oras al escribir. Oras también al soñar. No solamente se hacen oraciones cuando se
alaba a Dios, o cuando se le habla. Toda
la producción de palabras del ser humano es orar, las palabras que piensas, las
palabras que hablas, las palabras que escribes, las palabras que lees son tu
alma, son tu espíritu. Toda frase es una
oración, solo que la gran mayoría de las oraciones no son santas, ni son a
Dios, son oraciones profanas, oraciones paganas, oraciones mundanas
Es
tal la verdad de esa enseñanza de Jesús, dañada por las enseñanzas de Pablo,
que Jesús enseñaba que todo el que se irrita contra su hermano es reo de juicio.
Que todo el que odia es ya homicida. Que el que vea a una mujer deseándola solo
para su placer, pero no para reproducirse, ya adulteró con ella en su corazón. Es decir, que el juicio será sobre lo que
pensabas. No son los hechos, ni las
islas de tu pensamiento, las que tú llamas oraciones, lo que va a juzgar Jesús
el día del juicio en el Cielo. Sino todas tus palabras, deseos y pensamientos,
tus sueños y lo que decidiste oír.
Pablo,
cuyas enseñanzas son la abominable desolación, de unas palabras de hombre,
adoradas como si fueran palabras de Dios, usurpando el trono de las enseñanzas
sagradas de Dios, enseñó a orar como si solo al dirigirse a Dios directamente,
se orara, con lo cual tendió un lazo, una trampa mortal a todas las almas
humanas.
280.
¿Oras a muchos dioses sin darte cuenta?
Los
seguidores de Pablo, adoradores de palabras humanas, ingenuos, no creen que
todas las palabras y los deseos que se hallan en sus mentes, eso en sí mismo es
orar, a toda clase de dioses. No creen que se hacen idólatras sin darse cuenta,
extraviados por las enseñanzas de Pablo.
Creen que en sus mentes pueden hacer un paréntesis en sus palabras, que
pueden hacer una isla en sus pensamientos, para hablarle a Dios y que solo eso
es orar. Ni siquiera creen que escuchar
a Dios, o leer los evangelios es orar. Por eso incurren en el mucho hablarle a
Dios. No creen que durante todo el día
oran, no creen que incluso durante el sueño oran.
Que
realidad tan diferente tiene Jesús para mostrarte, después de los milenios de
las naciones, extraviadas por las falaces enseñanzas de Pablo. En el principio era el verbo. Todo se ha hecho con el verbo. Sin el verbo no se ha hecho algo de cuanto ha
sido hecho. Nosotros no somos carne, no
somos cuerpo, somos almas, conformadas por palabras, que fueron plantadas y
crecieron en los cuerpos. Por eso nuestra identidad no es la carne, sino las
palabras que oímos, pensamos y hablamos.
Por esto dice Jesús que, aunque nada material nos llevamos de este mundo
al más allá, las palabras que hablamos durante toda nuestra existencia, sí nos
las llevamos. Y por esas palabras, que son nuestra identidad, el Señor nos va a
declarar justos o nos va a condenar.
Al
hacerles creer Pablo a sus seguidores, que orar es una isla de palabras a Dios.
Formada en el mar de las muchas palabras del día de un ser humano, impide que
se den cuenta que toda palabra, toda frase, es oración. Y que, por lo tanto,
muchas de esas palabras y frases, son oraciones a supuestos dioses materiales o
a espíritus de maldad, odio, lujuria, ira, rencillas. Pablo extravió las mentes a sus seguidores, y
no ven que, durante todo el tiempo de sus vidas, son en sí mismos, una oración
a diferentes potestades espirituales.
Es
tal el poder del verbo, que Luzbel le decía a Jesús: “Si eres hijo de Dios
ordena” (Mateo 4:3). también enseñó
Jesús que, si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: vete
de aquí a allá, y se irá, y todo cuanto con fe pidiereis en la oración creed
que lo recibiréis y se os dará. La verdadera enseñanza de Jesús entonces es,
transformar todas las oraciones de nuestra mente, de todo el tiempo, en
oraciones lo más altas posibles, lo más celestiales posible, todo nuestro
hablar, todo nuestro oír, todo nuestro pensar. Para así dejar de orar a otros
dioses, a otras potestades espirituales del lado oscuro, del lado del mal.
281.
Cuando oren, no sean como los hipócritas.
A
los fariseos, Jesús los llamaba hipócritas, pues según Jesús, les gusta orar de
pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea.
Y dice Jesús que con eso ya tienen su premio.
Así enseñó Jesús en qué formas no orar. Pero Pablo, fariseo, ordenó que
las oraciones las hicieran sus seguidores, en ciertas posiciones corporales. Haciendo
a sus seguidores iguales a los fariseos, que son hipócritas. Como si Dios Padre
no oyera al hombre en cualquier posición corporal. Por eso ves que las personas oran de pie, que
alzan las manos. Todo esto por seguir, como si fueran verdaderas palabras de
Dios, las enseñanzas de Pablo. No oran
así por seguir las enseñanzas de Jesús. Ni porque le salga como algo natural.
Dios
oye todos tus pensamientos, desde el mismo instante que ellos se forman en tu
ser. Sin importar que estés acostado, sentado, de rodillas, parado. Aunque
estés en un bar, en un prostíbulo, en una letrina, en un lodazal, en medio de
cerdos, en el fondo del mar, en una cueva, en un lugar público, o postrado ante
el altar de un templo. Jesús te oye
donde estés y como estés. Jesús te oye
siempre, aunque no desees que te oiga. Aunque lo ofendas, Jesús te oye. Aunque
seas, por tus obras, de Luzbel. Jesús te oye, aunque asesines personas,
buscando que Dios te voltee su rostro, mientras estés vivo. Jesús te oye,
aunque desees ocultarte de Él. Jesús te oye siempre y siempre lo hace con misericordia,
sin excepciones.
Es
más, Jesús enseñó que cuando ores busca estar en un lugar a solas con él. Pero
es necesario recordar que, aunque estés en medio de una multitud, puedes estar
a solas con Dios y nadie más saberlo.
Si, dejas de lado las enseñanzas de Jesús, o las traspasas, entonces
haces como los hipócritas, que gustan ser vistos de los seres humanos. Todo lo
hacen para ser vistos de los hombres, como enseñó el más famoso fariseo, Pablo,
que sus seguidores hicieran.
282.
El don de lenguas.
Es
el que recibieron los doce apóstoles de Jesús después del día de pentecostés y
no hay otros dones de lenguas. Ellos
doce hablaban la misma lengua que hablaron siempre. Ellos doce no hablaban varias lenguas desconocidas
e ininteligibles. Ellos no hablaban una lengua diferente a su propia lengua. Pero
todos los seres humanos de diferentes naciones y lenguas entendían las palabras
que ellos hablaban. Es don de lenguas de origen celestial. El don de la lengua
universal de antes de la torre de Babel.
Pero
los dones de lenguas enseñados por Pablo, que son hablar un lenguaje extraño,
que los oyentes no entienden. No es hablar con los demás, es hablar solo el que
habla. Y la mayoría de las veces, el mismo que habla ni entiende qué es lo que
habla. Entonces eso no es don, es un peligro. Pues puede estar diciendo
palabras en contra de los que oyen, puede estar blasfemando del espíritu de
Jesús y los que oyen no saberlo.
A
tal punto es un engaño abierto, que muchos de los beneficiarios del supuesto
don de lenguas dado por el espíritu de Pablo, entran como en un trance. Y a
partir de una sola frase que repiten, una y otra y otra vez, pretenden que los
oyentes les crean que la misma frase dice muchas frases diferentes. Y aun así
los que dicen tener ese don y los que los oyen, no dudan de la veracidad de
esos supuestos dones. Es altamente
peligroso aceptar palabras que uno no sabe que es lo que dicen. Es necedad, es
insensatez, es ingenuidad. Eso no es el espíritu
de Jesús. Sino que son espíritus impostores, espíritus de Pablo. Pueden estar espíritus malignos en esas palabras,
que los oyentes no entienden. Y pueden decirles los falsos intérpretes,
mentiras sobre las palabras que oyeron en lengua desconocida. Y terminan
creyendo a cualquier espíritu.
Toda
esa descomunal fuente de engaño y mentiras sobre los dones de lenguas fue
sembrada en la huerta del cristianismo, desde el primer siglo, por Pablo, en
sus enseñanzas. Y todas las naciones se han extraviado, en pos del falso
profeta, que ha seducido hasta a los más eruditos, hasta a los más estudiados.
Como fue avisado que sucedería, que Pablo seduciría y extraviaría a las
naciones, con los prodigios que le fue dado hacer delante de la bestia. Por esa creación de Pablo, profetas de
espíritus desconocidos, hablan en lenguas extrañas, para que nadie entienda. Y
todos, tan ingenuamente, no escudriñan los espíritus a ver si son de Dios. Además, si no entienden que es lo que quiere
decir una frase en esa supuesta lengua, es imposible escudriñar ese espíritu.
Pablo
tomó la enseñanza de Jesús que dice, que los que creen hablarán nuevas lenguas.
Y a partir de esa enseñanza, creó muchas de sus enseñanzas sobre los dones de
lenguas. Aprovechó la posibilidad, no de unificar las lenguas, como hablaba
Pedro, una sola lengua que todos sí entendían. Sino que, por el contrario,
aprovechó para sus fines, la posibilidad de aumentar aún más, la confusión de
las lenguas. Aumentó la torre de Babel. Aumentó la imposibilidad de
comunicación entre los cristianos que le siguen. Aumentó la diversidad de
lenguas hasta introducir lenguas incomprensibles, lenguas engañosas. Lenguas de
las cuales no se puede fiar el cristiano, porque no se sabe que es lo que dicen
las personas en esas lenguas.
Todo
aquel que tenga el don de lenguas, hablará la lengua que los oyentes entenderán
como su propia lengua. Por tanto, no es que hablarán lenguas desconocidas, sino
que la misma lengua, es todas las lenguas. Y, por tanto, al ser oídos y
entendidos en diferentes lenguas a la vez, estarán hablando nuevas
lenguas. El don de lenguas es la lengua
perdida, la lengua creadora, la lengua celestial, el verbo eterno. Aquella que
hablan todos los que tienen fe verdadera, a tal punto que la muerte, las
enfermedades, las montañas, el viento y el mar les obedecen. Es esa misma
lengua.
Pero
hablar en lenguas desconocidas, para que otros no puedan entender, eso es nada
comparado con el verdadero don de lenguas. Nada vale comparado con el verbo
creador, con el verbo eterno, es falacia. Es engaño con el que Pablo ha dañado
a sus seguidores. Consiguiendo que no puedan conocer el verdadero don de
lenguas. Pues se conforman con la misteriosa falacia que tomaron por verdad. Siguen
lenguas que no se pueden entender, y que cualquier demonio puede hablar.
Lenguas que cualquier falso profeta puede traducir como si lo dicho fuera un
mensaje celestial, cuando en verdad pueden ser blasfemias en contra del
espíritu de Dios.
283.
Cuarenta días de ayuno.
Nacer
del agua representa algo más que bañarse en un río. Representa algo más que ser
rociado por agua. Dice Pedro que el agua
del bautismo nos salva como un antitipo. Como una señal del verdadero nacer del
agua preparada para los seguidores de Jesús.
Si alguien entiende la importancia del agua y la neutralidad del agua
cuando se trata de ayunar, puede abrir la puerta estrecha de los cuarenta días
de ayuno. Por esa puerta ya han entrado Moisés, Elías y Jesús. Ellos tres
tienen en común cuarenta días de ayuno y oración. Como consecuencia de ello, los tres tienen en
común que de ninguno de los tres hay tumba sobre la Tierra. Moisés dejó ir al pueblo para entrar en la
Tierra prometida. Y dice la escritura que Dios se encargó de él. El pueblo de Israel se despidió de Moisés, y
siguieron su sendero hacia la Tierra prometida, algo muy extraño. Lo mismo le sucedió a Elías, que fue llevado
al cielo por un carruaje de fuego, por lo cual no hay tumba de Elías. No hay indicio ni señal de la muerte de Moisés
y Elías.
Moisés,
Elías y Cristo, estaban el día de la trasfiguración juntos, hablando de la
partida de Jesús, que había de cumplirse en Jerusalén. Y hablaban delante de
Pedro, Santiago y Juan, que los oían sin poder entender en ese momento la razón
de ser de tan extraño encuentro. Quiere
decir la escritura, en su lenguaje de símbolos celestiales, que en el agua hay
un sendero, establecido por Dios para sus siervos. Un sendero de cuarenta días
de agua pura, un sendero de poder y de vida infinita. Muestra la escritura, que ellos tres, luego
de haber ayunado cuarenta días, eran poderosos sobre las fuerzas de la
naturaleza. Lo que ellos decían era obedecido por las nubes, por el agua, por
el aceite. Hasta la muerte obedecía a sus palabras, puesto que resucitaron
personas y no hay tumba de ellos.
Jesús
es Dios, pero Moisés y Elías solo son seres humanos. Tan sujetos a pasiones y
errores como cualquier humano, como Pablo.
Por esto sucedió que el día de la trasfiguración, mientras Pedro decía
que hicieran tres tiendas, una para Jesús, otra para Moisés y otra para Elías,
los cubrió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: “este es mi hijo, el
amado, a él oíd”. Y cuando la nube se desvaneció, ya nadie estaba al lado de
Jesús, pues ni Moisés ni Elías eran dignos de estar al lado de Jesús, luego de
esa frase del Cielo. Las palabras de nadie
deben ser oídas como palabras de Dios además de las de Jesús, Él es el único
camino formado en el agua, hacia el reino de los Cielos.
Debido
a las enseñanzas de Pablo y de sus seguidores, el mensaje de los cuarenta días
de ayuno y oración, que nace de las enseñanzas de Jesús, no ha sido aún
estudiado por los cristianos. Es uno de los mensajes más sublimes. Uno de los
mensajes superiores de Dios a los humanos. Pablo dice que los seres humanos no
deben tomar agua porque es mala para el estómago. Lo cual ha sido tomado como
palabras de Dios mismo. Una sola frase
de un ser humano, una opinión humana, sujeta a errores, ha desviado del sendero
a miles de millones de humanos. Esta desafortunada
enseñanza ha impedido que por siglos los cristianos entiendan que para ayunar
pueden beber agua, pues de agua estamos formados. Un ser humano no aguanta cuarenta días de
ayuno sin beber agua. A lo sumo el ser humano dura sin beber agua unos veinte
días, a menos que medie algún milagro que le de vida sin agua.
284.
La lámpara del cuerpo es el ojo.
Cuando
Moisés descendió del monte, luego de haber ayunado cuarenta días por segunda
vez, su rostro era todo resplandeciente. Y tuvieron que ponerle los hijos de
Israel un saco para que no los encandilara.
Jesús, Moisés y Elías, que ayunaron 40 días, estaban radiantes durante
la transfiguración, sus cuerpos resplandecían.
Si una persona ayuna largos períodos empieza a ver luces, esta es otra
enseñanza de Jesús sobre lo bienaventurados.
Si tu ojo es puro, enseñaba Jesús, todo tu cuerpo resplandecerá, como
cuando una lámpara te ilumina. A través
de nacer del agua el cuerpo se purifica. Por eso decía la escritura que del
costado de Jesús salió sangre y agua, y este es un gran misterio no descifrado
aún. Esta enseñanza de Jesús es profunda e ilumina el sendero de los seguidores
de la verdad. Según Jesús tu cuerpo
ilumina en verdad y no es juego, no es poesía, ni es exageración de Jesús.
285.
Del costado de Jesús, salió sangre y agua.
“Pero
uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió
sangre y agua. Y el que lo ha visto ha
dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad,
para que vosotros también creáis” (Juan 19: 34-35).
Esta
frase del evangelio de Jesús según Juan, en sí misma está diciendo que ella
guarda un misterio, que ese misterio ha sido falseado y que a aquel a quien le
sea revelado el misterio comprenderá algo reservado desde la eternidad. También en una de sus epístolas, el apóstol
Juan, escribe así: “Él es el que vino por el agua y por la sangre. No solo con agua, sino con agua y con
sangre. Y el Espíritu es el que da
testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Porque tres son los que dan testimonio en el Cielo: el Padre, el verbo y
el espíritu de Jesús, y estos tres son uno.
Y tres son los que dan testimonio en la Tierra: el Espíritu, el agua y
la sangre, y los tres concuerdan (1ª de Juan 5: 6-8). Toda esta escritura
sublime, toda esta señal se perdió por siglos, debido a las enseñanzas de
Pablo, con sus mensajes sobre el agua, como un mal elemento para el cuerpo
humano. Una sola frase de Pablo a uno de
sus discípulos ha extraviado a miles de millones de seres humanos, del sendero
de la verdad dejado por Jesús, en sus cuatro evangelios.
Si
dejamos de lado las enseñanzas de Pablo, el verdadero cristianismo ilumina el
alma de los creyentes, y en verdad Jesús hace así nuevas todas las cosas según
su promesa. Que daría libertad al pueblo de Dios, a los hijos de su palabra,
que un día saldrían en paz de la cautividad de la Gran Babilonia espiritual, la
de las enseñanzas de Pablo. Ese que ha sido el falso profeta, que ha seducido y
extraviado a las naciones, durante estos dos mil años, con las señales y
prodigios que le fue dado hacer delante de la bestia.
286.
Dios llenó de bienes a los hambrientos.
Y
a los ricos los despidió vacíos. Esto
los profetizaron tanto David (Salmos 107:9), como María, la madre de Jesús
(Lucas 1:53). Si la vida infinita y el
poder sobre las fuerzas de la naturaleza, la hallan los que nacen del
agua. Si la vida plena de poderes es
ajena a los cuidados del cuerpo, a los alimentos, a las vitaminas y las
proteínas. Solo así se comprende la justicia de Dios en todos los seres humanos.
Solo así se nota que en verdad los últimos son los primeros. Solo así se
entiende que no hay injusticia sobre la tierra. Cuando muchos, por malos medios
obtienen los bienes materiales y se enriquecen, mientras que los pobres
aguantan hambre, lejos de la posibilidad de alimentarse y darle a sus cuerpos
los nutrientes que dan por hecho que necesitan.
La
vida infinita y el poder sobre las fuerzas de la naturaleza, la tienen los
bienaventurados (Mateo 5: 3 y 6) (Lucas 6: 20-21) que padecen hambre y sed. Entonces
Dios sí ocultó la gran sabiduría a los que se creen inteligentes y la dio a los
humildes de la tierra (Lucas 10: 21-23).
Entonces Dios sí castigó a los potentados, a los avaros, a los
codiciosos, alejándolos cada vez más de su puerta a la vida infinita y al poder
sobre las fuerzas de la naturaleza. Así
y solo así, si se entiende el evangelio de Jesús que proclama como bien
aventurados a los que tienen espíritu de pobres, según Mateo y bienaventurados
los pobres según Lucas, a los que tienen hambre y sed.
Cuán
oculto a los maestros como Pablo. Cuán oculto ha estado, por siglos, el
verdadero poder de Dios. Cuán oculta ha estado siempre para seguidores de Pablo,
la verdadera sabiduría que desciende del Cielo.
Cuán cierta, cuán verdadera la sentencia de Jesús, cuando enseñaba que
los que quieran salvar su vida la perderán.
Si
el sendero de la vida infinita y el poder sobre las fuerzas de la naturaleza
está en nacer del agua a través del ayuno cuarenta días, cuán lejos de la
sabiduría estaban las enseñanzas de Pablo. Aquellas sobre el agua, sobre el
ayuno y sobre la alimentación. Y cuán acertados fueron los juicios de la virgen
y de David cuando proclamaron que Dios llenó de bienes a los que tienen hambre
y a los ricos los despidió vacíos. Cuán
grandes sorpresas vienen de parte de Dios para los seres humanos. Cuán acertada era esa enseñanza de Jesús
cuando decía que vendan sus bienes y denlos en limosna, hagan bolsas que no se
gastan, tesoro inagotable en el cielo, donde ni la polilla ni el orín los corroen,
ni los ladrones horadan ni roban, porque donde este tu tesoro allí estará tu
corazón.
287.
Reproducción humana según Pablo.
Las
enseñanzas de Pablo sobre la reproducción humana son un lazo de cazador para
sus seguidores. Ellas consiguen
adulterar muchas de las enseñanzas de Jesús en las mentes de los cristianos. Porque
ignoran que Pablo es el falso profeta.
Esas enseñanzas, hacen que los seguidores de Pablo nunca lleguen a
perfeccionarse en lo de la continencia, que es un tema trascendental. Tema que
ha sido adulterado por las enseñanzas de Pablo, en sus seguidores, para
extraviarlos del sendero de la verdad.
“Si
se va a quemar que se case,” enseña Pablo. ¿Qué es eso? Eso, a todas luces no son palabras del Dios
todo poderoso. Pablo también dice que,
si una mujer no se acuesta con su esposo, para darle placer carnal muy seguido,
él se va a ir donde otras mujeres. Va a buscar más placer carnal en otras
mujeres. Pablo dice que, si el esposo no está dándole placeres carnales a su
mujer, ella va a buscar a otros hombres. Para que la hagan sentir más placeres
carnales. Lo que hace Pablo, es poner lazos y trampas, llenar de miedo y de
inseguridad el lecho conyugal. Pablo hace que el lecho conyugal sea un campo de
errores. Hace que todos los lechos conyugales de su Gran Babilonia espiritual
sean como La Gran Babilonia es, lujuria desbordada. Para que los hijos de Dios
sean extraviados del sendero de la sabiduría de Jesús. Por eso los lechos conyugales se coinvierten
en una fuente de conflictos permanentes, frutos de la carne, por las pasiones
carnales exaltadas.
Queda
en el lecho conyugal, cuando es guiado por las enseñanzas de Pablo, un temor
porque la pareja no se vaya a conseguir más placeres afuera. Una trampa sin
final, una escalada de placeres, todos aprobados por la supuesta palabra de
Dios. Por la impostora palabra de Pablo. Cuando en verdad Jesús dijo enseñanzas
que contradicen esas sutiles falacias de Pablo.
Queda en el ser humano un temor que no permite que la pareja halle una
vida sosegada, a los ojos de Dios, no a los ojos de los hombres. Queda la
destrucción del pilar fundamental del cristianismo verdadero, que es la
negación de uno mismo. Que es el crucificar la carne con sus placeres. Nada más
y nada menos, quedan las parejas a merced de espíritus de lascivia y de lujuria.
Pablo
es esa Jezabel, la que a sí misma se dice profetiza, pero que incita a los
siervos de Dios a fornicar y a idolatrar, según dice el apocalipsis. Pablo, es la meretriz que, cabalgando sobre
la bestia durante dos mil años, se ha embriagado de la sangre de los cristianos.
Asesinando sus almas sin misericordia al extraviarlas solo un poco del sendero
de la verdad, y no se dan por enterados.
288.
Los hijos de Dios no nacen por voluntad humana.
El
evangelio de Jesús está escrito desde la eternidad, para guiar a los seres
humanos hacia la vida infinita. El
evangelio de Jesús no son normas para vivir y quedarnos en esta Tierra
disfrutando placeres. El evangelio de
Jesús es para los que deseen ir hacia la vida eterna, en el reino de los
Cielos. El evangelio de Jesús fue
escrito para ser recibido y entendido por los hijos de Dios. No será recibido ni entendido, por hijos de
la carne.
Sobre
el tema de la reproducción humana, según el evangelio de Jesús, no según las
falaces enseñanzas de Pablo, se empieza por saber que Jesús es hijo de una
mujer virgen. Que no nació de un acto carnal, ni mediaron placeres carnales en
sus padres, para su fecundación. No fue
importante la reproducción humana y mucho menos sus placeres, para que este ser
humano, el hijo de Dios hecho hombre, llegara a la tierra. Así mismo Jesús, no le dio ni la más mínima
importancia a reproducirse en la carne, y jamás habló de sus placeres. Menos
aun cuando su vida estaba regida por el servirle a los demás. Por eso vemos que Jesús no tuvo novias, ni
mujer, ni tuvo hijos de la carne. Sin embargo, hoy en día hay más de dos mil
millones de seres humanos que dicen ser hijos de Él, engendrados por sus
palabras.
Para
entender que los hijos de Dios no nacen de voluntad de varón, es necesario
tener en cuenta, que los hijos de los seres humanos no son la continuación de
sus padres, como muchos creen. Sino que los hijos de los seres humanos son
seres humanos independientes. Aunque hayan copiado de sus supuestos padres
algunos códigos genéticos, aunque sean muy parecidos a sus padres
terrenales. Pero los hijos espirituales
de Jesús sí son la continuación de su Padre celestial. Se entiende que es más importante ser hijo
espiritual de Jesús que ser hijo de la carne de algún ser humano.
Esos
supuestos padres, de hijos terrenales, en verdad, nada hicieron para crear a
los que llaman sus hijos. Pues hasta las mismas semillas que puso el supuesto
padre en el vientre de la madre, no eran de él. No las había creado el llamado
padre, sino que son unas semillas celestiales, creadas por Dios. Puestas en el
cuerpo del supuesto padre, para que la humanidad tenga la probabilidad de
multiplicarse sobre la tierra. Por eso
los hijos no son propiedad de los padres, ni nacen de los padres, ni son la
continuidad de los padres. Pues todo ser humano que llega a la tierra fue
creado por Dios, invitado por Dios a habitar este planeta. En las
circunstancias que Dios decidió darle y durante el tiempo que Dios le haya dado
de vida sobre la Tierra. De entre la
comunidad de esos seres humanos, creados todos por Dios, es que nacen, por la
palabra viva de Jesús, los hijos de Dios (Juan 1: 12-13).
289.
Madre virgen y palabras puras se relacionan.
Isaac
nació de una mujer estéril y además era una anciana. Jacob nació de una madre estéril. José el hijo de Jacob, también nació de una
madre estéril. Samuel, también nació de
una madre estéril. Sansón también nació
de una madre estéril. Tanto las mujeres
estériles como las mujeres vírgenes no pueden tener hijos, pero así y todo
tuvieron hijos. Esos profetas famosos,
nacidos de mujeres estériles, y Jesús, nacido de una virgen no nacieron por
voluntad de varón, sino por voluntad de Dios
Todas
las mujeres estériles que sí tuvieron hijos en el antiguo testamento son la
señal, son el aviso de aquella mujer que no podía tener hijos, por ser virgen,
y así y todo tuvo al Mesías de Dios, a Jesús. El único hijo de Dios, único
Mesías, único autorizado para traernos palabras verdaderamente de Dios. Palabras
absolutas, diferentes a las palabras y enseñanzas de todos los demás seres
humanos. Si aparte de Jesús otros
hubieran hablado palabras de Dios, entonces sería innecesario que viniera Jesús
de una mujer virgen, pura, que Jesús no naciera del placer carnal, ni de la
pasión, ni de la voluntad de varón. Si iba a ser tenido por uno más de los
seres humanos. Hay una relación directa
entre haber nacido de una virgen y que las palabras de Jesús sean puras, las
únicas puras, pues él es el único que ha nacido de una mujer virgen.
290.
Mateo 19: 11 (No todos entienden esto).
Jesús
se hizo como eunuco a sí mismo, vivió como si fuera eunuco. Sin pasiones, ni
placeres carnales. Pero sin pretender que todos deban vivir como si fueran
eunucos. Sino aquellos a quienes les fue dado entender. Por eso los sacerdotes de la iglesia de Roma
en un momento dado de su historia, hace unos mil años, entendieron que no
podían ser maestros del cristianismo si ellos no entendían esto. Por lo cual
crearon y aceptaron, solo para ellos, el celibato, no para los demás. Pues no
todos entienden esto, sino aquellos a quienes ha sido dado. Y hasta el final
será así: no todos lo entienden.
Pero
no por eso quiere decir que no sea verdad, o que Jesús no lo haya dicho, o que
estas palabras de Jesús no sean para todos los tiempos y que no pasarán. Obviamente esta enseñanza un poco más
profunda de Jesús es el punto más alto de la negación de un ser humano. Es la
real crucifixión de la carne y sus pasiones, es la perfección de los que desean
de todo corazón, servirle a Jesús.
Según
Jesús solo entienden esta enseñanza aquellos a quienes ha sido dado del Cielo
entenderla. Para entender verdades un
poco más profundas en el cristianismo, es necesario tener en cuenta todas las
enseñanzas de Jesús, sobre este tema de vital importancia. Sobre la
reproducción de la especie humana, cuando se consuma conforme al agrado de
Dios. Pero es necesario no añadirle las enseñanzas de Pablo a las enseñanzas de
Jesús. Para poder entender es necesario
añadir las palabras de nadie a las de Jesús. Es necesario ver las enseñanzas de
Jesús juntas y permitir que el Espíritu de Jesús, (no el de Pablo), diga cuál
es la enseñanza que no todos entienden, sino aquellos a quienes ha sido
dado. Obviamente solo los que sean, de
verdad, discípulos de Jesús, van a entender estas enseñanzas, que están, y
estarán ocultas a las mentes de la mayoría de los seres humanos. Pero si eres maestro de la palabra de Dios,
en alguna de las muchas denominaciones y sectas de la gran iglesia mundial de
Jesús, tienes que entender. No puedes no entender esto. ¿Cómo puedes ser maestro de algo que no
entiendes? ¿Eres Maestro en Israel y no
entiendes esto? (Juan 3:10).
291.
Los ciento cuarenta y cuatro mil que sí entendieron. (Apocalipsis 14:4)
Esos
ciento cuarenta y cuatro mil, que le mostró en visión el ángel a Juan, son
vírgenes. “Son los que no se contaminaron con mujeres”. Son los que acompañan
al cordero adonde quiera que va. Son lo más seleccionado de entre todos los
seres humanos que consiguieron entrar al reino de los Cielos. Que sean vírgenes, no es un capricho de Dios,
ni es una irracionalidad del Cielo.
Obviamente estos ciento cuarenta y cuatro mil, antes de corromperse con
los placeres carnales, si entendieron la enseñanza de Jesús en Mateo 19:11,
aquella que no todos entienden.
¿El
apocalipsis fue escrito por alguien a quien no le gustaban las mujeres? o ¿Esta
de los vírgenes, es una enseñanza muy profunda? ¿No todos entenderán a estos
vírgenes, como a aquellos de lo que a sí mismos se hicieron eunucos, como se
hizo eunuco Jesús, por amor del reino de los Cielos? ¿Será que las mujeres por
sí mismas son malas, por lo que los que no se contaminen con ellas serán lo
mejor del Cielo? ¿Entonces ninguna
mujer, por el solo hecho de ser mujer, estará entre los ciento cuarenta y
cuatro mil? ¿El ser mujer entonces ya de
por sí es una condena en sí mismo? Tal
vez innumerables mujeres estarán entre los ciento cuarenta y cuatro mil, que no
se contaminaron de mujeres.
Tal
vez el ángel que le reveló a Juan la identidad de los ciento cuarenta y cuatro
mil, no se refiere a la condición de mujer en sí misma. Sino que se refería al
uso del cuerpo humano no como un campo de placeres de los órganos de los
sentidos. Los ciento cuarenta y cuatro
mil no entregaron sus cuerpos a las adulteraciones del orden natural de la
reproducción. Ni a la sensualidad. Ni una sola vez. Son los más puros. Sus
vestiduras no estaban manchadas, como las de la inmensa mayoría de seres
humanos.
Pablo
con sus sutiles enseñanzas, algunas de las cuales son trampas para el alma,
lazos de sensualidad, hace que los cristianos no tengan en cuenta estas
enseñanzas de Jesús. Enseñanzas vitales, para que todo cristiano sea llevado
por el Espíritu, hacia la continencia de la carne. Hacia la renuncia voluntaria
de los placeres carnales, que es la negación de sí mismo, que es la crucifixión
de la carne y sus placeres. Sin lo cual no es posible ser tomado como verdadero
discípulo de Jesús. Jesús lo enseñó en su evangelio, cuando dice que, si el ser
humano no se niega a sí mismo, si no toma su cruz cada día y lo sigue a Él,
entonces, que no se engañe, pues no es digno de ser llamado su seguidor.
Si
un cristiano se engaña a sí mismo, creyendo que también las enseñanzas de Pablo
son palabra de Dios, con igual valor que las enseñanzas de Jesús, ese cristiano
por ningún motivo va a buscar la continencia. Pues en esas enseñanzas de Pablo
se incita a los cristianos al placer carnal, se incita a la incontinencia, para
atender a la pareja en los placeres. No importando para Pablo, que con ello
incita a adulterar el orden natural de la reproducción. Razón por la cual las
personas llegan a la Tierra y hallan a todo el mundo de acuerdo en los placeres
carnales, no crucificando sus cuerpos en la cruz. Es todo un complot mundial en
contra del porvenir de la humanidad.
292.
¿En maldad fuimos formados y en pecado fuimos concebidos? (Salmo 51: 5)
¿Sería
que David estaba reconociendo que su madre de era de costumbres libertinas, o
que su madre le había sido infiel a su marido?
¿O más bien, están diciendo las palabras del salmo, que a los ojos de
Dios los seres humanos, en el momento de consumar los actos de la reproducción,
sin el deseo de reproducirnos, al estar llevados solo por los deseos carnales,
adulteramos en algo el orden natural de la reproducción humana y que por eso
era por lo que Jesús nos llamaba a todos, sin excepción, generación adultera?
Todo
el que vea a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón, dijo
Jesús, confirmando las enseñanzas, un poco profundas, del salmo, y esto no ha
cambiado. Vemos que adulterar,
adulterio, en términos de reproducción, es cambiar el orden natural de la
reproducción, es hacerlo por placer y no por desear traer hijos al mundo.
¿Todo
el que vea a una mujer deseándola ya adulteró con ella en su corazón, Excepto
la propia mujer? ¿Por qué Jesús no
especificó que la propia mujer si la podías desear cómo quisieras? ¿Por qué esa frase fue general y a nadie
excluyó? ¿Sería que a Jesús se le olvidó
hacer algunas excepciones o Jesús se equivocó en esa frase? o ¿Sería por eso por
lo que el profeta David dijo que en pecado fue concebido? ¿Sería por eso por lo que Jesús decidió venir
a este mundo a través de una concepción virginal? Obviamente estas verdades celestiales no
hallan gracia a los ojos de todos, sino que solamente las entienden aquellos a
quienes ha sido dado.
¿Según
esto, están diciendo las sagradas escrituras, que no se puede tener relaciones
carnales entre hombres y mujeres porque son pecado, porque son maldad? ¿Entonces las enseñanzas de Jesús estarían
diciendo que nadie debe tener relaciones carnales? ¿Cómo se garantizaría la supervivencia de la
población mundial, si los hombres y las mujeres no pudieran hacer algo que les
fue dado naturalmente, pero un Dios contradictorio, les prohibió hacer porque
lo considera malo?
En
realidad, Jesús tenía razón cuando dijo que no todos entienden esto. Si un hombre ve a una mujer, y en su corazón
la ve hermosa y desea hacer un hijo con ella, para Dios todo está perfecto, no
hay ni el más mínimo error, así es de su agrado. Pero si un hombre ve a una mujer y la desea,
pero no desea hacer un hijo con ella, está adulterando el orden natural de la
reproducción. Solo la desea para darse placeres, con órganos que Dios creó, no
para el placer sino para que la humanidad se multiplique sobre la Tierra. Eso
es adulterar el orden natural, y por eso se llama adulterio, según las
enseñanzas de Jesús. A su vez, una mujer
que desea que un hombre la tome por mujer y desea que haga con ella los actos
de la reproducción, pero no desea tener hijos como consecuencia de esos actos,
eso es adulterar el orden natural de la reproducción. Algunos entenderán, y en
ellos la humanidad hallará su sendero hacia la eternidad. Son datos y hay que
darlos.
293.
El delantal cosido por Adán y Eva.
¿Qué
problema sucedió en verdad entre Adán y Eva, estando ellos dos solos en el
paraíso terrenal? ¿Qué obra hicieron tan
grave ellos solos, para que perdieran el estado de gracia natural en que se
hallaban? ¿Por qué se sintieron desnudos
y se apresuraron a coser unos delantales de hojas silvestres, para cubrir sus
órganos genitales? ¿Fue por casualidad? ¿Por
cuál razón Dios, luego del supuesto pecado de soberbia, que dicen los teólogos,
no les hizo entonces tapabocas, o tapa orejas, o sombreros que les taparan las
mentes? ¿Si el pecado era de soberbia, por qué ellos no se cubrieron el rostro
o el corazón? ¿Por qué Dios no les hizo
anteojos, aretes, narigueras, guantes o
zapatos, algo acorde con el lugar de sus seres, donde residía el supuesto
pecado? ¿Por qué les hizo unos vestidos para remplazar los delantales que ellos
ya habían cosido, luego del supuesto error de ellos y luego de que, por ese supuesto
error, se sintieran desnudos y avergonzados?
¿No
avisa esto sobre la parte del cuerpo en que se centraba el supuesto error,
donde residió el supuesto epicentro de la adulteración del orden natural? ¿Por qué, para la gran mayoría de los seres
humanos, la desnudez es, sino mala en sí, por lo menos muy inquietante,
causante de múltiples y muy encontradas emociones, algo que no es absolutamente
natural? ¿Por qué los seres humanos,
pareciera que vienen incompletos, y al llegar a la Tierra reciben vestidos,
para cubrir su desnudez, mientras que todos los demás animales están tranquilos
desnudos? ¿por qué la desnudez está
ligada a no exhibir los órganos reproductores, o las partes del cuerpo que
tienen que ver con la reproducción únicamente?
Es
necesario escudriñar y no tragar entero.
¿Por qué parece ser, que le sirve más al tentador el uso de los vestidos
humanos, siendo más deseados para el placer, los órganos del cuerpo humano que
están ocultos, que los órganos que están expuestos a la vista de los demás? Pero si estas reflexiones, que todo ser
humano debe hacerse, no son suficientes para saber, que la humanidad tiene
asuntos de fondo que resolver todavía, con respecto a los órganos
reproductores, asuntos que permanecen cubiertos, es más diciente la innegable y
extraña alianza que Dios hizo con Abraham: la circuncisión.
294.
La circuncisión.
La
señal de que el varón israelita tenía esa alianza sellada con Dios, alianza que
daba el privilegio de ser el pueblo elegido de Dios, algo que los demás pueblos
no podían entender, esa alianza de Dios con los hombres se sellaba cortando una
parte del cuerpo, no cualquier parte sino justamente ahí, en el prepucio.
¿Dios
eligió ese punto del cuerpo humano para cortar algo, por azar o por
capricho? ¿Sobraba algo en el cuerpo del
varón, que la alianza era cortando alguna parte del cuerpo? ¿Es eso en sí mismo un mensaje? ¿Algo está de más y hay que cortar? ¿Por qué quitarle algo al cuerpo perfecto que
Dios creó, justamente en los que tenían una alianza con el Creador? ¿Qué
relación tiene la circuncisión con la sentencia de Jesús, que todo aquello que
te lleve a pecar, córtatelo y arrójalo de ti, pues más te vale llegar mutilado
a la vida eterna, que intacto llegar al fuego eterno?
Todas
esas señales muy dicientes vienen de la historia del pueblo de Dios, el pueblo
supuestamente siempre santo, siempre separado de los demás pueblos. Pueblo que supuestamente
entendía cosas que los demás pueblos no entendían. Esas señales dicen que la
humanidad, debido a extravíos muy antiguos, que se hallan también en las
enseñanzas de Pablo, ha traspasado las enseñanzas de Dios. Han sido seducidos,
han sido incitados a la lascivia y a la lujuria, y han tomado esas incitaciones
como palabras de Dios mismo.
No
fueron engañados por los errores los seres humanos, sino que los seres humanos
se engañaron a sí mismos con los errores que hallaron. No reconocieron los seres humanos, la verdad
en medio de las falacias, que Dios autorizó que les fueran dadas, para que toda
alma sea probada, antes de ser aprobada. Para que todo ser humano, aún sin
darse por enterado, pueda hacer uso del libre albedrío que Dios le concedió
tener.
295.
Misericordia de Dios hacia las debilidades.
El
Padre celestial, aunque es padre, no tuvo a su hijo con una esposa, por lo que
el Hijo unigénito de Dios no tuvo una madre celestial. El hijo de Dios tuvo una madre terrenal y un
padre celestial. El padre celestial no
necesitó reproducirse para tener el Hijo de Dios. Sino que lo tuvo en el Cielo,
solo, igual que lo tuvo María en la tierra, sola, sin un hombre que la
fecundara, siendo fecundada por el espíritu de Jesús. Jesús no se casó, Jesús no tuvo hijos
físicos, aunque con sus enseñanzas, dice tener más o menos, dos mil quinientos
millones de hijos espirituales, dos mil años después de su partida. Jesús es misericordioso con los errores
humanos, por razón de su perfección.
El
Padre es misericordioso con los errores humanos en la reproducción de la carne.
Para Jesús, las debilidades carnales son menos importantes y graves que para
nosotros. Pues Jesús es un ser puro y sabio. Esas dos virtudes lo hacen muy
comprensivo y misericordioso. Todo
cristiano, al hallar la sabiduría, también es muy comprensivo con respecto a
las debilidades carnales de los que lo rodean.
Contrario a lo que se lee en las enseñanzas de Pablo, donde acusa a los
pecadores y hace escarnio público de ellos.
Por lo que se ve que, en las iglesias, sus seguidores copian el mal
ejemplo sembrado con maestría por Pablo. Iglesias en las cuales los que se
dicen líderes, no limpian a las ovejas que se ensucian, ni curan las heridas de
las que se caen. No les perdonan a las ovejas sin hacer escándalos públicos. Sino
que, mal aconsejados por Pablo, las regañan, las acusan, las critican, las
señalan, las apartan, las expulsan. No es la iglesia de Jesús, es la de Pablo.
Es
tan poca la importancia que Jesús le da a la reproducción humana, y sus
errores, en comparación con la altísima importancia que le da la humanidad en
general, que enseñó que una mujer que tuvo seis esposos, aquí en la Tierra,
cuando esté en el más allá, ni se va a acordar de quién era esposa, ni le dará
importancia. Ella no tendrá los problemas de decidir de cuál de los seis será
esposa en el Cielo, puesto que allá no hay esposos ni esposas.
Jesús,
por su misericordia, por su sabiduría, por su virtud, perdona nuestras
adulteraciones al orden natural de la reproducción. Tal cual le dijo a la mujer
sorprendida en flagrante delito de adulterio. Aquella que los ávidos fariseos
deseaban apedrear. Eso fue lo que enseñó
Pablo que sus seguidores acusen a nivel espiritual, que juzguen a los demás. Que
los estén regañando, como si fueran superiores, como si pudieran tirar la
primera piedra. Mientras Jesús enseña a condenar a nadie, a ser misericordiosos
y a ayudar en vez de rechazar a los más débiles de la carne. Jesús por eso era por lo que decía que las
meretrices iban más fáciles al reino de los cielos que los fariseos.
296.
Pablo establece diferencias entre hombres y mujeres.
¿Por
cuál razón las mujeres no tenían que cortarse algo de su cuerpo, para
pertenecer al pueblo de Dios? ¿Por cuál
razón las mujeres no participaban directamente en la alianza de Dios con el
pueblo de Israel? ¿Por cuál razón las
mujeres no eran tenidas en cuenta en el pueblo de Israel? Según las enseñanzas
de Pablo, continuando con los errores del pueblo de Israel, el Padre celestial
no ve iguales a los hombres y a las mujeres. Por lo que, en sus epístolas,
Pablo dice que las mujeres son inferiores o son impuras. Que no pueden enseñar
la palabra de Dios. Que las mujeres se salvarán por la crianza de los hijos (1ª
a Timoteo 2: 8-15).
Pablo
no ve dignas a las mujeres, las cuales, según sus enseñanzas, deben quedarse
calladas, sujetas, obedeciendo. Las mujeres no pueden entrar al templo con la
cabeza descubierta. Y las acusa de haber sido las culpables de la caída en el
paraíso. Enseñanzas que jamás saldrían de Jesús. Que no son palabra de Dios. Sino
que son propias del alma de un fariseo. De un alma apegada a los rituales y a
las formas. De las cuales Jesús decía que eran solo apariencia, hipocresía, y
que los cristianos debían cuidarse mucho de esa levadura de los fariseos. Pablo es el gran continuador de la secta de
los fariseos espirituales, en medio del cristianismo.
Pero
para todos los que, como Pablo, creen que ser hombre o ser mujer es ser
diferente en sí mismo, Jesús los contradice en sus enseñanzas. Jesús dice que,
aunque aquí en la tierra, por las evidentes e innegables diferencias de los
cromosomas y las hormonas, reaccionamos de forma diferente, que aunque
pareciera que los hombres y las mujeres pensamos diferente, dice Jesús que a
los ojos del creador somos iguales, tanto los hombres como las mujeres.
Según
Jesús lo verdaderamente importante es que todos, tanto hombres como mujeres,
tenemos que comer, vestirnos, dormir, y deseamos ser reconocidos por los
demás. Es decir: Dios, desde arriba
hacia abajo, del todo a las partes, ve que todos tenemos los deseos de los
ojos, los deseos de la carne y el orgullo de la vida, por igual, tanto hombres
como mujeres.
Pues
tanto hombres como mujeres somos hijos de Dios. De aquel Dios que siendo uno
solo, y siendo espíritu, no tiene cromosomas, ni hormonas, y no tiene una
esposa en el Cielo. Por lo que no existe una diosa junto a Dios, para las
mujeres, con enseñanzas diferentes para mujeres. No vino una Mesías mujer, con cromosomas de
mujer y con hormonas femeninas, con Jesús, el Mesías hombre, a salvarnos. Y no
enviaron un espíritu santo de mujer junto con un espíritu santo de hombre. Sino
que Las enseñanzas de Jesús están dirigidas tanto para hombres como para
mujeres por igual. Y el Espíritu de Jesús fue enviado para todos, hombres y
mujeres por igual. Por tanto, somos
iguales, en lo esencial, en lo fundamental.
Para
Dios los cromosomas, las hormonas y los cerebros, con la mayor racionalidad de
los unos y la mayor sensibilidad de las otras, eso no nos hace diferentes. Pablo, se equivocó, supongamos que, de buena
fe, y con él se equivocaron las hordas de sus seguidores. Que incurrieron en
dividir a la humanidad, cuando para Dios no hay diferencias, ni por el color de
la piel, ni por las facciones de las diferentes razas, ni por la altura de las
personas, que van desde gigantes hasta enanos.
Ese de dividir a la humanidad y descalificar a la mitad de la población
mundial, es un error típico de la mente de un fariseo. Si es un error, entonces esas palabras, esas
enseñanzas, no son de Dios. Por lo tanto, son falacias, parecen ser en verdad
palabras de Dios, absolutas, inobjetables y eternas, pero nada de eso son. Solo
son palabras humanas sujetas a errores. Solo son fugaces y pasajeras opiniones
humanas, nada más.
297.
Pablo dice que las mujeres no pueden enseñar la palabra.
Según Pablo, las mujeres deben guardar
silencio en la iglesia. Pablo dice que las mujeres se salvarán solamente por la
crianza de los hijos. Por lo que, según
esas enseñanzas, supuestamente sagradas, las mujeres que no tengan hijos están
condenadas de antemano. Mientras que en el apocalipsis se declara
bienaventuradas a las que no parieron.
Según Pablo, en sus supuestas palabras de Dios, las mujeres no pueden
tener un trabajo activo en la expansión del cristianismo. Pablo ve tan diferentes, ve tan inferiores a
las mujeres, que les exige a las mujeres que tienen que cubrir sus cabezas
cuando están en el templo y guardar silencio.
Pablo discrimina y subvalora a las mujeres. En lo cual se ve una
estrategia para retrasar la expansión de las enseñanzas de Jesús, al dejar por
fuera de la misión de dar a conocer el evangelio, a la mitad de la población
mundial.
En
la iglesia católica y en la iglesia ortodoxa, las mujeres, por dos mil años,
fueron frenadas para enseñar y predicar el evangelio de Jesús. Eso sucedió por
las desafortunadas enseñanzas de un hombre, no por enseñanzas de Jesús, sino
por las falaces enseñanzas de Pablo. En
las denominaciones protestantes, que permiten a las mujeres ser pastoras y les
permiten a las mujeres enseñar la palabra de Dios, están traspasando esa
enseñanza de Pablo. Están siendo desobedientes a una enseñanza, que dicen
ellos, es palabra de Dios. Es decir, que esas palabras valen para todos los
tiempos, en todos los lugares y para todos los seres humanos. Porque si una enseñanza no es para todos los
seres humanos, si una enseñanza no es para todos los tiempos y lugares,
entonces esa enseñanza no es como Dios, por tanto, no es de Dios, que sí es
omnisciente, omnipresente y omnipotente. Por lo que sus enseñanzas han de serlo
también.
Esa
fatal enseñanza errada, ha quitado, de un plumazo, a media humanidad, que son
todas las mujeres de la Tierra, iguales a la otra media humanidad, que son los
hombres. Les ha quitado el derecho de estudiar las palabras de Jesús para
enseñarlas. De un plumazo, porque con
plumas de aves fueron escritas esas palabras.
Un plumazo tumbó a media humanidad, la marginó, la subvaloró. Una simple
frase equivocada en un pergamino. Un
solo plumazo golpeó a media humanidad.
Les fue quitada a las mujeres, les fue arrebatada en silencio, la más
grande función que ser humano alguno pueda tener. La cual es enseñar las
palabras eternas a las generaciones venideras.
No
se ven las enseñanzas de Jesús, iguales a las enseñanzas de los hombres, como Pablo.
Pues hay en ellas algunos errores. En
esta fatal enseñanza, de las mujeres marginadas de la enseñanza de la palabra
de Dios, no hay un error, sino que lo que hay es un horror, una masacre
espiritual.
Pablo,
en algunas de sus enseñanzas decía que escribía solo como hombre, pero en otras
de sus enseñanzas extravió a sus seguidores, haciéndoles creer que venía de
parte de Dios. Ese hombre, Pablo, en
algunas frases de sus epístolas le daba toda la gloria a Jesús. Pero en otras frases
de las mismas epístolas usurpaba esa gloria de Jesús y de nadie además de
Jesús. Ese hombre escribió en una de sus epístolas, que las mujeres no pueden
enseñar la palabra de Dios por el solo hecho de haber nacido mujeres. Ese
hombre escribió algunos cuantos errores, a la luz de las enseñanzas de Jesús. Pero
se les ocurrió a los maestros de la ley y a los teólogos, obedeciendo frases de
Pablo, decir que todas las enseñanzas de ese ser humano eran palabras de
Dios.
Por
ese extravío, por esa fatal decisión errada, durante dos mil años, la mitad de
la humanidad, es decir las mujeres, en la iglesia católica y en la iglesia
ortodoxa, no han podido tener cargos de responsabilidad o de enseñanza en el
pueblo de Dios. No han podido ser
sacerdotisas, ni obispos, ni matriarcas, ni pontífices.
Vistos
del Cielo a la tierra, vistos desde arriba hacia abajo, todos somos iguales, y
los órganos reproductivos se ven pequeños en importancia, por lo que no
alcanzan a diferenciarnos a los hombres y las mujeres. Pero vistos desde abajo hacia arriba, lo más
importante de nuestro ser, lo que nos da la identidad, porque nos diferencia
tremendamente, son los órganos reproductivos, los cromosomas, las hormonas, que
definen el género. Todo depende si lo ve
uno de arriba hacia abajo con Jesús, o de abajo hacia arriba, con Pablo. Se ve
diferente si nos vemos del todo a las partes, que si nos vemos de las partes al
todo.
298.
La sabiduría desciende del creador a sus criaturas.
No
es lo mismo los cuatro evangelios, aquellos que están delante del trono de
Dios, por los siglos de los siglos, que las escrituras que los seres humanos
han llamado por siglos escrituras sagradas.
Las enseñanzas que hallamos en los libros llamados “sagrados” por los
hombres, no todas son de igual valor. No todas descienden del cielo a la tierra.
No todas descienden del trono de Dios hacia los seres humanos.
Según
Jesús la verdad de la iglesia es descendente, pero según Pablo la verdad es
horizontal. En la iglesia de los seguidores de Pablo las enseñanzas de Jesús
quedaron desprestigiadas. Quedaron valoradas como iguales a las enseñanzas de
Moisés, a las de Elías, a las de David, a las de Salomón y a las de todos los
demás profetas. Pero eso no es verdad, para Dios. Sino que, por el contrario,
ese es el más grande daño que ha hecho Pablo a la fe de sus seguidores. Fue Pablo el que enseñó que toda escritura es
útil para enseñar (2ª a Timoteo 3:16-17). Dando a entender que toda escritura
vale lo mismo, como palabra de Dios, puesto que escrito está, según Pablo. Esa enseñanza no fue de Jesús, sino que, por
el contrario, Jesús enseñó que sus palabras jamás pasarán, pero las palabras de
todos los demás seres humanos sí pasarán. Incluso la ley y los profetas
pasarán, cunado todo se cumpla, al fin de los tiempos, según Jesús.
299.
Jesús es diferente visto del todo a las partes.
Así
mismo ha pasado con Jesús. Cuando lo
vemos del todo a las partes, con los ojos de Dios, a la luz de sus enseñanzas,
vemos que podemos seguir en pos de él.
Que es posible obedecer y sujetarse a su voluntad, solo desde las
enseñanzas de Jesús. Pero cuando lo
vemos de las partes al todo. Desde abajo hacia arriba. Desde nosotros hacia él.
Desde las enseñanzas de los seres humanos como las de Pablo, lo vemos imposible
de creer en Jesús en todo lo que enseña, e imposible de seguirlo del todo. Por
eso decía Jesús que salvarse para los hombres es imposible, pero no para Dios,
porque para Dios todo es posible. También así, como Jesús, es la
sabiduría. Siempre la sabiduría
verdadera va del todo a las partes, es descendente.
No
es lo mismo que una persona llegué a conocer a Dios empíricamente, que conocer
a Dios cuando se presenta Él directamente y enseña, “por qué” y “para qué” creó
a los seres humanos. Conocer un aparato
o un artefacto sin su manual de partes, nos obliga a conocerlo de las partes al
todo, por lo que siempre será incompleto ese conocimiento, sin las palabras de
su creador. Así mismo sucede con las
escrituras sagradas y con Jesús. Si lo vemos desde los ojos de Pablo, es
deforme ese Dios y ese camino, tiene contradicciones, y los cristianos no
llegan a conocer bien a Jesús. Pero si no le añadimos las enseñanzas de Pablo,
Jesús se ve en todo su esplendor y la verdad resplandece a pesar de las
nieblas, por encima de las nubes. Porque está siendo visto desde arriba hacia
abajo.
300.
El pueblo siempre ha elegido entre Dios y un ser humano.
Durante
todos los siglos, todos los cristianos, sin darse cuenta, han estado eligiendo
libres, entre seguir y adorar a Dios o a un ser humano. Siempre ha sido, es y será así hasta el final
de los tiempos. La gran influencia que ejercen los seres humanos sobre sus
congéneres, supera toda otra influencia. Por eso los seres humanos, con el paso
de los años, van teniendo cada vez más ídolos humanos, sin darse cuenta de que
su supuesta admiración es una real idolatría.
Los
hijos del pueblo de Dios siempre deciden entre Jesús y seres humanos. El pueblo de Israel, delante de Poncio
Pilatos, con sus sacerdotes, hicieron gracia de un ser humano homicida. Pues
ellos eligieron a Barrabás, alguien que vino a quitar vidas humanas. Ese mismo día ellos también dijeron no ser
discípulos de Jesús, dador de vida, sino discípulos de Moisés quitador de vidas
humanas en nombre de Dios. Ese día, también delante de poncio Pilatos,
representante del césar, ellos dijeron que no deseaban más rey que al césar. Desecharon a Jesús, ese mismo día, a cambio
de tres homicidas, Barrabás, Moisés, César.
Roma
pasó a ser el centro del pueblo de Israel, porque ellos no quisieron a Jesús
como su rey, y gritaban que no tenían más rey que al césar. Por esa libre elección de ellos que habían
elegido a Roma como su madre, Pedro terminó en Roma, preso y perseguido. Pero a
su vez, con el paso de los siglos, Pedro terminó invadiendo a Roma con el
cristianismo. Por eso Pablo también fue
a trabajar en Roma, su patria, pues además de fariseo, era Romano. Pablo es el césar romano espiritual.
Los
cristianos, en el circo romano, se dejaban asesinar por fieras y por
gladiadores, porque no aceptaban que el césar era Dios. Los padres eran llevados al sacrificio aún
con sus hijos menores. Y así y todo no renegaban de su fe, no aceptaban que un
ser humano, era Dios. Todos esos miles de mártires son deshonrados por los
cristianos que hoy en día dicen que las enseñanzas del césar romano espiritual,
Pablo, son palabras de Dios.
Todo
cristiano, durante dos mil años ha estado eligiendo entre Jesús y el césar
espiritual, y ni se han dado cuenta de su fatal elección. Sobra decir que la
inmensa mayoría de seres humanos elige servirle a Pablo, adorar como palabras
de Dios las palabras del césar espiritual. Sin darse cuenta, se engañan se
extravían, traspasan a Jesús, y creen que le sirven a Jesús. De esa prueba, de ese supremo dilema, de
tener que hacer elección entre Dios y un ser humano, nadie se salva. Y en su
mayoría, los seres humanos decidieron, deciden y decidirán, creerle a Pablo. Eligen
entre Jesús y Pablo, ese que siempre ha sido el homicida de los cuerpos y de
las almas de los cristianos por excelencia.
301.
Al fin libres de elegir:
Si
una persona no cree que las enseñanzas de Pablo son palabras de Dios, sino que
cree que son simples opiniones humanas, sujetas a error, y no sigue esas
enseñanzas, pero esa persona sí sigue las enseñanzas de Jesús, esa persona no
se va a dejar de salvar, porque no siguió a Pablo, pero sí siguió a Jesús.
De
donde se deduce que no creer que las enseñanzas de Pablo son palabras de Dios,
no es condenación. Puesto que Pablo no es el mesías de Dios, ni es el redentor,
ni sus enseñanzas son el Espíritu de Jesús. Por lo que sus enseñanzas no son
necesarias para hallar salvación, ni sus enseñanzas son imprescindibles.
Pero
traspasar las enseñanzas de Jesús para compartir el adorar la divinidad de sus
palabras con las enseñanzas de seres humanos, como Pablo, ya es estar
prisionero, en la gran Babilonia espiritual creada por Pablo en sus epístolas. Es
hallar condenación bajo el siniestro pacto de la niebla. Es ser idólatra. Es no
reconocer que Jesucristo vino en carne. Es ser del anticristo. Es no ser libre.
Es tener el alma asesinada por falacias. Es ser un muerto viviente en lo
espiritual. Es ser un hombre lobo, uno de los miles de millones de lobos
romanos, pero ahora espirituales. Alaban
al Señor con aullidos de lobos y no lo saben.
Jesús
con nadie comparte su gloria, por tanto, de nadie además de Jesús es necesario adorar
sus enseñanzas, como si fueran palabras de Dios. Esa es la gran importancia de nadie
en el cristianismo. Adorando las
enseñanzas de nadie más viene el reinado de Jesús y se acaba la
usurpación. Nadie, además de Jesús, es
imprescindible en el cristianismo. Nadie, además de Jesús, es muy importante en
esta Tierra de libertad. Es imprescindible
que los cristianos pongan las enseñanzas de nadie, además de las de Jesús, en
el gran trono de las palabras de Dios. Como lo hicieron lo doce apóstoles de
Jesús, para adorar esas palabras, para reverenciarlas, para postrar las mentes
y los corazones ante ellas y ante las palabras de nadie. Para que nadie tenga
el poder de extraviarlos. Para que sean seguidores de Jesús y de nadie además
de Él. Y sean, solo así, uno con los apóstoles, con Jesús y con el Padre,
porque los une el espíritu de Jesús y el de nadie además de Él.
Al
fin las puertas espirituales de la gran Babilonia se abren totalmente, para que
los seguidores de Jesús puedan salir en paz hacia la libertad. Al fin la esperada verdad, la suprema verdad,
la verdadera verdad es dicha. Al fin la
esperada verdad hace humanos libres. Al
fin la humanidad, que entre cadenas gime sin saberlo, comprenderá las palabras
de Jesús. Al fin ha llegado la
autoridad, el poder y el reino de Jesús.
Al fin Jesús reina en verdad sobre la tierra durante un tiempo, durante
un milenio de paz para los verdaderos cristianos. La gloria ha sido, es y será para Jesús y
para nadie además de Él.
Jesús o el césar espiritual (Jesús o Pablo) ustedes
sabrán que hacer.
Si uno que no es nadie vino, vio y halló la verdad, cualquiera
puede hallarla.
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