8: Identidad de la otra trinidad


LA VERDAD ORIGINAL DE JESÚS


CAPÍTULO 8
IDENTIDAD DE LA OTRA TRINIDAD

79. La trinidad usurpadora. 
En la trinidad usurpadora también hay un padre, que es un falso rebelde, hay un hijo de perdición, y hay un espíritu, que es el espíritu falaz, con el que se extravían las naciones.  Así como el Padre, Jesús y el Espíritu de Jesús son tres y son uno. Luzbel, que es el padre del mal, Pablo, que es el hijo de Luzbel, o hijo de la perdición, y el espíritu que ellos dos traen sobre los cristianos, el espíritu falaz, el espíritu impostor, los tres también son padre, hijo y espíritu, también son tres y a su vez son uno.
Es importante entender que también, como resultado del encuentro de las dos trinidades, la del bien y la del mal, los seres humanos no terminamos eligiendo solamente entre el bien y el mal claramente definidos, sino que, en nuestra elección, el mal, sin que los seres humanos, a veces, se den cuenta, divide su casa entre el mal real y el mal disfrazado de bien.  El mal disfrazado de bien, es el arma con la que la trinidad usurpadora ha asesinado, en silencio, las almas de miles de millones de seres humanos, simplemente extraviándolas un poco del sendero del bien.  El gran guerrero de las tinieblas, el artífice de tan descomunal masacre de almas es el hijo de Luzbel, Pablo, así como el gran artífice de la iluminación de miles de millones de almas es el Hijo de Dios, Jesús.
Las enseñanzas de ellos dos, tanto las del Cristo (Jesús), como las del anticristo (Pablo), las cuales son recibidas por los cristianos de toda la tierra como palabras de Dios, son los dos espíritus que combaten en las almas humanas, y no representan el bien y el mal, sino el bien y el mal disfrazado de bien, la verdad y la falacia (Apocalipsis 12: 7-9).  La verdadera guerra espiritual se ha dado por miles de años entre la verdad y el error que pasa por verdad, una guerra silenciosa, una guerra a muerte, sin piedad, en el campo de las mentes humanas. Es la guerra entre el espíritu de Jesús y el espíritu de Pablo que tratan de ser tenidos en cuenta por los humanos. Eso sí, enfrentados no en el mundo material, sino en las mentes.

80. ¿Cómo sucede la usurpación? 
Luzbel usurpa el lugar de Dios Padre, cuando, con equívocos y malas interpretaciones de las escrituras, hace creer a las naciones que él, se rebeló en contra de Dios, sin que Dios se lo esperara, sin que Dios lo hubiera previsto, pero que además Dios no lo ha podido derrotar, ni lo ha podido exterminar, por lo que Luzbel le hace daño a la creación de Dios, sin que esa sea la voluntad de Dios, y supuestamente Dios no ha podido solucionar ese problema de la rebelión de Luzbel. 
Solamente otro todo poderoso se puede revelar en contra del todo poderoso, ahí Luzbel usurpa el lugar de Dios, en las mentes de los engañados.  Pasa por ser también todo poderoso. Pero es imposible el universo con dos todo poderosos, porque obligatoriamente uno de ellos tendría poder obre el otro. Sus voluntades chocarían y no serían todopoderosos, ninguno de los dos, puesto que no tendrían poder sobre su rival.  El poder de Dios Padre habría quedado disminuido, ante la supuesta rebelión de Luzbel, y a su vez Luzbel pasaría a ser uno igual a Dios, otro todo poderoso, no en la realidad, pero sí en las mentes de los seres humanos que creen en la rebelión del ángel Luzbel.  Así Luzbel usurpa el lugar del Padre.
El hijo de Luzbel, Pablo, usurpa el lugar de Jesús el Hijo de Dios, cuando ha conseguido que, por dos mil largos años, las naciones, extraviadas, hayan aceptado como palabras de Dios, las falaces enseñanzas de Pablo, las hayan aceptado como palabras que han guiado a las naciones hacia el reino de los Cielos.  Esa es la abominable desolación de las falacias, ocupando el lugar santo, perfecto, de las enseñanzas de Jesús.
El espíritu que Pablo en sus vastas epístolas ha dejado obrando sobre la tierra, usurpa el lugar del verdadero espíritu de Jesús, por lo que las personas creen que son guiadas por el espíritu de Jesús y jamás se atreverían a blasfemar de ese falso espíritu, puesto que temen el pavoroso juicio de Dios sobre aquellos que blasfemen en contra del Espíritu de Jesús, que jamás tendrán perdón (Mateo 12:32, Marcos 3:29).  Pero al recibir a un falso todo poderoso, al recibir a un falso profeta como profeta y al recibir un falso espíritu, terminan blasfemando en contra del verdadero espíritu de Jesús, sin darse cuenta, y se hacen acreedores del duro juicio de Dios, que no perdonará a todos los que blasfemen contra el espíritu de Jesús.

81. Esa trinidad es la prueba desoladora que vino sobre la Tierra (Mateo 24:4-29). 
Por esa trinidad, es que cuando llegamos a la tierra, hallamos tanta mediocridad, tanta destrucción, tanto fracaso, en medio de todas las sectas y denominaciones que han surgido en el cristianismo mundial.  La trinidad usurpadora fue enviada desde el Cielo, descendió del Cielo, no se formó sola, sin la autorización de Dios, ni ascendió del infierno, sino que descendió del cielo, autorizada por Dios, para probar a todos los moradores de la Tierra.
Solo cuando se consumó el ministerio de Pablo, se perfeccionó la prueba que había de venir sobre todos los habitantes de la Tierra.  En el momento que Luzbel desciende como un rayo y le habla a Pablo, en ese momento la trinidad usurpadora, inició su tenebroso reinado temporal sobre la faz de la Tierra.  Durante el reinado de la trinidad usurpadora, mientras sean adoradas, como de Dios, las enseñanzas de Pablo, durante estos dos mil largos años, Jesús, el Cristo de Dios, no ha reinado plenamente en las mentes de los cristianos y así fue decidido por Dios, que vinieran los tiempos de las naciones, sobre el cristianismo, tiempos de nubes, tiempos de la niebla, cuando la palabra de Dios sería pisoteada y traspasada.
Tiempos durante los cuales a la bestia y al falso profeta, que hace señales delante de ella, que es Pablo, se les dio poder para hacer la guerra a los santos, que son los doce apóstoles de Jesús, y vencerlos espiritualmente, durante los tiempos de las naciones, tiempos opacos, tiempos de falacias, tiempos de suplantación, tiempos del impostor, tiempos del falso profeta, que ha hecho señales y prodigios delante de la bestia, y con ellos ha extraviado a los habitantes de la tierra, en fin, tiempos de la abominable desolación instalada en el lugar que no debe.
Pero vendrá el milenio del reinado de Cristo, cuando la trinidad usurpadora sea atada por mil años (Apocalipsis 19:19-21 y 20:1-3).  Al fin la verdad será dicha, al final se sabrá la verdad y será reconocida por sus hijos.  Será al fin la libertad para todos los cautivos, los secuestrados de la Gran Babilonia, cuando sea removida la trinidad usurpadora que es la abominable desolación que ha usurpado el lugar santo.  En estos dos mil años todas las mujeres que criaron hijos cristianos, los criaron para ser prisioneros de la Gran Babilonia, la ramera, que estando desposada con el Cristo, le era infiel al Cristo con las falaces enseñanzas de Pablo, el falso profeta, aceptando la iglesia de las naciones, la iglesia de Babilonia, las enseñanzas de un simple ser humano, como si fueran palabras de Dios, menospreciando al hijo de Dios, al querer tomar sus enseñanzas celestiales, como iguales a las enseñanzas de Pablo. Que gran masacre de almas y nadie podía detenerla.



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