LIBRO II LA OTRA TRINIDAD



LA VERDAD ORIGINAL DE JESÚS
LIBRO II
LA OTRA TRINIDAD





CAPÍTULO 8
IDENTIDAD DE LA OTRA TRINIDAD

79. La trinidad usurpadora. 
En la trinidad usurpadora también hay un padre, que es un falso rebelde, hay un hijo de perdición, y hay un espíritu, que es el espíritu falaz, con el que se extravían las naciones.  Así como el Padre, Jesús y el Espíritu de Jesús son tres y son uno. Luzbel, que es el padre del mal, Pablo, que es el hijo de Luzbel, o hijo de la perdición, y el espíritu que ellos dos traen sobre los cristianos, el espíritu falaz, el espíritu impostor, los tres también son padre, hijo y espíritu, también son tres y a su vez son uno.
Es importante entender que también, como resultado del encuentro de las dos trinidades, la del bien y la del mal, los seres humanos no terminamos eligiendo solamente entre el bien y el mal claramente definidos, sino que, en nuestra elección, el mal, sin que los seres humanos, a veces, se den cuenta, divide su casa entre el mal real y el mal disfrazado de bien.  El mal disfrazado de bien, es el arma con la que la trinidad usurpadora ha asesinado, en silencio, las almas de miles de millones de seres humanos, simplemente extraviándolas un poco del sendero del bien.  El gran guerrero de las tinieblas, el artífice de tan descomunal masacre de almas es el hijo de Luzbel, Pablo, así como el gran artífice de la iluminación de miles de millones de almas es el Hijo de Dios, Jesús.
Las enseñanzas de ellos dos, tanto las del Cristo (Jesús), como las del anticristo (Pablo), las cuales son recibidas por los cristianos de toda la tierra como palabras de Dios, son los dos espíritus que combaten en las almas humanas, y no representan el bien y el mal, sino el bien y el mal disfrazado de bien, la verdad y la falacia (Apocalipsis 12: 7-9).  La verdadera guerra espiritual se ha dado por miles de años entre la verdad y el error que pasa por verdad, una guerra silenciosa, una guerra a muerte, sin piedad, en el campo de las mentes humanas. Es la guerra entre el espíritu de Jesús y el espíritu de Pablo que tratan de ser tenidos en cuenta por los humanos. Eso sí, enfrentados no en el mundo material, sino en las mentes.

80. ¿Cómo sucede la usurpación? 
Luzbel usurpa el lugar de Dios Padre, cuando, con equívocos y malas interpretaciones de las escrituras, hace creer a las naciones que él, se rebeló en contra de Dios, sin que Dios se lo esperara, sin que Dios lo hubiera previsto, pero que además Dios no lo ha podido derrotar, ni lo ha podido exterminar, por lo que Luzbel le hace daño a la creación de Dios, sin que esa sea la voluntad de Dios, y supuestamente Dios no ha podido solucionar ese problema de la rebelión de Luzbel. 
Solamente otro todo poderoso se puede revelar en contra del todo poderoso, ahí Luzbel usurpa el lugar de Dios, en las mentes de los engañados.  Pasa por ser también todo poderoso. Pero es imposible el universo con dos todo poderosos, porque obligatoriamente uno de ellos tendría poder obre el otro. Sus voluntades chocarían y no serían todopoderosos, ninguno de los dos, puesto que no tendrían poder sobre su rival.  El poder de Dios Padre habría quedado disminuido, ante la supuesta rebelión de Luzbel, y a su vez Luzbel pasaría a ser uno igual a Dios, otro todo poderoso, no en la realidad, pero sí en las mentes de los seres humanos que creen en la rebelión del ángel Luzbel.  Así Luzbel usurpa el lugar del Padre.
El hijo de Luzbel, Pablo, usurpa el lugar de Jesús el Hijo de Dios, cuando ha conseguido que, por dos mil largos años, las naciones, extraviadas, hayan aceptado como palabras de Dios, las falaces enseñanzas de Pablo, las hayan aceptado como palabras que han guiado a las naciones hacia el reino de los Cielos.  Esa es la abominable desolación de las falacias, ocupando el lugar santo, perfecto, de las enseñanzas de Jesús.
El espíritu que Pablo en sus vastas epístolas ha dejado obrando sobre la tierra, usurpa el lugar del verdadero espíritu de Jesús, por lo que las personas creen que son guiadas por el espíritu de Jesús y jamás se atreverían a blasfemar de ese falso espíritu, puesto que temen el pavoroso juicio de Dios sobre aquellos que blasfemen en contra del Espíritu de Jesús, que jamás tendrán perdón (Mateo 12:32, Marcos 3:29).  Pero al recibir a un falso todo poderoso, al recibir a un falso profeta como profeta y al recibir un falso espíritu, terminan blasfemando en contra del verdadero espíritu de Jesús, sin darse cuenta, y se hacen acreedores del duro juicio de Dios, que no perdonará a todos los que blasfemen contra el espíritu de Jesús.

81. Esa trinidad es la prueba desoladora que vino sobre la Tierra (Mateo 24:4-29). 
Por esa trinidad, es que cuando llegamos a la tierra, hallamos tanta mediocridad, tanta destrucción, tanto fracaso, en medio de todas las sectas y denominaciones que han surgido en el cristianismo mundial.  La trinidad usurpadora fue enviada desde el Cielo, descendió del Cielo, no se formó sola, sin la autorización de Dios, ni ascendió del infierno, sino que descendió del cielo, autorizada por Dios, para probar a todos los moradores de la Tierra.
Solo cuando se consumó el ministerio de Pablo, se perfeccionó la prueba que había de venir sobre todos los habitantes de la Tierra.  En el momento que Luzbel desciende como un rayo y le habla a Pablo, en ese momento la trinidad usurpadora, inició su tenebroso reinado temporal sobre la faz de la Tierra.  Durante el reinado de la trinidad usurpadora, mientras sean adoradas, como de Dios, las enseñanzas de Pablo, durante estos dos mil largos años, Jesús, el Cristo de Dios, no ha reinado plenamente en las mentes de los cristianos y así fue decidido por Dios, que vinieran los tiempos de las naciones, sobre el cristianismo, tiempos de nubes, tiempos de la niebla, cuando la palabra de Dios sería pisoteada y traspasada.
Tiempos durante los cuales a la bestia y al falso profeta, que hace señales delante de ella, que es Pablo, se les dio poder para hacer la guerra a los santos, que son los doce apóstoles de Jesús, y vencerlos espiritualmente, durante los tiempos de las naciones, tiempos opacos, tiempos de falacias, tiempos de suplantación, tiempos del impostor, tiempos del falso profeta, que ha hecho señales y prodigios delante de la bestia, y con ellos ha extraviado a los habitantes de la tierra, en fin, tiempos de la abominable desolación instalada en el lugar que no debe.
Pero vendrá el milenio del reinado de Cristo, cuando la trinidad usurpadora sea atada por mil años (Apocalipsis 19:19-21 y 20:1-3).  Al fin la verdad será dicha, al final se sabrá la verdad y será reconocida por sus hijos.  Será al fin la libertad para todos los cautivos, los secuestrados de la Gran Babilonia, cuando sea removida la trinidad usurpadora que es la abominable desolación que ha usurpado el lugar santo.  En estos dos mil años todas las mujeres que criaron hijos cristianos, los criaron para ser prisioneros de la Gran Babilonia, la ramera, que estando desposada con el Cristo, le era infiel al Cristo con las falaces enseñanzas de Pablo, el falso profeta, aceptando la iglesia de las naciones, la iglesia de Babilonia, las enseñanzas de un simple ser humano, como si fueran palabras de Dios, menospreciando al hijo de Dios, al querer tomar sus enseñanzas celestiales, como iguales a las enseñanzas de Pablo. Que gran masacre de almas y nadie podía detenerla.



LIBRO II
CAPÍTULO 9
LUZBEL NO ES REBELDE
(Luzbel es un siervo de Dios obediente y sumiso)

82. El engaño dice de dos ejércitos enfrentados por el poder celestial. 
Quería Luzbel inducirnos a engaño, cuando nos enseñaron que supuestamente había unos ejércitos celestiales, al mando del arcángel Miguel, en guerra contra Luzbel y su ejército, desde la eternidad, debido a esa rebelión de Luzbel, cuando en verdad Dios no tiene enemigos de quién defenderse, puesto que Dios creó todo, y cuando en verdad a Dios nadie le puede disputar el control del universo.     
Claro que sí es verdad que los arcángeles Miguel y Luzbel se enfrentan en el cielo mismo, con sus ejércitos y todo, pero por el control de las mentes humanas, para que, a todos los seres humanos, con la excepción de nadie, nos sean propuestos el bien y el mal, allí es donde se enfrentan los ejércitos de ángeles, pero no es verdad que Luzbel fue arrojado del cielo, porque Dios no pudiera exterminarlo.
Dios había creado así malo a Luzbel y le dio poderes, para probar a los seres humanos y ese Dios que creó a Luzbel así malo, va a arrojar a Luzbel luego a las tinieblas exteriores, con aquellos hijos de Dios que Luzbel hubiera seducido, engañado y extraviado.  Si Dios no hubiera previsto que Luzbel y los suyos fueran arrojados del cielo, pero no arrojados al universo, como si Dios no hubiera podido vencerlos, exterminarlos, si eso fuera verdad, Dios estaría en conflictos y el universo entero no le obedecería y Dios no conocería todo el universo y la creación de algunos seres le hubiera fallado a Dios, entonces no sería todo poderoso, ni sabría todo, ni pudiera estar en todas partes
Esos dos arcángeles, Miguel y Luzbel, no se enfrentan por el control del Cielo.  Eso es un absurdo.  Estos dos ángeles sí se enfrentan en todas las mentes humanas, por el control de las mentes humanas, tratando de incitarnos a trabajar para el bien o el mal, pues para eso fue que Dios los creó a los dos.  Carece totalmente de sentido que Dios hubiera creado a sus propios enemigos, tan poderosos como Él, o más poderosos que Él, y más carece de sentido que los hubiera dejado ser y los hubiera dejado prosperar hasta disputarle el control del universo y confrontarlo siempre y en todas partes, tratando de dañarle a Dios su propia creación.  Todo lo contrario, a esas falacias que nos enseñaron, infiltradas entre las muchas verdades de las tradiciones antiquísimas, anteriores al patriarca Abraham, esos ángeles que Dios creó, tanto buenos como malos, tienen por misión poner a prueba su creación.  Misión dada a ellos por Dios.

83. Dios no se equivocó con la creación de Luzbel. 
Desde que llegamos a la tierra, nos enseñaron que Dios se equivocó con la creación de su principal ángel, un tal Luzbel.  A todos los cristianos, sin excepción, nos enseñan las tradiciones religiosas, que Dios estaba en el Cielo, con sus ángeles, todo estaba perfecto, todo estaba en orden y en armonía eternamente, hasta que, en un instante, no previsto por Dios, en una eternidad que no tiene instantes, el ángel más importante, entre todos los ángeles creados por Dios, el segundo después de Dios se volvió malo él solo.  Muy raro, eso no coincide con aquel Dios que todo lo puede, todo lo sabe y está en todas partes
Nos enseñaron que esa rebelión del ángel principal tomó por sorpresa a Dios.  Nos enseñaron que ni siquiera se le había pasado por la mente a Dios, que le podía suceder, que sus ángeles salieran mal creados por él y desearan ser como Dios, que se pudieran rebelar en su contra, y que ese ángel, además de hacerse malo y rebelde, convenciera como a la tercera parte de los ejércitos celestiales, y lo siguieran en su rebelión y que sucediera que Dios no los pudiera vencer, ni los pudiera exterminar, como Dios que era, con toda la autoridad y el poder de hacerlo. Además, nos enseñaron que Dios y el ángel rebelde se convirtieron en enemigos eternos, disputándose el control del universo.
Todos estos despropósitos y errores nos los enseñaron como si fueran la mismísima palabra de Dios, hablada por los profetas del antiguo testamento y confirmada en las enseñanzas de las epístolas de Pablo y confirmada además por múltiples tradiciones y estudios teológicos superficiales.

84. Luzbel sí es padre de la mentira y es homicida desde el principio.
Pero no es por su propio mérito y poder, que Luzbel es el padre de la mentira y es homicida desde el principio, sino porque Dios lo creó así.  Dios lo autorizó a arrastrar con su cola a la tercera parte de las estrellas del Cielo.  Si Dios no lo hubiera autorizado, esto no hubiera sucedido.  Dios puso a disposición de Luzbel la tercera parte de las estrellas del cielo, y que cayeran a la tierra, arrastradas por su cola, y así Luzbel creara su propia corte de siervos.  Luzbel no se opone a Dios, Luzbel está cumpliendo una misión para Dios, que es la de poner a prueba a todos los hijos de Dios.  Aún Jesús fue puesto a prueba por Luzbel con mentiras basadas en las escrituras. Todo estaba previsto, autorizado y concebido por Dios, para consumar su voluntad suprema y para bien de los humanos, para darnos, a través de Luzbel, la posibilidad de elegir nuestras vidas, para garantizarnos el libre albedrío.  Ese ángel Luzbel fue creado mentiroso por Dios. 
Ese ángel no se rebeló en contra de Dios, sino que fue creado así, para proponernos el error. Y el primer error obviamente es hacernos creer que Dios no es todo poderoso, y que en el reino de Dios algunas cosas han fallado, como la sumisión de algunos ángeles, y que, para colmo de males, se rebelaron los ángeles más poderosos. Pero en las escrituras solo vemos la sumisión de Luzbel, no vemos su insubordinación y no vemos ni lo más mínimo de odio o resentimiento de Luzbel hacia Dios, ni rabia o frustración de Dios hacia Luzbel, como si fueran dos enemigos que se enfrentaran, y saltaran chispas de odio cada vez que se vieran. O, cuando por coincidencia u obligación, se encontraran en algún rincón del universo, cuyo control están supuestamente disputándose, entonces iniciarían múltiples batallas con toda la plenitud de sus armas. Pero para nada es así, es mentira de Luzbel ante la cual hay silencio de Dios. Su relación, en todo momento y en todo lugar, es de amo y siervo obediente y sumiso (Job 1: 6-12) (Job 2: 1-6).   Siempre vemos en las escrituras una relación total de amo y siervo sumiso entre Dios (Jesús) y Luzbel, incluyendo a todos los demonios.
Dios creó mentiroso a Luzbel, porque Dios, aunque podía proponernos el mal, no deseaba hacerlo, y alguien tenía que proponernos algo diferente a Dios, algo que no fuera de Dios, para que nosotros, pudiéramos elegir.  Dios creó a Luzbel con toda la libertad para descubrir el mal, perfeccionarlo y ejecutarlo.  Dios creó a Luzbel mentiroso, lo creó homicida, lo creó usurpador, lo creó dispuesto a hacerse pasar por Dios.  Lo creó también como un gran estratega, que nos dice muchas verdades, sublimes verdades, unidas a unas muy pocas mentiras muy suaves y sutiles, es decir, lo creó falaz.

85. Dios fue el que creó el mal y lo creó aparte de Él. 
Única y exclusivamente lo creó para el libre albedrío de las mentes de los hombres, para que al sernos propuesto el mal a todos los hombres, sin excepción, incluso a Jesús, tuviéramos el libre albedrío de decidir, qué deseábamos ser.  Si no nos es propuesto algo diferente del bien, y algo diferente de Dios, no seríamos libres, no seríamos semejantes a Dios.  No seríamos creadores de nuestro propio destino. 
Por tanto, Luzbel es la garantía que Dios creó, para que nosotros seamos de verdad creadores libres.  Solamente Dios podía crear un ángel así.  Ese es el árbol de la ciencia del bien y del mal, árbol creado por Dios, árbol puesto por Dios en el paraíso, árbol cuyos frutos Dios previó que Eva y Adán probarían. No para mal de la humanidad, ni porque Luzbel le hizo daño a la obra de Dios, sino porque estaba previamente decretado en los designios de Dios, para libertad de todos los seres humanos.

86. Nos enseñaron que Luzbel le robó a Dios muchos ángeles. 
Nos querían engañar, con esa enseñanza que decía que, para colmo de males, ese ángel supuestamente rebelde, le quitó la tercera parte de sus ángeles a Dios. No solamente no tuvo que ser creador de sus propios ángeles, lo cual pudiera haber hecho, siendo supuestamente tan poderoso. Sino que le robó, le arrebató la tercera parte de los siervos a Dios, y no se sabe cómo, ni por qué, logró hacerlo y Dios no los pudo someter. Dios no los pudo vencer, no le fue posible a Dios que es todo poderoso, sino que, desde ese instante, perdido entre toda una eternidad sin instantes, Luzbel se convirtió en el máximo enemigo, eterno e irreconciliable, de Dios.  Y si la eternidad no tiene momentos, si es una sola, si es un solo instante para Dios, si para Dios todos vivimos al tiempo, ¿Cómo puede suceder en el universo, creado por Dios, algo que Dios no esperaba, y menos de un momento a otro?
Al creer que los ángeles tienen libre albedrío, entonces le fue fácil a Luzbel hacerles creer a miles de millones de humanos, que cada ángel de esa tercera parte tomó su propia decisión de seguir a Luzbel afuera del cielo. Dan por hecho que se hablaron entre ellos y llegaron a un acuerdo para salir juntos, desafiando la autoridad de su Dios. Les atribuyen las mismas actitudes de los humanos que, a toda hora se están confabulando y forman grupos para obtener sus intereses. El detalle de atribuirles libre albedrío a los ángeles es una grieta que usa Luzbel para inducir a error a los despistados que se dejan llevar de un lado para otro. Cumple su misión de desinformar Luzbel.

87. Nos enseñaron que Luzbel descubrió mundos aparte de Dios. 
Las tradiciones religiosas, la mayoría de las veces son verdades, pero otras veces, en vez de tradiciones son traiciones Nos enseñaron las tradiciones milenarias que ese ángel malo, supuestamente todo malo, que de bueno supuestamente nada tiene, ese supuesto rebelde, llamado Luzbel, descubrió otras cosas que, extrañamente no pertenecían a Dios. Descubrió la maldad, que Dios, parecía que no la conocía, aun siendo Dios, y estando por encima del bien y del mal.  Porque se parte del principio que Dios es solamente bueno, y nunca podrá ser malo, y menos conocer el mal. Con lo que nos enseñaron que Dios no está por encima del bien y del mal, el cual es otro supremo error de las tradiciones milenarias. 
Nos enseñaron entonces esas tradiciones, que hay cosas que Dios no puede ser, ni puede hacer, ni puede saber. Muy raro esto, porque esas tradiciones (falaces), contradicen que Dios todo lo puede, todo lo sabe y está en todas partes.  Nos enseñaron que descubrió Luzbel, un mundo donde no llegaba Dios, ni Dios tenía allí autoridad.  Porque nunca han dicho que Luzbel creó el infierno, sino que fue arrojado allá. Nos enseñaron que Luzbel descubrió para sí, un reino aparte y opuesto a Dios, llamado el infierno, la oscuridad, las tinieblas.  Porque a Dios no le gustaba ir por allá, al mal, al castigo eterno, y ni un solo instante tenía que ver Dios con el infierno. Allá no entraba Dios.  Entonces nos enseñaron el error diciéndonos que desobedeció a Dios ese ángel llamado Luzbel y se libró de tener que obedecerle a Dios, y Luzbel se fue del cielo libre de la autoridad de Dios.

88. ¿Dios no está por encima del bien y del mal? 
De las múltiples tradiciones milenarias, fue que salieron con esa enseñanza falaz, las tradiciones de los teólogos, que se creyeron a sí mismos sabios, pero se tragaron enteras una gran cantidad de mentiras, sin darse cuenta, cuando enseñan que hay dos poderes en el universo: el mal y el bien, y no un solo poder llamado Dios, que controla y somete bajo autoridad, tanto al mal, como al bien, porque Dios está por encima del bien y del mal, y sin lugar a dudas, de Dios proceden todas las cosas.
¿A qué horas no se dieron cuenta, los que se creyeron sabios en el mundo, que la sabiduría les estaba oculta a ellos, y que ellos, incautos e ingenuos, se estaban dejando extraviar por los engaños de Luzbel y de su hijo Pablo?  Si Luzbel fuese hallado rebelde, y Dios no hubiera podido exterminarlo, y el mal hubiera sucedido en contra de la voluntad de Dios, entonces Dios no estaría por encima del bien y del mal.  Nos querían enredar en su propio engaño, para que no conociéramos a Dios.  Nos enseñaron como verdades, una gran cantidad de falacias.  Los teólogos y los maestros religiosos hablaron y escribieron enseñanzas que no están en las escrituras sagradas.
Según eso que nos enseñaron, Dios no tiene todo el poder, Dios está improvisando y Dios no sabe bien qué es lo que está creando, ni cómo le va a resultar su creación en el porvenir, y según eso que nos enseñaron los teólogos y los maestros de las escrituras, pretenden que Dios está haciendo ensayos y experimentos con nosotros.  Según eso que nos enseñaron, Dios no es eterno, puesto que le pasan cosas que no sabe que le iban a pasar, que hay un porvenir para Dios el cual Él desconoce, por lo que Dios no domina el tiempo y que para Dios el tiempo si existe y no sabe el mañana que será de Él.  ¿Ese es tu Dios?  Ese es un Dios de engañados y de ignorantes de Dios, un montaje creado por Luzbel, y por su hijo de perdición, Pablo, tejido de falacias sutiles, para robarle a muchos seres humanos el conocer a Dios.

89. Nos querían engañar diciendo que Luzbel ataca la obra de Dios. 
Nos enseñaron las tradiciones, diciendo que todas las creaciones de Dios están siendo dañadas y saboteadas por tan poderoso enemigo, Luzbel.  Nos lo enseñaron las tradiciones falaces, no nos lo enseñaron las verdaderas tradiciones.  A todo cristiano le es enseñado que cuando Dios se descuida, llega el enemigo y le daña el trabajo y le sabotea la creación, como en el paraíso, cuando Luzbel le habló a Eva, para proponerle que se rebelara contra Dios, y supuestamente por ningún lado estaba Dios, para impedirlo avisándoles sobre el engaño a Eva y Adán.  Tal vez Dios estaba descansando, o estaba ocupado en otros quehaceres, como si Dios no estuviera en todas partes y en todos los momentos, como si no supiéramos que Él estaba ahí presenciando toda la supuesta caída de Eva y luego toda la supuesta caída de Adán, viendo cómo se cumplía su propia voluntad divina, y no la voluntad de otro ser por encima de la suya.  Todo obedecía a un plan perfecto previa mente establecido por Dios, el que todo lo sabe, el que todo lo puede, y el que todo lo ve.

90. Nos querían engañar diciendo que Luzbel odia a Dios. 
Nos enseñaron, las tradiciones milenarias, que Luzbel odia a Dios, que la sangre de Jesús le repugna, que no la tolera, que no la resiste, que no le gusta, que la pisotea, que no puede ni siquiera oír el nombre de Jesús, ni lo resiste, que ese solo nombre lo doblega hasta destruirlo, que no resiste la  presencia de Dios, que no soporta estar en la presencia de una cruz, y que por principio, Luzbel odia todo lo que tenga que ver con Jesús y con el cristianismo, además de que odia todo lo que es bueno. 
Y que es por ese odio de Luzbel hacia Dios, que nosotros, los seres humanos, estamos siendo atacados por Luzbel y su ejército.  Que, por esa enemistad de Luzbel contra Dios, es que no hay armonía y paz entre los seres humanos, que además de la raza humana, todo el universo está en peligro de extinción, por esa guerra de poderes superiores y que, si no hubiera ese supuesto problema entre el bien y el mal, los seres humanos no sufríamos y seríamos todos perfectos. 
Mejor dicho, nos enseñaron que no solamente nosotros somos imperfectos, pues Dios no alcanzó a crearnos perfectos, sino que no pudo crear bien a Luzbel, por lo que Dios también es imperfecto, que a veces las cosas no le funcionan bien, a tal punto que se ha arrepentido varias veces de haber creado al ser humano, cosa que es una gran mentira, y que, para colmo de males, el único que sí parece saber, qué es lo que está haciendo, aunque sea malo, es Luzbel.  ¿Para quién trabajarán algunas de esas tradiciones entonces?

91. Querían que temiéramos, pues Dios sería vulnerable. 
Según los engaños de la trinidad usurpadora, el trabajo de Dios está en peligro.  Por consecuencia de esta enseñanza falsa, nos hacen creer que, en el porvenir, el esfuerzo de Dios, su trabajo de creación y su reino, están en entredicho, puesto que los rebeldes pueden llegar a destruirlo algún día y tomarse el poder de Dios, si Dios no se esfuerza mucho y vence en todas las innumerables batallas universales.  Y los que nos enseñaron todas estas mentiras en dos mil años, no se dieron cuenta que estaban enseñando ignorancia de Dios, que estaban desconociendo quien es Dios y que les servían a los propósitos de Luzbel y de Pablo, aquí en la Tierra.  Realmente por creerse tan inteligentes los teólogos, fueron muy ingenuos y la verdad de Jesús, estaba oculta a sus mentes, pero estaba a la vista de los humildes.  Fue por ellos, por los superficiales maestros de la palabra de Dios, que estaba escrito que el pueblo de Dios muere por falta de sabiduría, por falta de conocer realmente quien es Dios.

92. Con las falacias de la trinidad usurpadora se engañaron millones de inteligentes. 
La trinidad usurpadora engañó a grandes maestros y estudiosos de la palabra.  Todas estas falaces enseñanzas de los maestros y teólogos mundiales, sobre el supuesto enfrentamiento que hay del mal contra el bien en el universo, haciéndonos creer que hay un poder maligno disputándole el control del universo a Dios, no nos lo enseñaron los ignorantes del mundo y los más atrasados.  Nos enseñaron, todas esas falacias, los que han pasado por ser los más grandes maestros del cristianismo, maestros de todos los cristianos de la tierra, y de todos los tiempos, los más grandes escritores, los más grandes tratadistas, los más grandes teólogos, tanto católicos, como ortodoxos, como los de la reforma protestante. Casi nadie se ha salvado de estos engaños de la trinidad usurpadora.  La humanidad entera ha sido seducida por las falaces enseñanzas de Luzbel y de su hijo Pablo, enseñanzas sutilmente adulteradas, que dieron luz a millones de errores, de sus extraviados seguidores y que forman un río, una inundación, un maremoto de mentiras, creadas para que los humanos sean extraviados de la sabiduría del Padre, de su hijo Jesús y del Espíritu de la verdad, para que la humanidad sea probada, con el padre de la mentira, con el hijo de la mentira y con el espíritu de la mentira, según el sabio designio de Dios.

93. Los líderes fueron engañados por su vanidad.
Por esta superficialidad de los líderes, por esta vanidad, que es la debilidad más aprovechada por los engañadores, por este error, de los dirigentes de no negarse a sí mismos, todos aquellos seres humanos, que no eran tan doctos como sus líderes, ni eran tan ilustrados, ni eran tan eruditos, obviamente se confiaron, muy ilusamente, en sus maestros humanos y aceptaron las palabras de otros seres humanos, que creyeron que eran más sabios que ellos. Los menos instruidos siguieron en pos de esos que creyeron sabios y en pos de sus enseñanzas, confiados en ellos, y no revisaron las palabras de Jesús, a ver si coincidían con lo que les enseñaban los seres humanos, y aceptaron que otros conocieran el sendero de Dios por ellos, y ellos los seguirían a donde fueran sus maestros y sus guías, y todos iban seguros de que las puertas del reino de los Cielos los esperaban abiertas, más su Cielo y el de sus líderes se convirtió en defraudación.
Están siendo desviados del conocimiento de Dios, sin saberlo, precisamente por los mismos que son los encargados de velar por el rebaño, que es lo más grave.  ¿Cómo fue que no se dieron cuenta los supuestos líderes, que estaban siendo usados y extraviados, si en verdad eran tan inteligentes y sabios como creían?  ¿Qué les pasó?  ¿Por qué no le creyeron a Jesús?  Jesús avisó que así sucedería.  Hubo una gran traición y hubo un gran engaño, un gran complot, autorizado y avisado por Jesús, hubo traición desde arriba y desde el principio mismo de los tiempos del cristianismo, dirigido a probar a millones de almas a ver si creían a cualquier humano en vez de creer en Jesús.
Millones de líderes cayeron y caen en el error, sin darse cuenta, según lo profetizó Jesús.  Las almas asesinadas por estas traiciones superan los miles de millones de almas, son incontables, como las estrellas del Cielo.  Millones de estrellas han caído en el engaño.  Las estrellas del Cielo han caído derribadas a la tierra, seducidas y engañadas por el falso profeta, que hace señales y prodigios delante de la bestia, Pablo.  Tiene que haber un momento en que ya no suceda más el engaño.  Un tiempo previsto por Dios, el tiempo anunciado por Jesús.

94. En la trinidad usurpadora el espíritu es falaz, no es santo.
Es un espíritu aparentemente santo, un espíritu engañoso, que usurpa el lugar del verdadero Espíritu de Jesús. Por ese espíritu falaz, Luzbel se nos presenta más malo de lo que realmente es, pues Luzbel no se levantó en contra de los designios de Dios, (nadie puede hacerlo), sino que Luzbel mintió porque es mentiroso, así fue creado, mentiroso.  Por ese mismo espíritu falaz, Pablo se nos presenta más bueno de lo que realmente es.  Los dos mienten, pues ese es su espíritu. 
Hoy anunciamos que los que, sin saberlo, están expandiendo todas las mentiras sobre Luzbel y sobre Pablo, sin saberlo son anticristos, a los cuales espera el llanto y el crujir de dientes.  Hoy anunciamos que la mayoría de los seres humanos no saben para quien están trabajando, porque están siendo extraviados con trampas y velos muy sutiles.  Y que hoy, más que nunca, se cumple el dicho de que nadie sabe bien para quién trabaja. 
Solo al final de los tiempos caerá la máscara de Pablo, el día del banquete de bodas del cordero, pero será tarde para la gran mayoría de vírgenes necias, seguidoras ingenuas del falso profeta, Pablo.  Por eso hay que creerle a nadie, todo lo que enseñe, sin reservas, seguir en pos de nadie y confiar a ojos cerrados en nadie, además de Jesús, y hay que revisar toda palabra, a la luz de las palabras de Jesús y de las de nadie además de él.

95. Si el mal no viniera antes del bien, ni a uno engañaría.
Si el mal no se hiciera pasar por Dios, y si el mal no hablara desde arriba, desde el poder, desde la boca de grandes profetas, si Dios no le diera al mal entrada a lo sagrado, para tratar de confundirnos, el espíritu del mal no tendría la más mínima opción de engañar a los seres humanos.  Por eso en las escrituras, Dios autorizó la entrada de espíritus engañosos (1ª Reyes 22: 1-38), sin que por ellos se vea afectada la verdad de Dios, puesto que las mentiras y los errores no le pueden en realidad dañar la tarea a Dios y a los que sean de la verdad.  Si el espíritu de engaño no puede entrar a las escrituras sagradas, y si el espíritu de engaño no pudiera hablar desde las escrituras sagradas, como si ese engaño fuera una enseñanza sagrada, de Dios, no tienen Luzbel y su hijo, Pablo, cuando hablar con un mínimo de autoridad a los seres humanos, para ponerlos a prueba, a ver cuáles de todos reconocen bien las palabras de Dios, su Padre. A ver quiénes de todos oyen la voz de su Pastor, Jesús, a ver quiénes no se extravían del sendero de la vida infinita.

96. Luzbel descubre para Dios cuales almas no mueren por el error.
No es que Luzbel esté por ahí sin algo que hacer y de pronto Luzbel desee matar tu alma, o si no lo desea, no se propone matarte el alma.  Luzbel no es libre de decidir, es que Luzbel fue creado por Dios, para que trate por todos los medios posibles de matar tu alma, y la de todos los seres humanos, siempre y en todo momento de sus vidas, induciéndolos a error.  Esa es la prueba que debe pasar toda alma, evitar morir por tomar el error como verdad.  Si es inmortal, esa alma no se dejará matar por el error.
La vida del alma es la verdad, la muerte del alma es caer en engaños, en falacias.  Al que Luzbel no le mate el alma, ese es eterno, esa alma es inmortal, porque creyó en Jesús y en nadie además de Jesús. Las almas inmortales ponen su atención en el único inmortal, y como nadie además de Jesús es inmortal, descartan a todo otro ser humano, no se dejan engañar por las falaces enseñanzas de Pablo, son almas inmortales.
El espíritu de Jesús convencerá de pecado al mundo, porque engañados, no le creyeron a Jesús.  Y si no le creyeron a Jesús, fue que, aunque creyeron en Jesús, también creyeron en algún profeta o maestro humano, además de Jesús. Habiendo Jesús advertido que a nadie le creyeran además de Él, que oyeran la voz de nadie además de la suya.  Esas almas mortales, se fijaron en los seres humanos mortales, esas almas creyeron y cayeron en los engaños de Luzbel, y en las enseñanzas de algunos de los millones de anticristos, discípulos de Pablo, pues para eso fueron creados por Dios los engañadores, tanto Luzbel, como su hijo Pablo, para atraer al error a los que se dejen. Al asesinar esas almas, Luzbel está seleccionando a los que no se dejan llevar al error, trabaja de seleccionador.
Igualmente los teólogos, que traspasaron las enseñanzas de Jesús, creyendo que podían seguir en pos de otros profetas, para llegar al reino de Jesús, aquel que con nadie comparte su gloria, no se mantuvieron en la verdad, porque la verdad tampoco estaba en ellos, porque no eran de la verdad, y los que creyeron en esos teólogos falaces, tampoco eran de la verdad, puesto que hubieran visto que esos eran maestros falsos, que no tenían esa verdad, puesto que solamente los que son de la verdad la pueden reconocer. Las almas inmortales reconocen la verdad.

97. Que el Cristo no vino en carne, nos hace creer Luzbel.
Los cristianos, extraviados, no se dan cuenta que no creen que el cristo vino en carne.  Luzbel, consigue esto con solo hacernos creer en otros seres humanos, que supuestamente hablaron palabras de Dios, además de Jesús.  Con lo cual consigue que los hombres crean que Jesús es semejante a otros grandísimos seres humanos, portentosos, prodigiosos e inteligentes, y que las enseñanzas de Jesús pueden ser mezcladas con las enseñanzas de otros grandes profetas y siervos de Dios, como Pablo, como si todas esas enseñanzas fueran de igual valor (2ª a Timoteo 3:16).  El trabajo para el cual fue creado Luzbel, por Dios, es hacernos creer que las enseñanzas de Jesús son semejantes a las de otros seres humanos, y así consigue que, sin darnos cuenta, neguemos que Jesús vino en carne.  Es decir que no nos demos cuenta de que Jesús es Dios mismo, en carne y huesos, por lo cual sería entonces imposible, juntar sus palabras con las de otros seres humanos, para creer que tienen igual valor.

98. Jesús jamás dijo que Luzbel se rebeló contra Dios.
Cuando Jesús dijo que Luzbel es mentiroso y es el padre de la mentira, eso para nada quiere decir que Luzbel se haya vuelto rebelde, en contra de Dios, o que odie a Dios, o que le esté haciendo daño a la obra de Dios.  Lo cual suponen los que estudian, mal guiados, la palabra de Dios. Luzbel fue creado así, malo, por Dios, para darle al ser humano la libertad de elegir entre el mal y el bien y también para poner a prueba a todo ser humano, a ver quienes sí desean  saber la verdad.  Si Luzbel no fue creado por Dios tal cual es Luzbel, malo, y Luzbel se hubiera modificado a sí mismo, Dios no sería Dios. En ninguna frase de Jesús dice que Luzbel se rebeló en contra de Dios. El principio de la sabiduría es conocer quien es Dios. Ese es el primer paso en el sendero de la sabiduría y de la luz.  Por lo que, el primer paso en el sendero de la ignorancia y las tinieblas es desconocer a Dios, que es todo poderoso, que todo los sabe, que todo lo ve, que está en todas partes. 
Si reconoces que Luzbel se rebeló en contra de Dios, le desconoces a Dios su esencia, que es todo poderoso, y que lo sabe todo y que lo controla todo.  Con una mentira pequeña y sutil, aparentemente sin importancia, como esta, de su rebelión, su primera mentira, en verdad su mentira más poderosa, te lo quita todo, y consigue que tú, que sí te puedes rebelar en contra de Dios, pero solamente hasta el día del juicio, entonces te rebeles, consigue su objetivo.

99. Luzbel fue creado solo para la mente humana.
Luzbel fue creado solamente para el ser humano. Luzbel es como el virus que pone a prueba el sistema de defensa del alma humana, a ver si es eterna o mortal.  Para saber si es inmortal, Luzbel trata de matar esa alma, por todos los medios. Si no logra matarla, esa alma es eterna, es la única forma de saber si esa alma es eterna, si no se deja matar.
Luzbel está muy bien armado y puede matar almas humanas, así como las culebras y los leones y los escorpiones y los tiburones, entre otros, que pueden matar seres humanos sin ser malos por ello, pues fueron creados por Dios así de bien armados.  Luzbel fue creado mentiroso y con las mentiras y con los engaños mata las almas de los hombres, que se dejan seducir.  La mentira es la muerte del alma. 
Afuera de la mente humana no hay Luzbel, porque no hay libre albedrío.  Luzbel hay solo cuando hay libre albedrío, Luzbel es el libre albedrío mismo.  No hay Luzbel para las estrellas, ni para los animales, ni para las plantas, ni para los minerales, no hay Luzbel para tentar a los ángeles, que son los que son, sin tener libre albedrío.  Solo hay Luzbel para los seres humanos.

100. Luzbel se divide y aparenta el bien, para poder engañar.
El mal que todos pueden reconocer, como el asesinar, o ser satánico, o hacer brujería, no engaña a los seres humanos, pues todos saben que eso es malo.  Pero el mal que está disfrazado de bien, la falacia, eso mata a miles de millones de almas, sin que se den cuenta.  Si Luzbel no divide su reino entre lo malo y lo bueno falaz, si Luzbel no nos propone él mismo el mal y el bien, y si además Luzbel no nos propone el mal disfrazado de bien, Luzbel no tendría control, Luzbel no nos podría engañar ni un instante, por lo que Luzbel, nos  enseña cosas buenas, unidas a cosas malas, que parecen buenas, además de enseñarnos cosas sin duda muy malas para que creamos que eso es el mal.
Luzbel hace sus prodigios, arrojándose a sí mismo de otras personas, para que las personas le crean al que hizo las expulsiones de demonios y luego los seres humanos son engañados por esos hacedores de milagros, con enseñanzas sutilmente adulteradas, que pasan por ser verdades de Dios, salidas de los labios de un siervo de Dios, autorizado por ser hacedor de milagros, como sucedió con el hijo de Luzbel, Pablo.
Por esto fue por lo que dijo Jesús que muchos en el día final le van a decir a Jesús que profetizaron en su nombre, que en su nombre hicieron muchos milagros, pero Jesús les dirá que no los conoce, aunque trabajaron para Él, que son obradores de iniquidad.  Solo hasta ese instante final, esos muchos seres humanos van a descubrir que se engañaron a sí mismos con las falacias de Luzbel (Judas 1: 9), ellos creían de verdad que trabajaban para Jesús, y que por ello iban a ser exaltados y recompensados en el cielo.

101. Los anticristos a veces no saben para quién trabajan.
Luzbel hace que los que él tiene engañados, crean que trabajan para Jesús y se sacrifiquen por Jesús, incluso hace que sus extraviados seguidores den su vida por Jesús (Judas 1: 9).  Luzbel hace que prediquen una gran cantidad de verdades, unidas a errores muy humanos, seguros de que los inspiró el espíritu de Jesús. 
Y algunos de esos errores, procedentes de almas que no se negaron a sí mismas, le enseñan a los demás y los incitan a ser soberbios, lujuriosos y codiciosos, y todos creen que es inspiración pura del espíritu de Jesús.  No se dan cuenta que el espíritu de Jezabel y el espíritu de Balaán, dictan en la Gran Babilonia enseñanzas en nombre de Dios, haciendo que los hijos de Dios se extravíen en pos de la sensualidad, en pos de la lujuria, en pos de la incontinencia y en pos de la codicia de bienes materiales. 
Y todas esas enseñanzas que pululan por millones en la Gran Babilonia que Pedro denunció, son entregadas a los cristianos, como alimento espiritual puro, alimento celestial, fundamentado en las sagradas escrituras, porque creen que las falaces enseñanzas de Pablo son palabras de Dios mismo.  Los que son siervos ciegos de Luzbel y de su hijo de perdición, Pablo, aquellos siervos que reparten ese alimento espiritual envenenado, no saben que están ayudando a asesinar en su ignorancia, las almas de los que querían ayudar a salvar.

102. Se consuma el engaño si hay prodigios y entrega de la vida.
Si Pablo no hiciera milagros, ni un ser humano creería que sus enseñanzas son de Dios.  Si Pablo no diera su vida por Jesús, si Pablo no predicara a Jesús, y si Pablo no padeciera por Jesús las más grandes tribulaciones, los hombres no creerían que sus enseñanzas son de Dios.
Lo verían como lo que realmente fue: el perseguidor asesino de cristianos, el que va a ser descubierto por todos en el porvenir, como el gran profeta falso, el que, en el juicio final, Dios revelará que es en realidad el anticristo, el falso apóstol Pablo, nada más y nada menos, el supremo seductor, el gran usurpador.
Principalmente por eso fue por lo que dijo Jesús que muchos le dirán en aquel día del juicio, que hicieron milagros y profetizaron en su nombre, pero Jesús les dirá “nunca os conocí apartaos de mi obradores de iniquidad”.  Ellos estaban seguros de que trabajaron para Jesús y que Jesús los premiaría al final, por eso es que ellos le argumentarán con firmeza a Jesús, que hicieron milagros en su nombre y que profetizaron en su nombre, y eso era verdad, trabajaron para Jesús, y en verdad dieron sus vidas a Jesús, pero también trabajaron extraviados de Cristo, sin saberlo, trabajaron para la trinidad usurpadora, y no se detuvieron a escudriñar los espíritus a ver si eran de Dios, simplemente aceptaron por verdad las tradiciones milenarias.

103. Luzbel acusador de los que él derrotó (Apocalipsis 12:10). 
Porque a los vencedores de sus pruebas Luzbel no los puede acusar. Y no es que Luzbel a los vencedores no los haya logrado engañar en ni una prueba. Obvio que todos hemos fallado, errado, pecado, pero algunos pocos lograron superar los extravíos de Luzbel. Los vencedores no son impolutos, son vencedores al centrarse en la verdad y dejar de lado los errores de Luzbel y de Pablo. Al incitar Luzbel al engaño y lograrlo en la mayoría de las mentes, y luego acusarlas, está haciendo a la perfección el trabajo que Dios le ordenó hacer. 
Es tan astuto Luzbel, que para que los seres humanos hablen del bien y enseñen el bien, los pone a hablar contra el mal.  Por lo que terminan creyendo los seres humanos, que el bien y el mal están unidos, que son paralelos , que no son opuestos.  Para predicar la santidad, los predicadores, pasan más tiempo hablando del pecado, estudiando el pecado, conociendo a fondo los pecados, haciendo listas de pecados, convenciendo al pueblo de lo pecadores que son, humillando al pueblo, acusando al pueblo de pecado, haciendo denuncias de los pecados ocultos de los sacerdotes, de los pastores y de los ministros, y cuando terminan su larga lista de acusaciones y estudios de los pecados, cuando ya tienen a los cristianos, a las ovejas, sufriendo, acusados, conscientes de que no podrán vencer, están seguros que hablaron del bien y de la santidad.
La mayoría de los predicadores, creyendo que le sirven a Dios, al ser acusadores, son siervos de Luzbel, porque Dios no acusa a sus siervos, Dios no avergüenza a sus siervos, Dios es misericordioso con sus siervos, Dios no los humilla.  Pero el que estudia la maldad de los seres humanos, el que está muy interesado en los pecados, como son, es el acusador.  Luzbel juega con los líderes, los vuelve acusadores, y la mayoría de los líderes no apacientan a las ovejas, no las limpian, no las aceptan, sino que, por el contrario, las atormentan.
Cuando en el cristianismo alguien hace caso omiso de los errores de otro, cuando unos cristianos no hablan ni denuncian los pecados de los demás, los extraviados seguidores de Pablo creen que eso es encubrimiento, que esto hace por maldad. Porque basados en los engaños sutiles de las falaces enseñanzas de Pablo, terminan siendo como Luzbel y su hijo, Pablo, denunciadores y acusadores del mal de los demás, andan sacando la paja del ojo de los demás, redarguyendo a los demás, regañando a los demás.  Las falaces enseñanzas de Pablo han sido muy poderosas para extraviar en esto de juzgar a los demás y acusarlos durante estos dos mil años.

104. Luzbel es el que bota la basura en el reino de los Cielos.
Luzbel no puede ser otro diferente de aquel que Dios creó, así de mentiroso como fue creado. Fue creado como el recogedor del desecho de la creación humana, lo que se dañó, lo que no salió verdadero, lo que será destruido al final.  Luzbel no cambió.  Su oficio es proponernos el mal, que Dios no nos quiere proponer, para que seamos libres de elegir nuestro destino.  Y no es que Dios no pueda proponernos el mal, al fin de cuentas es Dios y nada es imposible para El.  Dios no desea proponernos el mal, no es su voluntad, y por tanto creó un ángel para que hiciera ese trabajo, de poner a prueba a todos los seres humanos, uno por uno, incluido Jesús, y tratar de destruir sus almas por medio de las falacias.
No es que Luzbel incite una guerra que mate millones de personas y ahí logró destruirlas. Las almas no mueren, las almas vuelven, las almas son inmortales, por lo que la única forma de matarlas es inducirlas a error (Juan 21: 21-23) (Mt 11, 11-15) (Mateo 28: 18) (Mc 5:39) (Mateo 10:23). Esa es la muerte del alma. Al final de todos los procesos mentales siempre está el saber la verdad absoluta. Si Luzbel logra que creas que Pablo tiene palabras de Dios tan válidas como las de Jesús, que es la última de todas las pruebas, ahí estás muerto, y no te das cuenta.
Luzbel limpia el Cielo, Luzbel y su hijo, Pablo, son los aseadores, en el taller de la creación de los hijos de Dios.  Luzbel es el que arroja a la basura, a los imperfectos de la creación.  El destino final de Luzbel, como Luzbel que es, es ser destruido, ese es su destino inalterable, así fue determinado por Dios, desde el principio, cuando lo creó mentiroso y homicida, que sería destruido al final, con todos los que él, Luzbel, haya podido atrapar en sus lazos, en sus redes, en sus engaños, en sus falacias, pues para eso fue creado.  Luzbel sabe cuál es su destino final desde el principio de su creación y lo acepta, porque Luzbel es sumiso y es fiel a su misión divina, ser el tentador, ser el oponente tuyo, no el oponente de Dios.  Su destino inalterable es llevarse con él para el abismo, a los derrotados, a los engañados.

105. Luzbel es el que aprueba a los hijos de Dios.
La trinidad usurpadora, con su prueba, es la encargada de aprobar a los hijos de Dios.  Luzbel y su hijo Pablo, son los encargados de probar, para que sean aprobados, aquellos hijos de Dios que no se engañen con las falacias de la trinidad usurpadora.  Luzbel es el que da el visto bueno final, a los que pasen por encima de sus engaños y de las falaces enseñanzas de su hijo, Pablo. Pero los que queden atrapados en sus falacias, serán reprobados, serán destruidos.
Al poner a prueba a todo hombre, incluso a Jesús, Luzbel es ese ángel que Dios puso en la entrada misma del paraíso terrenal, para impedirnos entrar al paraíso, es decir, Luzbel es ese ángel que está a la puerta, decidido a desviarnos, decidido a impedirnos la entrada al Cielo.  El que supere las pruebas de Luzbel, entra al cielo y el que no supere las pruebas de Luzbel no entra al cielo.  Así es como Luzbel prueba quien salió bien y quien salió mal.  Luzbel reconocerá a aquel que lo venza justamente, a aquel que no le tenga miedo, ni rabia, lo reconocerá con el mismo respeto que los demonios veían a Jesús, y Luzbel se guardará de tocar a aquel que no le tema (Gen 32: 22-30). Todo aquel a quien Luzbel logre engañar, distraer, vencer, atemorizar, el mismo Luzbel se encargará de destruirlo, puesto que no se fijó en Jesús y en nadie además de Él. Para eso Luzbel había puesto sobre la Tierra a su hijo Pablo, para distraer a los humanos. 
Valga decir que en verdad Luzbel a nadie va a dejar entrar al Cielo, igual que aquel ángel a la entrada del paraíso que con una espada flamígera, fue puesto por Dios para a nadie dejar entrar.  Por tanto, se concluye que hay que ser nadie para poder entrar al cielo.  ¿Y cómo se es nadie o se llega a ser nadie para poder entrar al Cielo?  No haciendo nuestra voluntad, sino la de Jesús, negándonos nosotros mismos, como nos enseñó Jesús, que no hacía su voluntad, sino la voluntad del Padre, como se negaron los doce apóstoles de Jesús, todos han llegado a ser nadie, al no hacer su voluntad.  Luzbel a nadie aprueba y autoriza a entrar al Cielo.

106. Luzbel hace que muchos lo odien, que lo maldigan.
Luzbel hace que muchos lo ataquen, porque sabe que tiene atrapados en sus redes a todos los que lo aman, pero también a todos los que lo atacan.  En las falaces enseñanzas de Pablo, obviamente hay improperios y trato menospreciativo hacia Luzbel, para incitar a los seres humanos a tratar mal a Luzbel, para llevar a las almas cautivas hacia Luzbel. Pero el arcángel Miguel, cuando contendía con Luzbel, no se atrevía a proferir juicio injurioso contra Luzbel, no blasfemaba contra Luzbel. Enseñan los apóstoles Pedro y Juan, que los hombres extraviados, blasfeman de ese ser glorioso que es Luzbel, y al hacerlo, no se alejan de Luzbel, sino que, por el contrario, quedan más atrapados en las redes de Luzbel.  
Solamente se les puede vencer a esos dos formidables enemigos, a Luzbel y ya su hijo Pablo, con indiferencia y reconociendo que tienen autorización del cielo para ponernos a prueba, que no tenemos por qué atacarlos ni temerles, puesto que no estamos en las manos de ellos, sino que estamos es en las manos de Dios, y que tanto Luzbel como Pablo, están sujetos a la voluntad de Dios, sujetos a lo que Dios les autorice hacer para probarnos.  No hay otra forma de vencerlos.

107. Luzbel, astutamente, exhibe a los poseídos de demonios.
Luzbel presenta su cuadro de terror, con personas convulsionando, torciendo los ojos, arrojando espumarajos, y haciéndose daño, (un mal real de Luzbel), para que los débiles y los ignorantes, le teman a su poder de poseer las personas y llevarlos hasta tener que ser exorcizados, y todo eso es creación de Luzbel para que los humanos, viendo ese Luzbel, no vean al Luzbel que los está engañando adentro de la iglesia de Babilonia, y no vean al hijo de Luzbel, Pablo, que ha estado haciendo prodigios y seduciendo a las naciones, delante de la bestia.  Todos esos poseídos previamente autorizaron a Luzbel para que los poseyera, lo decidieron libres, les sedujo esa posesión. Los espíritus impuros solo entran en mentes afines a ellos. Por lo que si ves una expulsión de un espíritu impuro puedes estar tranquilo si tu mente no tiene afinidades con ese espíritu.
Luzbel, además, creó la persecución del imperio romano, para que los cristianos no tuvieran tiempo de ver como se infiltraba en la iglesia Pablo y no pudieran defenderse en contra de sus enseñanzas sutilmente adulteradas, que estaban en ese momento entrando y manifestándose al mundo.  Todos estaban tan asustados por la persecución del césar romano, que no vieron cómo se infiltró el césar espiritual, también ciudadano romano, Pablo, a perseguir y asesinar almas en silenciosos combates espirituales.





LIBRO II
CAPÍTULO 10
EVIDENCIAS DE LA INFILTRACIÓN DE LUZBEL,
EN EL PUEBLO DE DIOS Y EN SUS ESCRITURAS.
(Obviamente autorizado por Dios.)

108. Luzbel tentó a Eva delante de Dios y autorizado por Dios.
Cuando Luzbel tentaba a Eva, Dios estaba ahí presente, autorizando la prueba.  Es mentira de Luzbel, que cuando les proponía el mal a Eva y a Adán, Dios no estaba presente, no lo sabía, o no lo había previsto. Y que luego Dios, como si no conociera el universo, como si no fuera omnipresente, anduviera buscando y llamando a Adán y a Eva, puesto que supuestamente se habían escondido de Dios. Eso a todas luces es un astuto engaño de Luzbel.  Hasta ese momento que aceptan la sugerencia de Luzbel, los seres humanos eran como los ángeles, no podían decidir ser buenos o malos, eran buenos porque no conocían el mal.  A partir de ese momento pasaron a ser como Dios, creadores de su propio destino.  No sucedió esto por fuera de la voluntad de Dios.  No sucedió un daño en el Cielo, no sucedió algo que Dios no deseara. 
Dios previó ese momento en el que al ser humano se le proponía el mal, se le proponía rebelarse en contra de Dios, y lo hiciera, para que toda la humanidad tuviera libre albedrío.  Para que todo ser humano sea el creador de su propia vida, teniendo libre elección, entre el bien y el mal, teniendo el hombre el dilema de diferenciar el bien y el mal, siendo que a veces el mal sutilmente se disfraza de bien y confunde a las almas.  Ese es el árbol de la ciencia del bien y del mal, es la más alta ciencia, la más refinada ciencia. Y como ciencia se basa en principios de ensayo y error. Poder diferenciar el bien del mal, es la única ciencia que todo ser humano ha de conocer a fondo sin falta, para trascender al más allá. 
La prueba y posterior engaño de Eva y Adán no fue iniciativa propia de Luzbel, rebelándose contra Dios, dañando el trabajo de Dios, haciendo algo que Dios no hubiera autorizado previamente, o haciéndolo a escondidas de Dios.  Dios estaba ahí presente, viendo cómo se cumplía su designio.  Dios lo tenía todo previsto para que los seres humanos pudiéramos ser hijos de Dios. Dios no tiene enemigos que estén esperando un descuido suyo para dañar su obra, para destruir a sus criaturas.  No le comas cuentos a Luzbel, pues para eso fue creado por Dios, para ponerte a prueba a ver si reconoces la verdad. No fue que Dios no estaba viendo cuando Luzbel hablaba con Eva.  Dios estaba ahí viendo cómo se cumplía la historia de la humanidad, para bien final de la humanidad.  Luzbel nada puede hacer que Dios no lo esté viendo, y si lo está viendo y guarda silencio, entonces lo está autorizando, esa es la realidad.

109. Luzbel les decía a los israelitas que él era Dios.
Hasta hacerse pasar por Dios delante de los hombres, llega el poder que Dios ha concedido a Luzbel.  Llega su poder hasta decirles: “yo soy el Señor tu Dios, ve y mata a otros seres humanos en mi nombre”.  Llega el poder de Luzbel hasta decirle a Abraham que mate a Isaac, su hijo para que le demuestre amor y lealtad, supuestamente al Dios de la vida, asesinando a su hijo, en honor a aquel que es el Dios creador y no destructor. En honor a aquel que supuestamente respeta la vida, en honor a aquel que supuestamente es amor. Que le demuestre, amor con un acto criminal, abominable, contrario al amor (Gen 22: 2).  Hace pasar Luzbel, como voluntad de Dios, un acto contrario a la voluntad de Dios, un acto que Dios repudia como lo es asesinar personas (Deuteronomio 18: 10-12).  Si Dios no le hubiera concedido ese poder de hacerse pasar por Dios, no pudiera hacerlo.
Llega el poder que Dios le ha concedido a Luzbel, hasta decirle a los líderes y a los profetas de Israel, que ellos habían visto a Dios cara a cara, cuando el evangelio de Jesús dice que nadie ha visto jamás a Dios (Juan 1: 18), y cuando Jesús dijo que todos los que vinieron antes de Él eran ladrones y salteadores (Juan 10: 8), no refiriéndose a reyes enemigos de Israel, sino a los que supuestamente vinieron en nombre de Dios Padre, se refería a los ángeles que les hablaron a los profetas, que hablaron a los jueces, que hablaron a los caudillos de Israel. Y, en consecuencia, se refería a los propios profetas de Israel, que, engañados, guiaron al pueblo a lo mas macabro de la humanidad, creyendo que lo hacían en nombre de Dios. Cuando los profetas y los líderes del pueblo de Israel decían que habían visto a Dios no mentían, ellos estaban seguros de haber visto a Dios, cara a cara, puesto que se les habían presentado cómo Dios algunos de los seres celestiales que ellos vieron.  Y salían temerosos de esa presencia, maravillados de no haber muerto, si supuestamente habían estado en mismísima la presencia de Dios.
¿Entonces a quien vieron? ¿A quién oyeron?  Vieron y oyeron a un ángel, solo a un ángel de Dios, y nada más que a un ángel, aunque toda la humanidad, con sus grandes maestros, diga que no, porque todos a una han sido engañados, porque en verdad nadie ha visto jamás a Dios.  Solamente el que ha visto al Hijo, a Jesús, ha visto al Padre.  El Padre es imposible de ser visto y conocido por ojos y mentes humanas, pues desborda todo entendimiento, por lo que solamente viendo y conociendo a Jesús podemos conocer al Padre.
Solo hay un ángel que se puede llamar mentiroso, creado para mentir, para probar. Solo ese ángel les mentiría a los Israelitas, puesto que en otras ocasiones se les aparecieron ángeles que les decían que eran ángeles.  Luzbel se anticipó a la venida de Jesús, se presentó a los patriarcas como si fuera Dios, no se mantuvo en la verdad, pues solo así tenía una posibilidad de engañar a los seres humanos, con falacias, es decir, diciendo en nombre de Dios muchas verdades y unas cuantas mentiras con apariencia de verdad.
Así como Pablo también se anticipó y se infiltró en los primeros años del cristianismo entre los doce apóstoles de Jesús, dejando en sus falaces enseñanzas, el engaño de que el supuesto anticristo, anunciado por Pablo, se manifestaría al final de los tiempos. Pudiendo trabajar sus masacres silenciosas de miles de millones de almas insensatas, durante miles de años, sin que aún fuera esperado por los cristianos, cautivos de sus enseñanzas, en la Babilonia espiritual que es Roma, su ciudad espiritual, envenenada con las falacias de sus enseñanzas, tenidas no como opiniones humanas, sino como palabras de Dios mismo. Haciendo Pablo, con los cristianos que creyeran que él era Dios, puesto que adoran sus palabras como palabras de Dios, lo mismo que hizo su padre Luzbel con el pueblo de Israel, vino y les dijo que él, un simple ser humano con errores, era Dios.  Con cuanta facilidad cayeron miles de millones de los hijos de los hombres en el engaño.

110. Profecías sobre el rey de Babilonia y el rey de tiro (Isaías 14 y Ezequiel 28).
El profeta Isaías escribió sobre el rey de Babilonia, diciendo que era aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades; que a sus presos nunca abrió la cárcel.  Es muy claro que habla de un ser humano de carne y huesos, no de Luzbel.  Ezequiel escribió de un rey rebelde, no de un ángel.  Ambos profetas para exaltar el poder de esos hombres, que decidían a su antojo las vidas de sus súbditos, hablaron de ellos como de querubines, pero al leer todo el texto, se sabe que es realmente sobre esos reyes que profetizan.  La profecía del supuesto querubín del profeta era para un rey, no era para un ángel.  Era una exageración del profeta, diciendo que era un rey muy poderoso.
No eran para Luzbel que fueron escritos estos dos pasajes, donde los profetas Isaías y Ezequiel hablan de un querubín muy poderoso, que se rebeló pretendiendo ser como Dios (Ez 28: 14).   Esos escritos fueron para los reyes de Babilonia y de Tiro, reyes a los cuales compararon los profetas Isaías y Ezequiel con un querubín, por su esplendor humano.  Estos textos sí se pueden aplicar perfectamente para entender mejor el misterio, de Pablo, que también es un ser humano, pero no son aplicables para entender el misterio de Luzbel, porque él es sumiso a Dios.  Si Luzbel se revelara en contra del designio de Dios, entonces no sería malo ya, ni mentiroso, sino que, en rebeldía a su misión probadora, sería bueno, veraz y no atacaría las almas humanas, no las buscaría merodeando “como un león rugiente buscando a quien devorar” (1ª de Pedro 5: 8), como fue creado Luzbel por Dios.
Estos pasajes del “querubín rebelde” sirven para entender el misterio de la verdadera identidad secreta del hijo de Luzbel, Pablo, que, siendo rebelde contra Dios, inicialmente fue perseguidor apasionado, perseguidor a muerte del pueblo de Dios, que es el pueblo de los cristianos, el que respiraba amenazas de muerte contra los cristianos, es decir, el que blasfemaba lleno de odio, hacia el Espíritu de Jesús.  Pablo ha pretendido, durante dos mil largos años, que él subió al cielo, que él trajo palabras del cielo, que es un enviado de Dios, que tiene un evangelio al cual llama “su evangelio” (Romanos 2:16). Pablo dio su vida por “su evangelio”, su sangre fue derramada, es decir ha pretendido ser como Jesús, ser como Dios. 
Han caído a manos de las sutiles falacias de Pablo, sin exagerar, miles de millones de almas.  Ese, el hijo de Luzbel, Pablo, el más grande Judas espiritual de toda la historia de la humanidad, el más grande traidor encubierto, ese es el verdadero querubín rebelde del nuevo testamento.

111. ¿Está escrita la supuesta rebelión de Luzbel y sus ángeles?
En ninguna parte de las escrituras se halla que Luzbel se hizo rebelde.  En las milenarias tradiciones de los maestros y teólogos, pertenecientes a las diferentes sectas e Iglesias cristianas, tanto católicas, como ortodoxas, como las de la reforma protestante, sí aparece la enseñanza de que Luzbel se rebeló en contra de la autoridad y la soberanía del poder de Dios.  Pero en ninguna parte de las escrituras sagradas, en ninguna de las palabras verdaderamente de Dios, dice que Luzbel se rebeló en contra de Dios, sino que dice todo lo contrario. Contrario a la rebelión falsa de Luzbel, se hallan en las sagradas escrituras pruebas permanentes de su sumisión total sin ni una sola desobediencia.  En la escritura sagrada se halla que Luzbel le es sumiso a Dios, que Luzbel le pide permiso a Dios, que Luzbel no hace lo que Dios no le autoriza, y que cuando Luzbel está delante de Dios, en la reunión de los hijos de Dios en el reino de los Cielos, se postra delante de Dios para adorarlo (Job caps. 1 y 2).
En esa escritura, (Ez 28: 14) en ese pasaje único, el profeta Ezequiel le habla al rey de Tiro; no le habla a un ángel.  Los ángeles de Dios no son seres que están siendo puestos a prueba a ver como salieron creados.  Son los espíritus de Dios, enviados a toda la tierra. Los querubines son las siete estrellas que están en la mano derecha del cordero, son las siete luces del candelabro que está delante del trono de Dios.  Son espíritus de Dios, ya son los que son, ya están, ya fueron los que son, y ya Dios sabe que son los ejecutores de su voluntad, puesto que son sus espíritus.  Y parecería que por ello los ángeles son superiores a nosotros, los seres humanos, pero según enseñó Pedro, los ángeles, si pudieran, desearían ser como nosotros, como los hombres, como los hijos de Dios, justa y precisamente porque tenemos lo que a ellos les falta, que es ese bendito caos, llamado el libre albedrío.
Luzbel no se hizo malo a sí mismo, él no tiene la culpa de ser malo, él nació malo, fue creado malo para los seres humanos, no malo para Dios, ni es malo para los que son de Dios, porque Luzbel le obedece en todo a Dios, y no toca a los que Dios simplemente le dice que no toque.  Dios no tiene que luchar en contra de Luzbel para imponerle su voluntad y que no ataque a los que Dios desea proteger.  Y Dios no tiene que estar pendiente de que, al más mínimo descuido, Luzbel va a ir y va a desobedecerle y va a hacerle daño a los que Dios desea que no sean dañados.  Luzbel lo sabe y obedece.  Dios es todo poderoso, no tiene que luchar por que se haga su voluntad en el Cielo y en la tierra. no se esfuerza en ejercer autoridad, su autoridad reside en la sumisión natural de sus siervos, no en la fuerza que deba ejercer para que obedezcan.  Simplemente siempre se hace su voluntad, con solo Él desearlo.  Dios dice que se haga, así como cuando dijo que se hiciera la luz, y todo cuanto dice Dios que se haga, simplemente se hace, con Luzbel incluido y todo.

112. ¿Escrito está que Luzbel robó la tercera parte de los ángeles?
En ninguna parte de la escritura dice que Luzbel tomó para sí, por iniciativa propia, la tercera parte de los ángeles (Apocalipsis 12:4). Es imposible que se los robara Luzbel a Dios sin que lo supiera previamente. Por el contrario, esas dos terceras partes ángeles, que no arrastró con su cola el dragón, Dios las destinó a proponernos el bien y la otra tercera parte, la destinó el mismo Dios, para que sean los soldados de Luzbel.  Dios mismo le dio poder a Luzbel para que arrastrara con su cola la tercera parte de las estrellas del Cielo. 
Eso no sucedió porque Luzbel fuera más poderoso que Dios, y le hubiera arrebatado la tercera parte de sus ejércitos, o porque Dios se hubiera descuidado, y se le hubieran fugado, como si hubieran desertado de su aburrido reino de perfección, hacia un infierno un poco más emocionante, lleno de sensaciones y placeres prohibidos, donde Dios supuestamente no iría, porque no soportaría el mal, aborrecería el mal, abominaría el mal. Todo eso es falso para un Dios omnipotente, omnisciente, omnipresente.
En Apocalipsis 12:4 dice que el dragón arrastró la tercera parte de las estrellas del Cielo. Los teólogos inducidos a error por Luzbel y su hijo Pablo, deducen que fue que a Dios le sucedió esto sin saberlo. Suponen muy a la ligera que fue un acto violento de Luzbel y sus ángeles. Porque Luzbel los induce a creer que se rebeló en contra de Dios y se dejan inducir a error. Para Luzbel y para su misión probadora, fueron creadas por Dios mismo esa tercera parte de las estrellas del Cielo. Dios las creó, así como son y las creó a sabiendas de lo que harían, con todas las previsiones propias del creador del universo, omnipotente, omnisciente y omnipresente. 
Así decidió Dios que fuera la batalla en las mentes humanas. Esa batalla no es por el poder del cielo.  Por eso es por lo que solamente es para humanos ese dilema del bien y del mal, por eso es por lo que hay una batalla permanente de espíritus en todo ser humano hasta el día de la muerte.  La rebelión es única y exclusivamente de humanos, no de ángeles. 
Es imposible que los ángeles se modifiquen a sí mismos, que adulteren el orden natural de sus seres, porque son el espíritu de Dios, no tienen tiempo, no tienen devenir, no deciden sus existencias, son los que son por siempre.  Por eso es por lo que los demonios, que pertenecen a esa tercera parte de las estrellas arrastradas por Luzbel, reconocían la autoridad de Jesús siempre, y se le postraban y le obedecían en todo sin murmurar, sin objetar, con absoluta sumisión voluntaria, natural.

113. ¿Cuándo vieron a Dios Moisés y Elías?
En el antiguo testamento dice en varias ocasiones que hombres como Moisés (Números 12: 8) y Elías vieron a Dios y que se atemorizaron pues creían que quién lo viera moriría. ¿Se equivocó entonces el evangelio, cuando dijo que nadie ha visto jamás a Dios, pues solamente Jesús el hijo unigénito del Padre lo da a conocer?  ¿Le vamos a creer a Jesús?  ¿Hay contradicciones que vamos a negar ingenuamente? 
Más fácil se equivocan Moisés y todos los profetas juntos, cuando dicen que vieron y oyeron a Dios Padre, que haberse equivocado Jesús, que nos da a entender que Moisés y los profetas, cuando dijeron haber visto al Padre, vieron fue al ángel Luzbel haciéndose pasar por Dios, puesto que los otros ángeles de Dios no se harían pasar por Dios. Jesús fue el que les dijo a los israelitas, que eran hijos de su padre Luzbel, y no lo dijo por decirlo (Juan 8:39-59). Cuando los otros ángeles de Dios hablaron con alguno de los personajes del pueblo de Israel, dijeron que eran ángeles, no se hicieron pasar por Dios, y algunas veces dijeron su nombre propio a los humanos.
Cuando Pablo en magistral falacia dice que las apariciones de Dios en el antiguo testamento eran Jesús, induce a error a los teólogos que le creen. Jesús dijo muy claro que no había venido antes al mundo. Su venida al mundo ha sido la única y no se ha presentado antes a los profetas en espíritu, ni se ha presentado a Pablo en espíritu, porque Jesús no viene en espíritu. Jesús dijo muy claro que todo los que vinieron antes de él eran ladrones y salteadores. No se refería a los de las otras religiones, ni a líderes políticos. Se refería a ángeles y profetas. Todos ladrones y salteadores. Pero en verdad Moisés y Elías sí vieron a Dios, y hablaron largo con Él, no en el antiguo testamento. Moisés y Elías vieron a Dios cara a cara, sin temor el día de la transfiguración de Jesús. Ellos dos aparecieron con Jesús, hablando con Él, cara a cara, sobre el día de su partida, que había de cumplirse en Jerusalén. 
¿Qué de especial y diferente a todos los demás profetas y seres humanos, tenían estos dos profetas, Moisés y Elías, para tener el honor de estar con Jesús el día de la transfiguración?  Ellos tres, Jesús, Moisés, Elías y nadie además de ellos, tienen en común cuarenta días ininterrumpidos de ayuno y oración. Este detalle es de muy grande importancia, para todos aquellos que desean que el Espíritu de Jesús les revele la verdad, pues hace parte imprescindible de nacer de nuevo. Nacer del agua es mucho más que alguien le derrame a uno agua en la cabeza y ya. Además de los cuarenta días de ayuno y oración tienen en común que luego de esos días, los tres hicieron milagros, resucitaron personas, tuvieron dominio y control sobre el viento, sobre el agua, sobre los animales y sobre todas las fuerzas de la naturaleza, hasta resucitaron personas.
También es necesario, para todo aquel que desea ser conducido por el Espíritu de Jesús, hacia la verdad, fijarse en el detalle que de estos tres seres humanos ninguno tiene tumba reconocida.  Puesto que Moisés le dijo al pueblo de Israel, que El Señor lo iba a enterrar y Elías fue tomado al cielo y desapareció a los ojos de Eliseo.  Podemos decir que Moisés y Elías vieron al Padre, porque los apóstoles Pedro, Juan y Santiago, los vieron el día de la transfiguración, hablando con Jesús, que es el Padre transformado en hombre.  Y según Jesús, al que le creemos, nadie ha visto jamás a Dios, y, por tanto, según Jesús le enseñó a Felipe, solamente el que lo ha visto a Él ha visto al Padre, porque nadie puede conocer al Padre, si el Hijo no se lo da a conocer.

114. ¿Quién autorizó a los israelitas a asesinar personas?
Todo aquel que lee la historia del pueblo de Israel, sin entrar por la verdadera puerta, sin empezar por las enseñanzas de Jesús, y sin darles la importancia debida a las palabras de Jesús, se alegra con la muerte de todos los asesinados por Israel, se solidariza con los asesinos, siente hervir su sangre de deseos de hacer lo mismo, se hace homicida sin darse cuenta. Luzbel juega con su mente, lo hace elegir entre dos males, no elige entre el bien y el mal. 
Es como si los judíos tuvieran permiso único de ellos, de parte de Dios, para asesinar. Como si tuvieran licencia para matar, y todos los demás pueblos de la Tierra no tuvieran voz ni voto delante de Dios para quejarse de los amillones de asesinatos de los israelitas. Como si no fueran humanos todas las demás personas que había sobre la Tierra en ese entonces, cuando tomaron por asalto la tierra prometida. Como si esos humanos no tuvieran alma divina, como si no existieran, como si sus habitantes fueran animales de caza. 
Luzbel juega, desde siempre, un juego macabro en las mentes humanas, haciéndolas solidarizarse con una bandada de asesinos, todo porque lo hacían en nombre de Dios.  ¿Los enemigos del pueblo de Israel no eran personas?  ¿Eran despreciables a los ojos del creador de la vida? ¿Las vidas de los asesinados y sus hijos, eran basura para Dios? ¿No eran humanos?  ¿No eran hijos de Dios?  ¿Sus vidas no eran sagradas a los ojos de Dios, como parecería que sí lo eran las vidas de los hijos de Israel?
Cuando uno es padre de varios hijos, sabe, a ciencia cierta, que jamás enviaría al uno a matar al otro, como sucede, hasta el día de hoy, sin piedad alguna, que se asesinan mutuamente entre los descendientes de Ismael y los descendientes de Isaac. Dios Padre, a nadie sin excepción alguna, le ha dado autoridad para matar a otro ser humano, y mucho menos en su nombre. Dios, que está por encima del bien y del mal, es aquel único que sí puede disponer de toda vida humana, como y cuando le parezca.
Dios ha sido calumniado por siglos, cuando los cristianos creen que el pueblo de Israel tenía permiso divino para asesinar seres humanos. Y pasados de demasiado ingenuos, y faltos de discernimiento, ajenos a la sabiduría, entorpecidas sus mentes asesinas, ni se dan por enterados, ni piensan, que es totalmente absurdo que el creador de la vida envíe a unos hijos suyos a asesinar a otros hijos suyos, enseñándoles de paso a irrespetar la vida humana, que es sagrada.
Nadie es tan importante y poderoso, como para que Dios le haya dado licencia para juzgar, o para matar. Nadie, entre los humanos, absolutamente nadie, está por encima del bien y del mal, como para que pueda matar seres humanos y no tenga que rendirle cuentas terribles a Dios, por haber destruido a sus hijos, los hijos de Dios. En principio, todos los seres humanos podemos llegar a ser hijos de Dios. Por esto es imposible que un ser humano pueda cortar esa posibilidad de los demás de llegar a ser hijos de Dios.  Por eso fue por lo que Jesús tuvo que dar su vida, justamente para enseñarnos a respetar las vidas ajenas, aún a costa de la propia vida, según su sabiduría. 
Jesús, dando su vida para entrar al Cielo, nos enseña a dar la vida, para entrar en nuestra Tierra prometida, y no quitar la vida a otros, como lo hicieron los Israelitas para entrar en su tierra prometida.  Por esto fue por lo que el apóstol Juan, con su autoridad, escribió esa dura y triste sentencia, que es justamente por quitar la vida humana, que no hay entrada posible a la tierra prometida, que ningún homicida tiene en sí la vida eterna (1ª de Juan 3:15) (1ª de Juan 5:16-17). Quitar vidas violentamente es lo que hizo el pueblo de Israel, al entrar en la tierra de Canaán, porque su supuesto Dios se lo había ordenado. Obviamente no era Dios sino Luzbel, (Juan 8:44) el que los guiaba, el que los incitaba, el que les ordenaba, cuando quitaron la vida a millones de seres humanos, en nombre de una supuesta orden de Dios, para poder entrar en aquella tierra prometida.
Luzbel, haciéndose pasar por Dios, ordenó la masacre de millones de seres humanos, brutal masacre que los israelitas cometieron sin pensarlo dos veces, en nombre del Dios creador de la vida.  Claro que dirán que los demás pueblos en toda la vasta tierra asesinaron también a millones de seres humanos, pero no lo hicieron en nombre del Dios de Israel, en nombre del Dios creador de la vida. 
Es el punto más alto de la necedad y de la ignorancia asesinar personas en nombre de Dios. Es un irrespeto a Dios, un irrespeto a su sabiduría y un irrespeto a su amor. Es la más alta falta de discernimiento, que no haya espíritu que les diga, adentro de las almas y de los corazones a los cristianos, que eso no fue Dios, el que autorizó esos millones de asesinatos en su nombre. Es el colmo de las desgracias, que los guías de miles de millones de supuestos cristianos no vean en que es una vil blasfemia contra Dios. Es la mayor desgracia que no entiendan ni un poquito, que es una calumnia decir que Dios ordenó al pueblo de Israel cometer tantos y tan grandes genocidios en nombre del creador. 
Cuando los israelitas venían de asesinar en masa a los pueblos vecinos, cuando dejaban una estela de muerte y destrucción, cuando masacraban, igual que los terroristas actuales, a hombres mujeres y niños sin piedad, solo por el hecho de no ser de su grupo étnico, entonces hacían fiestas, se creían bendecidos, estaban seguros de que su Dios (no pensaban que era Luzbel), estaba agradado de los asesinatos de ellos.
Cuando un guerrero había matado a diez mil seres humanos, era cantando y danzando que llegaba, exultando de gozo y de alegría porque había cumplido las órdenes de Dios, porque era uno de los mejores hijos de Dios, mientras más seres humanos de los otros pueblos asesinara (1 Samuel 18:7). Igual que los terroristas de hoy en día, ni más ni menos, sin ninguna diferenciación. Esos que hoy se asesinan todos los días allá mismo en esa "Tierra prometida" están recogiendo los frutos que durante siglos han sembrado, cual si fueran sacrificios a sus crueles y sádicos dioses.
Jesús de Nazaret enrostró a los israelitas estas verdades, y les dijo, de frente, que su padre es Luzbel, no lo es Dios. (ver Evangelio de Jesús según Juan cap. 8:44). Por ese error macabro y fatal de andar asesinando personas en nombre de Dios, Jesús se dejó quitar la vida, en vez de quitarla a sus verdugos en defensa propia. Jesús se dejó asesinar de ellos para cambiar de Padre a la humanidad, para que ya no sea más su padre Luzbel, hijos de Caín, sino que de verdad seamos hijos de Set, hijos de Dios, el creador de vida.

115. ¿Cuándo entres en la Tierra prometida a nadie dejaras vivo?
Eso fue lo que dijo Moisés que Dios le ordenó, a pesar de que en las tablas de la ley estaba escrito en forma general que no matarás. Aquí está la más profunda contradicción. Obviamente los enceguecidos no la ven porque les está prohibido ver contradicciones en las escrituras. Creen que, si vieran contradicciones, entonces las escrituras no serían sagradas. No están preparados para entender que en las mismas escrituras están tanto Luzbel como su hijo Pablo. Tienen que estar ahí cumpliendo su misión probadora dada desde lo alto. Basado en la orden del ángel que no se mantuvo en la verdad y es homicida desde el principio (Juan 8:44), Moisés, dio la orden de asesinar a todos los pueblos vecinos, sin cuartel y sin misericordia alguna, en nombre del Dios de la vida.
Algo muy parecido, pero opuesto, enseñó Jesús cuando dijo que, para entrar en la tierra prometida, al reino de los Cielos, nadie debe quedar vivo también.  Es la misma ley, pero aplicada de forma diferente, (aplicada contradictoriamente) porque si no te niegas, si no eres nadie, no entras en la tierra prometida, en el paraíso, en el reino de los Cielos, al cual nadie puede entrar.  Si no crucificas tu carne, si no mueres tú al mundo, si no renuncias a los placeres, si no renuncias a todo, aún a tu propia vida, no entras.  Si no te haces nadie, si no eres nadie, no entras al Cielo, porque Luzbel, por orden de Dios, a nadie deja entrar al Cielo.  Pues para esto fue puesto ese ángel Luzbel, a la entrada del reino de los Cielos, para impedirnos entrar, esa es su misión, y los que logren entrar, tienen que vencer a Luzbel. Y como nadie vence a Luzbel, el que se haga nadie entra, muere a sí mismo, siempre nadie queda vivo.   Por tanto, no es que debas matar a los demás, para que nadie quede vivo, es que debes negarte, ser nadie para que nadie quede vivo, para que puedas entrar, que es algo parecido, pero no es lo mismo, definitivamente. Cuan profunda importancia tiene nadie en el tema de entrar al Cielo.
Entonces ese nadie queda vivo, aparece a lo largo de las escrituras, desde el principio hasta el fin. El ángel que puso Dios con una espada flamígera a la entrada del paraíso, a nadie deja entrar. Solo hay la opción de ser nadie para entrar. Para entrar en la tierra prometida, a nadie dejaban vivo los israelitas. Para entrar al Cielo, nadie entra, solo si te niegas entras, si eres nadie entras. El vestido de las bodas del Cordero es ser nadie. Sin ese vestido nadie entra.

116. El alma que pecare, esa morirá.
Moisés, engañado por Luzbel (Judas 1:9), dijo que el Dios que le había hablado, del cual ya sabemos que fue el ángel que se hizo pasar por Dios, con la autorización de Dios, ese supuesto Dios le dijo que todo el que pecare morirá, que todo aquel que cometiere un pecado sería borrado del pueblo, sería asesinado sin misericordia por todo el pueblo, haciendo asesino a todo el pueblo, en nombre de Dios.  Era el de Israel un pueblo en el que a la más mínima falla serías asesinado sin piedad, sin misericordia por una misteriosa orden de Dios, ya que era el supuesto pueblo de Dios.  Ellos tenían la ilusión falsa de que había una indeterminada cantidad de personas que no tenían pecados. Hoy sabemos que no hay ni uno sin pecado, por tanto, esa ley de asesinar a todos los que pecaban, era algo no descendido del Cielo. No fue Dios el que le dijo al pueblo que mataran a sus propios hermanos, jamás Dios constituiría a un ser humano en juez de otros, juez fatal, juez asesino, juez infame. 
Luzbel, con sus falacias magistrales, infiltrado, convirtió a todo el pueblo de Israel en abominación a los ojos de Dios, a tal punto que Jesús les decía que eran hijos de Luzbel, el padre homicida.  Por eso fue por lo que Jesús vino a enseñar que nadie puede ser juez de otros, absolutamente nadie. El pueblo de Israel, guiado por una supuesta ley del Dios de la vida, del Dios del amor, del Dios de la misericordia, asesinaba personas por cualquier tipo de pecados, ya fueran pecados menores o fueran pecados graves. 
Por ese gran error de matar a todos los pecadores, nadie en Israel se atrevía a confesar que había pecado, se hacían todos hipócritas.  Esa ley imperfecta, que Jesús llevó a su perfecto cumplimiento, los incitaba a ser hipócritas para ocultar sus pecados, por temor a ser asesinados.  Jesús perfeccionó esa ley diabólica y la convirtió en ley divina, cuando absolvió a la mujer adúltera, que le llevaron para que la juzgara.  Supuestamente el pueblo de Dios era un pueblo de seres humanos perfectos, por lo que todos ocultaban sus errores, sus pecados, sus vergüenzas.
Luzbel se infiltró, se hizo pasar por Dios, y aunque les dictó en nombre de Dios una verdadera ley absoluta que prohibía matar, no se mantuvo en la verdad, pues Luzbel es homicida desde el principio, y les ordenó matar en nombre de Dios.  Derramaron la sangre de otros pueblos y también la sangre de sus propios hijos. Luzbel, asesinó al pueblo de Israel al convertirlos en homicidas, sus almas estaban muertas al matar a los que pecaban, les quitó de por vida la entrada al reino de los Cielos (1ª de Juan 3:15) (1ª de Juan 5:16-17). Es verdad que el alma que pecare morirá, pero no por la mano de hombre, sino que después de muchas misericordias de Dios, el alma que hiciere pecados que llevan a la muerte, esa alma morirá el día del juicio.

117. El pueblo de Israel fue inducido constantemente al homicidio.
Fueron muchos los profetas, y fueron muchas las veces que los profetas incitaban a los reyes y a los líderes del pueblo de Israel, a matar a sus enemigos, a exterminarlos, sin piedad, hasta asesinar a las mujeres embarazadas, y abrir sus vientres y pasar a esos niños inocentes al filo de la espada en nombre de Dios, según está escrito en el antiguo testamento (ver 1 Samuel cap. 15).  Alegres los profetas, seguros que había sido Dios el que hablaba, no vacilaban en cortar las cabezas de los reyes ellos mismos, y enviaban a los reyes de Israel, felices a matar a otros reyes y sus ejércitos, y les decían que Dios los había puesto en sus manos. 
Los pueblos que veían venir a sus asesinos, los israelitas, los que los veían venir en bandadas, ¿Aceptaban ser asesinados y aceptaban que sus vidas no valían ante Dios, y entonces no le pedían justicia a Dios, por las injusticias de los israelitas?  Los hijos de los que caían en batalla contra Israel, los familiares de los masacrados adentro de las ciudades que invadían los israelitas, ¿Estaban felices de que sus padres y madres y hermanos murieran porque ellos nada valían ante Dios?
¿Tantos errores juntos no iban a crear un conflicto grave, como el que hoy vemos, un conflicto a muerte justamente entre los israelitas y sus vecinos, los hijos de Ismael? ¿Por qué ambos pueblos de los hijos de Abraham, los descendientes de Ismael y los descendientes de Isaac, hoy tienen que matar seres humanos en nombre de Dios?  Eso está muy raro, eso no es normal 
¿Nada les dice para sus adentros, que Dios no se alegra, sino que por el contrario va a hacer un grave juicio sobre ellos, exterminándolos el día del juicio, aunque sean tan numerosos como las arenas del mar y como las estrellas del Cielo?  ¿Crees que no habrá justicia?  ¿Los campos mal olientes con la sangre de cientos de miles de asesinados, no eran un horror, una aberración a los ojos de Dios, aunque los israelitas los asesinaban en nombre de Dios?  ¿No fue en nombre de ese mismo Luzbel impostor, que ellos creían que era Dios Padre, el que les hablaba y les inspiraba tanta carnicería y tantos asesinatos, que los sacerdotes estaban seguros que debían asesinar a Jesús, en nombre de Dios?

118. Los profetas los enviaron a asesinar pueblos.
Los profetas estaban seguros de que Dios, y no Luzbel, los había enviado a asesinar personas. Es demasiado estar metido Luzbel adentro de sus almas y los seres humanos ser demasiado entenebrecidos, embotados, enceguecidos, para creer que cuando asesinaban eran obedientes a Dios.  Cada vez que está escrito en los libros del antiguo testamento, que Dios, o un profeta, (grandes profetas), autorizaban a un rey, o a un hombre, para que fuera y matara a otro ser humano, era Luzbel haciendo su trabajo. Aunque fuese el incitador al asesinato alguno de los jueces legendarios del pueblo de Israel, que ordenaba al pueblo a asesinar a otros pueblos, o era Dios, era Luzbel. El espíritu que incitaba al mismo Moisés, para que fuera a la guerra contra otro rey, y le avisara el profeta que Dios lo ponía en sus manos, no era Dios, era Luzbel.
Siempre que se dio la orden, o la autorización de matar a algún ser humano, aunque ese ser humano se llamara Goliat y blasfemara contra Dios, no era Dios el que había dado la orden, ni Dios se gloriaba de la muerte de los enemigos del pueblo de Israel.  Ellos no sabían de qué espíritu eran, como dijo Jesús.  Ellos iban enceguecidos, asesinando seres humanos en nombre de Dios.
Cuándo todos ellos, desde el más grande, desde el profeta, el sacerdote y el gobernante, hasta el más humilde labriego, iban y asesinaban seres humanos en nombre de Dios, no sentían complejo de culpa, sino más bien la satisfacción de ser unos buenos hijos de su Dios.  Se creían respaldados y enviados por su Dios y por su ley. Todo estaba claro para ellos, hacían la voluntad de Dios, eran hijos buenos de Dios, asesinando estaban ganando su Cielo. 
Pero, para su sorpresa, no era el Dios de la vida, el que los enviaba, ni el que inspiraba esa acción.  Dios da la vida y solo él la puede quitar. Dios no envía a otro a matar en su nombre. Absolutamente a nadie enviaría a matar en su nombre.  Por eso fue por lo que Jesús se dejó matar, eligió dejarse matar impunemente, siendo Jesús Dios mismo, siendo el Padre mismo, para que los seres humanos, no estuvieran más engañados creyendo que podían asesinar a alguien en nombre de Dios.
Todo ese supremo y fatal engaño está en las escrituras para probarte, incitándote a una religión homicida y asesina, que mata a sus enemigos. Toda la presión de los maestros de la religión está escrita ahí y permitida por Dios para probarte, a ver si le crees a Jesús, o te dejas seducir por enseñanzas humanas, para probarte a ver si reconoces la verdad en medio de los errores.  A ver si eres de la verdad.  A ver si no te da miedo enfrentar al mundo entero con la verdad. 
¿Cuánta cantidad de engaño hay entonces sobre la tierra? Es mucho más del que alguien se pueda imaginar.  ¿Cuántos eran los errores de la ley del pueblo de Israel, aquella que vino Jesús a llevar a su perfecto cumplimiento?  ¿Eran también los errores como las arenas del mar, tan numerosos como los asesinados por el pueblo de Israel?  A Luzbel le fue dado del Cielo, engañar infiltrado, haciéndose pasar por Dios, y ha quedado escrito como prueba ahora y como juicio al final para todos los que se engañaron a sí mismos con esos errores plantados por Luzbel infiltrado.

119. Abraham creyó que había hablado con Dios.
Si estás debajo de un árbol, en esa época, y se te aparece un ser luminoso que te dice que es Dios, le crees. Para Abraham era imposible saber que el que se le aparecía y le decía que era Dios, era solo un ángel de Dios, que lo iba a poner a prueba, y que él, Abraham, no había en verdad visto a Dios, ni había hablado con Dios.  Pablo dice que todas esas apariciones que les decían que mataran y se autodenominaban Dios era Jesús yendo al pasado y apareciéndoseles.  Ahora se sabe que Jesús dijo que nadie había visto jamás a Dios hasta que él vino a la tierra, y le creemos a Jesús que dijo que solo el que lo ha visto a Él ha visto a Dios.  Y Jesús no se equivoca, pero los hombres sí se equivocan. Por eso dice la escritura que Abraham creyó a Dios y esa, que realmente era una injusticia, la de tratar de asesinar a su hijo, por demás indefenso, para obedecer al supuesto Dios creador de la vida, le fue contada como todo lo contrario, le fue contada como una obra de justicia.
Porque Abraham creyó que era Dios el que se le presentó como un ser superior y le había dicho que matara a su hijo, para que le demostrara amor al creador de la vida.  Ningún hombre que vaya a asesinar a su hijo en nombre de Dios será visto alguna vez como un enviado de Dios, como el patriarca de un verdadero pueblo de Dios, como alguien sensato, como alguien con amor, sino todo lo contrario, como un enfermo, como un equivocado, como un peligroso asesino demente, digno de estar encerrado en un manicomio. 
El Dios de la vida no manda a asesinar para ser adorado.  Solamente Luzbel manda a asesinar para ser adorado, porque Luzbel es homicida.  Eso es evidente.  Abraham estaba siendo engañado en ese momento y ese engaño está puesto para ver si tú, igual que Abraham, te engañas. Solo que Abraham fue justificado porque el engaño era invencible para Abraham.  Pero luego de venir Jesús y enseñar tantas verdades, ya la justificación de la ignorancia quedó abolida por la verdad.  Por eso dijo Jesús que los judíos eran hijos de Luzbel, no de Abraham, y dijo Jesús que todos los que vinieron antes de él, en nombre de Dios eran ladrones y salteadores.
¿Isaac se dejó agarrar fácil y de dejó amarrar confiado para ser asesinado?  ¿Isaac vio que su Padre estaba haciendo algo bueno, algo de Dios? ¿Isaac vio que su padre Abraham era muy sabio en ese momento y que él, Isaac había nacido para ser sacrificado, igual que el primogénito de Dios, el Mesías? Porque este sacrificio de Isaac es un símbolo del sacrificio del primogénito de Dios, sacrificado por Dios, que en Jesús se sacrificó a sí mismo en la parte humana, justamente para que los hombres no mataran más en nombre de Dios, contrario a los engaños de Luzbel, infiltrado en las escrituras, para poner a prueba las almas de todos los seres humanos.

120. La lucha de Jacob y el ángel (Génesis 32: 25-33).
La noche antes de que Jacob entrara de nuevo en la Tierra prometida, con temor, por la amenaza de su hermano Esaú, de que lo mataría por haberle robado la primogenitura. Esa noche, sin saber cómo ni de donde, la escritura dice que, muy entrada la noche, Jacob luchaba con un ángel misterioso, luchaba contra su oponente y ese oponente debía bendecirlo, antes de entrar en la Tierra prometida.  Ese ángel tenía que bendecirlo, pues sin su bendición Jacob no podía entrar en la Tierra prometida, necesitaba Jacob la autorización de ese ángel. 
Se suponía que ese ángel sabía la orden de Dios de bendecir a Jacob en todo y más en lo de su primogenitura.  Lo raro es que ese “ángel de Dios” se oponía a que Jacob entrara en su promesa, no lo quería bendecir, y en eso, según parece, obedecía a Dios el ángel.  ¿Cuál es el ángel creado por Dios, que nos impide entrar en el paraíso, a todos los seres humanos y sin cuyo permiso nadie puede entrar?  Su nombre es Luzbel, ángel de Dios, que obra para probarnos, obedeciendo órdenes de Dios. 
El ángel, como cosa muy extraña en un ángel, le suplicaba a Jacob que lo soltara, pues Jacob lo tenía agarrado por los brazos, exigiéndole que lo bendijera para poder entrar en la tierra prometida, y ya venía la luz del sol y ese ángel no podía ver la luz del sol.  El único ángel de la oscuridad es Luzbel, ahí se está revelando su verdadera identidad.  Pero además Jacob le decía que le dijera su nombre y ese ángel de Dios, le decía que no le podía revelar su nombre.  También el único ángel que en un momento dado no puede darnos a conocer su verdadero nombre es Luzbel.  Ahí se ve camuflado Luzbel, está de incógnito, no puede revelar su identidad, no puede ver la luz del sol, es el encargado de tratar de impedir la entrada de todo ser humano al reino de los Cielos, al Paraíso, a la Tierra prometida, el ángel de la prueba, el ángel que nos obliga a ser perfectos, pues si no lo somos, nos impide la entrada al reino de los Cielos.
A nadie deja entrar Luzbel al Cielo, obedeciendo sumisamente, órdenes directas de Dios todo poderoso.  Solo el que se niegue a sí mismo, el que crucifique su ser, el que crucifique su carne y mueran sus pasiones, solo ese entra al Cielo, porque ese ángel Luzbel fue puesto a la entrada de la tierra prometida para que a nadie deje entrar.  Todo aquel que se niegue no es alguien, por lo tanto, es nadie y nadie entra al Cielo, por lo que el que se niegue, ese sí entra.
En realidad, nadie es fuerte contra Dios, por lo que el ángel trató de engañar a Jacob, pues le cambió su nombre, que quería decir tramposo, por el nombre de Israel, que supuestamente quiere decir, fuerte contra Dios.  Es todo un absurdo que alguien pueda ser fuerte contra Dios, nadie es fuerte contra Dios, nadie tiene derecho a entrar a la fuerza al Cielo.  Tal vez Jacob si fue fuerte contra ese ángel, puesto que todo hombre puede vencer a ese ángel probador, engañador, usurpador, que cumple órdenes de Dios.  Todo aquel que venza sobre ese ángel, también entrará al cielo, y el que no salga vencedor de ese ángel no podrá entrar tampoco al Cielo. Todo aquel que lo vence negándose no es alguien, es nadie, por cuanto se cumple que por siempre y para siempre a nadie dejará entrar Luzbel al Cielo.

121. ¿Es manso un hombre que asesina en un arrebato de ira? (Números 12:3).
Hay un pecado que es de muerte y dice Juan que, por ese pecado de muerte, no dice él que se ruegue, dando a entender que después de hecho, ya no vale la pena rogar, ya nada se puede hacer.  ¿Y cuál es el pecado de muerte, sino dar la muerte?  (1ª Juan 3:15). 
En la escritura dice que el hombre más manso sobre la tierra era Moisés. Eso a todas luces no es verdad. No era ni manso ni humilde, como dice en algunas traducciones. Moisés era soberbio en grado sumo y muy violento, sanguinario, acostumbrado a asesinar personas, eso es lo que dice la escritura. ¿Qué engaño les hizo creer a los israelitas que el violento arrebato era mansedumbre?  Lo abyectos líderes religiosos manipulan las predicaciones para que reas todo lo contario a esto. No por siempre la humanidad se tragará entero todo lo que le dicen. Al fin de su vida, Moisés había dado muerte a millones de personas.
Estaban tan engañados por Luzbel los profetas del pueblo de Israel, que de grandes asesinos de millones de los enemigos del pueblo de Israel, como Moisés y David, asesinos de grandes batallas, que asesinaron a diestra y siniestra, tanto a los pueblos enemigos, como a muchos de sus hermanos israelíes, los profetas decían que, según el Señor, ellos eran los seres humanos más mansos sobre la tierra.  La mansedumbre de ellos dos es elogiada en las escrituras, no una vez sino varias veces.  Muchas otras virtudes se pueden alabar de ellos dos, pero a todas luces la mansedumbre no era su virtud, en esto también se ve en las escrituras el engaño de Luzbel, en la exaltación de los homicidas como los seres humanos más mansos.

122. ¿Samuel obedecía sumiso a la invocación de una hechicera?
Si Samuel era de verdad un profeta de Dios durante su vida y si en verdad, en ningún instante de su vida fue profeta de Luzbel, ¿Qué hacía luego de muerto, emergiendo su espíritu al ser invocado, por voluntad de Saúl, en la hoguera de una bruja, obedeciendo a la invocación de una hechicera, alguien supuestamente abominable para Samuel?  ¿No es eso algo en sí mismo absurdo?  ¿Cómo tragan tan entero los que leen?  ¿No te están diciendo las mismas escrituras que pienses?  ¿No te están alertando las mismas escrituras que debes profundizar más?  ¿Por qué una hechicera tenía el poder de llamar a Samuel y el espíritu de Samuel obedecía sumiso y aceptaba la invocación de una bruja?  ¿No tiene un contra sentido tal colaboración de poderes supuestamente opuestos y enemigos a muerte?  ¿Samuel no tenía poder para oponerse a la invocación de esa bruja?  ¿Cómo, siendo un profeta de Dios obedece a la invocación de una hechicera, siendo los hechiceros abominación para los profetas de Dios? ¿Cómo se aparece, como si nada fuera de lo normal estuviera sucediendo? ¿Cómo se le aparece Samuel a Saúl en la casa de una hechicera, siendo como era Samuel, tan fuerte de carácter y tan opuesto a las cosas que no eran correctas, si no es porque fue engañado y también, como Moisés, trabajó para Luzbel?  ¿No hay algo de extraño en eso?  ¿Siendo Samuel un profeta solo de Dios, se presta para tráfico de hechicerías?  ¿No es muy revelador esto?  ¿Cómo puede uno tragarse entero semejante detallito, semejante camello?  ¿Será que no hay discernimiento? 
¿Cuántos de los vecinos de Israel murieron asesinados a manos de los Israelitas, por orden de las profecías de Samuel?  ¿A cuántos seres humanos mataron tranquilamente Saúl y David, por cuenta de las palabras proféticas de Samuel? Luzbel estaba bien infiltrado arriba en los dirigentes, en el pueblo de Israel, en el pueblo de Dios, en el pueblo del creador de la vida, y estaba autorizado por Dios.  El probador los hacía equivocarse en materia muy grave.  Engañó Luzbel, en materia de vida o muerte, a los más grandes profetas de Israel (Juan 8: 44).

123. ¿Hay sabiduría en Salomón al ordenar asesinar para descubrir una verdad?
No es sabiduría de Dios ordenar asesinar a un niño, para descubrir una verdad, como lo hizo el rey Salomón, del cual decían que era supuestamente muy sabio.  Esa es una sabiduría oscura, sabiduría de tinieblas, que emerge del alma de un asesino.
Salomón ordena jugar con la vida de un niño para conocer una verdad.  Igual que se jugó con la vida de un niño, el día del sacrificio de Isaac.  Ese día también unos adultos (Abraham y el ángel que se le apareció diciéndole que era Dios) estaban supuestamente descubriendo una verdad, pero estaban irrespetando el derecho a la vida de un niño.  Supuestamente Dios pidió el asesinato de Isaac para descubrir si Abraham le era leal. Eso es todo ilógico, puesto que Dios toso lo sabe.
No transmiten respeto por la vida, sino desprecio por la vida, puesto que no les importaba matar niños para saber la verdad. Tanto el rey Salomón, supuestamente muy sabio y ese supuesto Dios que exigía a su siervo que asesinara a su hijo para que le demostrara amor, todo eso era un total absurdo.  Y la orden de asesinar a esos dos niños fue dada de verdad. Esas dos órdenes vienen de la oscuridad, no vienen de la luz. Solo a un asesino se le ocurre matar.  A quien respeta la vida no se le ocurre como una opción matar.  Ni siquiera en juego.  No es una opción. Si ese rey, supuestamente sabio, hubiera tenido una gran sabiduría verdadera, esa sabiduría lo hubiera llevado a finalizar bien su propia vida, y no fue así. Salomón terminó muy mal, según está escrito. Si hubiera sido sabio, esa sabiduría lo hubiera protegido de terminar tan mal. 
El importante el día del juicio del rey Salomón sobre las dos mujeres, era el niño, cuya maternidad se disputaban las dos mujeres, el importante del relato no era el rey, engreído con su propia sabiduría, enceguecido con sus manos manchadas de sangre humana.  La verdadera sabiduría estaba en la mujer que prefirió perder a su hijo y no que ese despiadado rey lo matara.  La verdadera sabiduría no estaba entonces en el rey asesino.  El rey fue astuto como una serpiente, pero perverso y malo, y eso no es sabiduría.  De la sabiduría hace parte imprescindible el respeto total a la vida humana. Así de infiltrado está Luzbel en las escrituras. Así clava su espada en las mentes para ponerlas a prueba hasta el fondo.

124. Luzbel en el Cielo, en la reunión de los hijos de Dios.
Estaban los hijos de Dios reunidos y allí estaba también Luzbel, tranquilo entre ellos.  Así empiezan los dos primeros capítulos del libro de Job, en las escrituras (Job 1:6-12) (Job 2:1-7).  El lugar natural de Luzbel es estar entre los hijos de Dios, según el libro de Job.  Dios y Luzbel hablan bien, sin odio, ninguno de los dos tiene problemas por la presencia del otro.  Hablan como amo y siervo sumiso.  En el Cielo no se arma una guerra de ángeles al estar Luzbel en la presencia de Dios.  Hay armonía en la relación de Dios y su ángel Luzbel.  No hay odio, no hay rebeldía, Dios no ejerce autoridad sobre Luzbel a la fuerza, ni Luzbel le obedece a regañadientes, ni murmurando, ni blasfemando contra Dios.  Ni sucede que Luzbel espera un descuido de Dios para hacer algo en contra de la voluntad de Dios.  Ni siquiera cuando supuestamente está lejos de Dios, paseándose Luzbel por la Tierra, hace obras que Dios no le haya autorizado hacer previamente.  Son amo y siervo en una perfecta relación, como corresponde con todos los siervos de Dios. Los demonios se postraban con naturalidad delante de Jesús, no obligados, ni maldiciendo, pues Jesús es la autoridad natural para ellos. 
Que Luzbel diga lo contrario a los seres humanos, para inducirlos a rebelarse en contra de Dios. Decirles que es rebelde a Dios, que está por fuera de la voluntad de Dios, lo camufla con una identidad que Luzbel no tiene, la falsa identidad de rebelde, pues Luzbel fue creado mentiroso.  Dios le dio ese poder de engaño a Luzbel sobre las naciones, a las cuales Luzbel controla, obviamente las controla con engaños, con errores y con falacias. Luzbel no creó el mundo, ni creó el poder de las naciones, Luzbel no recibió ese poder de parte de un Luzbel más grande, lo cual es imposible (Lucas 4: 6), sino que ese poder le fue concedido de parte de Dios, para probar a todos los seres humanos. Todo lo que le fue concedido, es lo que hace Luzbel, no puede hacer más de lo que le fue concedido, ni puede hacer menos, y lo hace una y otra vez, por siglos. Miles de millones de seres humanos caen en sus lazos, en sus redes, en sus falacias, debido a la orden y previa autorización de Dios.  A Luzbel le fueron entregados por Dios todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, puesto que le dijo a Jesús que todo este poder y su gloria le daría, porque a él había sido dado, y a quien Luzbel desea, se lo concede tener.
Las tradiciones falaces enseñan que Luzbel no hace la voluntad de Dios, que Luzbel no tiene parte con Dios, que Luzbel no tiene tratos con Dios, que Luzbel supuestamente no dependería de Dios.  Pero todo ese poder y su gloria no le fue dado por otro ser malvado más grande que Luzbel, sino por Dios.  Y no le fue entregado por Dios ese gran poder sobre las naciones a Luzbel, porque Luzbel haya engañado a Dios, ni porque Luzbel haya obligado a Dios, o porque Luzbel se los haya ganado a Dios, en alguna competencia, o en alguna apuesta, o en alguna batalla celestial. 
Nadie más que Dios, (en orden a que se cumpla la voluntad divina), le podía otorgar ese poder a Luzbel, en el universo de Dios.  A Luzbel le fue dado todo ese gran poder, no se lo robó, no lo obtuvo por sí mismo, no se lo inventó, sino que le fue dado por Dios, para que tuviera los medios suficientes y necesarios, para cumplir su misión probadora de seres humanos, ordenada desde el trono de Dios.  Por tanto, Luzbel está oculto ahí en las escrituras detrás del disfraz de rebelde, que necesita tener, para poder tentar a todos los seres humanos.

125. ¿Un poder engañoso puede venir de parte de Dios?
La historia del profeta Micaías (1° de reyes capítulos 22 y 23), en la que Acab, el rey de Israel recibe una profecía engañosa, pero no de parte de Luzbel, sino de parte de Dios, parece un absurdo, una contradicción. Un espíritu de engaño salió del trono celestial, para engañar, no a los profetas de Baal, sino a todos los profetas de Dios, a que le digan al rey Acab, que salga a batalla contra el rey de Siria, que controla la tierra de Ramot de Galaad, y en esa batalla muera el rey Acab, pues Dios ha decidido que el rey debe morir ese día, por causa de las heridas recibidas en esa batalla. 
Por más que el profeta Micaías, le reveló al rey Acab esta verdad del espíritu engañoso enviado por Dios, no le creyó el rey. No le creyó a pesar de que algunos de los profetas engañados confirmaron la versión de Micaías, que todos los profetas de Israel habían sido engañados por orden de Dios. Esto sucedió pues Dios desde su trono había decretado que el espíritu engañoso que Él, Dios, enviaría, engañaría de todas formas al rey Acab, y conduciría irremediablemente a la muerte a Acab. A pesar de las profecías verdaderas de Micaías y la rectificación de algunos de los profetas engañados, el rey Acab no le creyó al profeta, sino que ordenó que lo pusieran preso, hasta que el rey volviera supuestamente sano y salvo de la batalla. Y salió Acab a batalla ese día, seguro que Dios había puesto en sus manos al rey de Siria, según los engañados profetas del pueblo de Israel le habían avisado. Ese día Acab, el rey de Israel fue asesinado, pues los profetas fueron engañados desde el trono de Dios, por orden de Dios. 
Por lo tanto, o se equivocan las escrituras, escribiendo que alrededor del trono celestial, Dios tiene espíritus engañosos, dispuestos para tratar de engañar, para probar a los seres humanos, cosa que nadie esperaría de Dios. O se equivocan los que dicen que todas las escrituras son perfectas y allí no hay engaños, que Luzbel no está camuflado, oculto en las mismas escrituras, autorizado por Dios, para ponernos a prueba, a ver nuestras almas que actitud y que decisiones toman frente a estas revelaciones. 
Si de parte de Dios no vienen espíritus engañosos, entonces en las escrituras hay errores, como este del espíritu engañoso en los profetas de Israel, y por lo tanto hay engaños. Las dos opciones dan el mismo resultado: que Luzbel puede venir del cielo de parte de Dios para ponernos a pruebas con engaños. Esto posibilita que Luzbel caiga del cielo como un rayo, haciéndose pasar por Jesús, para decirle a Pablo que es Jesús a quien él persigue. Y luego, Luzbel puede inspirar a Ananías a orar por Pablo, para que recobre la vista. En este caso Dios envía un espíritu engañoso a poner a prueba a los habitantes de la tierra. Prueba enviada de lo alto para todo aquel que dice creer en Jesús. La última y más sutil de todas las pruebas.
Los que desconocen los atributos de Dios, que todo lo sabe, que todo lo puede, que está en todas partes y que está por encima del bien y del mal, no pueden aceptar que Dios haya enviado ese espíritu engañoso. No deducen que Dios envió a Luzbel, que Dios eligió a Judas Iscariote que Dios también autorizó el engaño de Acab, y que Dios ideó el envío de Pablo adentro del cristianismo, a enseñar palabras humanas que han sido adoradas como palabras de Dios, por más de dos mil largos años. Luzbel y Pablo han seducido a las naciones como lo ha previsto Dios desde lo alto.
Todos esos espíritus engañosos descendieron del cielo, no subieron del infierno. Y ya sea que se haya equivocado la escritura, por lo que entonces habría en ella ese supuesto error de un espíritu engañoso que vine de parte de Dios, o ya sea que se hayan equivocado los doctores de la ley, los teólogos, al tomar los engaños como verdades, entonces la conclusión es la misma, que Luzbel y su hijo Pablo sí son hallados ahí en las escrituras, engañando a los seres humanos, con la autorización de Dios para que todos, con la excepción de nadie, seamos puestos a prueba.  Es necesario tener en cuenta que Dios está por encima del bien y del mal.  Dios no está sujeto a Juicio.
Ese día del espíritu engañoso que descendió sobre todos los profetas de Israel, de parte de Dios mismo, el rey Acab, estaba disfrazado de hombre común, para que no lo reconocieran y así evitar ser asesinado.  A pesar de estar el rey Acab disfrazado de hombre común, sin sus vestiduras reales, ese día un soldado del ejército enemigo, disparó una única flecha al aire.  Ese día esa flecha, que descendió del Cielo, se clavó al azar en el pecho del rey Acab, a pesar de que estaba disfrazado, y el rey Acab murió por una orden de Dios, ejecutada fielmente por un espíritu engañoso, emanado del trono de Dios, que engañó a todos los profetas del pueblo de Dios, menos al profeta Micaías. El espíritu engañoso descendió y también la flecha descendió. Por eso, cuando Jesús decía que veía a Luzbel descender desde el cielo como un rayo, estaba diciendo lo mismo que pasó ese día de la muerte del rey Acab. La flecha descendió como un rayo al hijo de perdición que era el rey Acab, igual que Luzbel descendió, como un rayo sobre el hijo de perdición, Pablo. Descendió el rayo directamente del cielo con la misión de probarnos a todos, autorizado por Dios, y con poderes.  Todo esto lo dice Jesús con solo decir que Luzbel descendía del Cielo. 
Pablo es el que da testimonio de este supuesto encuentro con Jesús en una supuesta y falsa segunda venida de Jesús, ya que Jesús se había ido al Cielo diciendo que no volvería sino el día del juicio.  Obviamente ese día del rayo, Pablo no viajaba con cristianos al lado, que dieran fe de esa anormal segunda venida de Jesús, puesto que le temían a Pablo, porque él odiaba a muerte al espíritu de Jesús, blasfemaba contra el Espíritu de Jesús de los cristianos. Por eso fue por lo que descendió sobre él, y no sobre otro, el falso espíritu directamente del Cielo.  No es firme el testimonio de Pablo al decir que habló con Jesús en una venida adicional a la Tierra, puesto que da testimonio de sí mismo (Juan 7:18). Y no es firme el testimonio de Ananías, puesto que este hecho de la más alta trascendencia lo debía ratificar no Ananías, sino los doce apóstoles de Jesús.  No es más que un espíritu engañoso enviado del Cielo, para poner a prueba a todos los habitantes de la Tierra.

126. Si un ser luminoso se aparece y te dice que es Dios, le crees.
Si oyes una voz que te habla de la nada, y te dice que es Jesús, tú le crees a esa voz lo que te diga.  Si esa voz te dice que es Dios, crees que es Dios, a menos que le creas a Jesús, que previamente te ha alertado sobre esas voces y sobre esos seres luminosos que se aparecen, diciendo Jesús que muchos vendrían en su nombre, que dirían que son Jesús que volvió a la Tierra y se le apareció a un ser humano, cuando Jesús no volverá sino hasta cuando venga con poder a juzgar a todo el género humano. 
Si se te aparece un ser luminoso, con poderes y te dice que es Dios, pasas todo el resto de tu existencia seguro de que hablaste con Dios, que Dios se te apareció, a menos que Jesús, te enseñe y le creas que nadie ha visto jamás a Dios, sino solamente los que vieron a Jesús, porque el Padre es imposible de ver, crees que solo el que ha visto a Jesús ha visto al Padre, nadie más
¿Cómo reconocer entonces la verdad en medio de las falacias?  Solamente conociendo la voluntad perfecta de Dios, solamente conociendo las enseñanzas de Jesús, las de los cuatro evangelios de Jesús y creyéndole a esas enseñanzas, por encima de toda autoridad humana, puedes saber cuándo hay verdad y cuando no, en el que te habla, aunque se te aparezca como un ser luminoso y te diga que es Jesús y mediante dos o tres milagros, te hagan creer a ti que en verdad se apareció Jesús. 
Para luego, por medio tuyo, le hagan creer a todos los demás cristianos de la tierra y de todos los tiempos, que Jesús volvió a la tierra para hablar con un hombre, haciendo una excepción, después de que les dijo a los doce apóstoles que no volvería hasta el final de los tiempos a juzgar a toda la humanidad. Después de que se fue a la vista de ellos, y se despidió de ellos doce.  Además, según está escrito, dos ángeles confirmaron en ese momento que ese Jesús que ellos habían visto subir al Cielo, no volvería sino hasta el día final a juzgar a toda la humanidad.
El poder de Luzbel llega hasta descender del cielo, autorizado por Dios y decirles a los hombres a los que se les aparece: yo soy Jesús el que contigo habla (Hechos 9: 5).  Hasta allá llega el poder de Luzbel, poder que le fue dado por Dios, no le fue dado a Luzbel todo ese poder por otro Luzbel más grande.  Si Luzbel no pudiera hacer eso de hacerse pasar por Dios y hablarnos como si él, Luzbel, fuera Dios, no lograría engañar a miles de millones de seres humanos, no habría tal prueba autorizada de parte de Dios.





LIBRO II
CAPÍTULO 11

EL ANTICRISTO.
Formación, hechos y conclusiones.

La falacia se inicia con el rayo que cayó del Cielo (Lucas 10:18). Hasta ese momento antes del rayo que veía Jesús caer del cielo, todo el odio hacía el cristianismo sucedía de frente, el principal perseguidor, Pablo, odiaba a muerte a los cristianos, odiaba al Espíritu de Jesús, blasfemaba contra el Espíritu de Jesús, era el primer y más grande asesino de cristianos, el más encarnizado, el más fariseo.  Toda la falacia de la Gran Babilonia espiritual se inicia en ese rayo que caía, autorizado, desde el Cielo, en ese Luzbel que veía Jesús caer desde el cielo como un rayo. 
Todos los cristianos prisioneros en Babilonia espiritual, extraviados por las seducciones de Pablo, dirán sin lugar a duda, sin cuestionarlo, que es Jesús el que descendió como un rayo de luz, y que por lo tanto las palabras de ese profeta, al que se le apareció ese rayo, Pablo, son enseñanzas absolutas, son sin errores y son enseñanzas iguales de validas, de perfectas, iguales de eternas a las enseñanzas de Jesús, que es Dios. Y todo aquel a quien le hable un rayo celestial, un ser luminoso, todo el que lo reciba, jurará por su vida, si es preciso, que sí fue Jesús el que se le apareció y le habló, dándole instrucciones sobre una misión determinada. 
Luzbel no aparece al ojo humano, en ese rayo que descendió del Cielo, porque está oculto, pero es visible con los ojos de Dios, porque obviamente Dios lo ve todo y lo sabe todo.  ¿Por qué crees que Jesús dijo que Él, Jesús, veía a Luzbel descender desde el Cielo como un rayo?  Porque Jesús sí lo podía ver y avisó a los cristianos, que no se fiaran de los que dijeran que Jesús había venido, ni en cuerpo, ni en espíritu, a hablar con algún ser humano. Jesús no vino a hablar luego de haberse ido, sea quien sea, aunque sea el más importante profeta, obrador de milagros y mártir, como lo fue Pablo, puesto que Jesús no vendrá por segunda vez, sino el día final, cuando vendrá a juzgar a todos los seres humanos. 
¿Dijo Jesús eso del rayo cómo un adorno a sus enseñanzas?  ¿Lo dijo cómo juego? ¿fue una frase caprichosa de Jesús?  ¿O lo dijo como una suprema advertencia de por dónde iba a entrar el engaño de Luzbel a la tierra, para consumar el gran misterio de Pablo, el cual duraría hasta el mismo final de los tiempos?

Valga decir que no es lo mismo ser anticristiano, que ser anticristo. Anticristianos solo hay afuera del cristianismo. Y anticristos solo hay adentro del cristianismo. Anticristiano es aquel que desea que no crean en cristo. Anticristo es aquel que desea tomar el lugar del cristo. Todos los anticristos están adentro del cristianismo.
Jesús no habló directamente de un individuo, al que Él le diera el título de anticristo. Pero Jesús sí habló, no una, sino muchas veces, y sus palabras se pueden leer en los cuatro evangelios, sobre la gran cantidad de personas que vendrían en su nombre, y engañarían a muchos. 
También habló Jesús sobre si un hombre viniera en su propio nombre, los hombres con facilidad le creerían, pero a Jesús no le creerían. Todo lo que Jesús dijo, no lo dijo por decirlo, lo dijo porque sabía que así iba a suceder. También dijo Jesús, que las falacias serían tales que engañarían, si posible fuere, a los mismos elegidos. Jesús dijo que todos los seres humanos serían engañados, menos los elegidos.
En todos los casos Jesús hablo de personas que usurparían sus enseñanzas. Jesús no habló de los enemigos que tratarían de atacar desde afuera al cristianismo. Obviamente cuando Jesús habló de uno o unos usurpadores de su gloria, de su autoridad y de sus enseñanzas, no se refería a personas afuera del cristianismo, ni a personas de otras religiones, ni a líderes políticos o militares. 
Cuando Jesús habló de lo grande del fenómeno que luego se llamaría el anticristo, no se refería a la Roma del mundo material, ni se refería a uno tan solo de los césares de carne y huesos, como Nerón, lo cual terminan creyendo la gran mayoría de lectores de las escrituras. Dan por sentado que el anticristo es el césar, debido a que Jesús lo eligió su antagonista, al decir que le den al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios. Además, a Jesús lo juzgó y ejecutó el gobernador romano. 
El césar y Roma en sí mismos como seres del mundo material, ellos no están adentro del cristianismo, ni pretenden usurpar el lugar del Cristo adentro de su Iglesia, como sí ha pretendido usurpar el lugar del Cristo, por dos mil largos años, Pablo, ciudadano romano de nacimiento, que apeló al césar al ser juzgado, y que es el verdadero césar espiritual, ese sí ha pretendido ocupar el lugar sagrado del Cristo y robar su gloria, durante dos mil largos y siniestros años.
Las falaces enseñanzas de Pablo, en el oído de la iglesia, la han embriagado y extraviado por siglos. Esa iglesia infiel, esa iglesia ramera, esa Jezabel espiritual, esa iglesia que dice que las palabras de Pablo también son palabra de Dios. Es la ramera que está embriagándose con la sangre de los mártires de Jesús, burlándose de los verdaderos principios y enseñanzas de Cristo y pisoteando la autoridad de los doce apóstoles de Jesús.
Ha estado sucediendo esta impostura en lo espiritual, durante estos dos mil años, igual que sucedió cuando el césar romano exigía que se le adorara como Dios y los cristianos tenían que aceptar morir asesinados, por no postrarse delante de un hombre.  ¿Qué sucede cuando un cristiano no acepta que las falaces enseñanzas de Pablo son palabra de Dios?  Es arrojado fuera de la iglesia, por profanar esa supuesta fe en la que el césar espiritual es igual que Dios, es igual que Jesús, las enseñanzas del césar espiritual son supuestas palabras de Dios.
Afuera del cristianismo hay enemigos del cristianismo, hay personas que no creen en el cristianismo, pero anticristos solo pueden ser personas formadas en el cristianismo, conocedoras de las enseñanzas de Cristo y que, por error, traspasan las enseñanzas de Jesús, contradicen las enseñanzas sagradas de Jesús, además de pretender necesariamente venir de parte de Dios, ser emisarios del Dios que enseñó a conocer Jesús. No vienen en nombre de otro Dios, ni vienen en nombre de otra religión. Tampoco son personas que formaron sectas y religiones a partir del cristianismo y se salieron del cristianismo.   
Ningún ateo puede ser anticristo, ni puede serlo un líder de otra religión, ni puede tampoco ser anticristo un líder político o militar, puesto que ellos trabajan afuera del cristianismo.  Para que los seres humanos se constituyan como anticristos, además, es necesario que ese engaño no sea descubierto por las gentes, y que de ese profeta terminen siendo adoradas sus enseñanzas a la par de las de Jesús, que es el Cristo.  Para ser anticristo es necesario ser usurpador de la gloria de Jesús, ser profanador del trono de las palabras de Jesús, con enseñanzas humanas, que las gentes crean que esa persona habló palabras de Dios.
Para ser anticristo es necesario ser un Falso profeta de Jesús, es decir que su falsedad no haya sido descubierta, solo así se es falso profeta.  Pues si la falsedad es descubierta ya no se es falso profeta.  El ser falso profeta, implica necesariamente el hecho de que sus falacias y extravíos no hayan sido descubiertos como tales, por estos dos mil largos años.
Todo aquel que por error reciba a un falso profeta de Jesús, como lo es Pablo, se hace anticristo necesariamente. Por eso decía el apóstol Juan que desde el siglo primero muchos ya se habían hecho anticristos.  Todos los que durante estos dos mil años han sido extraviados de las enseñanzas de Jesús, por las enseñanzas de Pablo, recibiéndolas como la palabra de Dios, se han hecho anticristos, sin saberlo.  Por lo tanto, no solo se requiere haberse formado cristiano para ser anticristo, sino seguir siendo cristiano, y pretender que sus palabras tienen algo de valor divino al lado de las enseñanzas sagradas de Jesús y que además ese engaño no haya sido descubierto.

129. ¿Jesús se le apareció?
Pablo se atrevió a decir, que Jesús volvió por segunda vez a la Tierra, solamente para hablar con él y enviarlo a una misión especial, de la que no les habló a los doce apóstoles de Jesús, a los que les había dado total autoridad, y que además sucedieron tres milagros, para confirmar esa segunda visita de Jesús a la Tierra, solo para un hombre. 
Como fue profetizado por Jesús, si otro viniera de su propio nombre, a ese le creerían, así ha sucedido durante dos mil largos años.  La humanidad en masa se ha dejado extraviar, del sendero de las palabras de Dios, por las palabras de un simple hombre. El que hayan sucedido los prodigios del rayo, de la ceguera y la posterior curación de Pablo, hace que sea más difícil de rechazar el supuesto testimonio que da de sí mimo Pablo, y sea más difícil dudar en la veracidad de las palabras de Pablo.
Pablo dice que Jesús se le apareció en espíritu.  Pero es que Jesús no se aparece en espíritu, sino en carne, y en carne se fue al reino de los Cielos. Por eso le pidió Jesús a Tomás que lo tocara y viera que el espíritu no tiene carne ni huesos, como Jesús tenía. Por eso el cordero fue visto en visión por Juan, en carne, no en espíritu, delante del trono de Dios, por los siglos de los siglos, cordero degollado, cordero cuya sangre fue derramada. 
Juan enseñó que todo aquel que no reconozca que Jesucristo vino en carne es del anticristo, aquel gran anticristo que es el que dice que Jesús vino en espíritu luego de haberse ido en carne.  Jesús es el hijo, Jesús es la carne, y no enseña sino como hombre, no como espíritu puro, enseña es por el Espíritu de Jesús, que vivía en Jesús.  Jesús vino en carne y huesos, y así se fue y así volverá y no ha venido ni vendrá jamás en espíritu.  Por eso Jesús envió el espíritu de Jesús. Si bajara Jesús en espíritu a hablar con el asesino de los cristianos, para obligarlo a ser cristiano, irrespetando el libre albedrío de ese asesino, mientras el Espíritu de Jesús está en la Tierra, entonces serían dos Espíritus Santos. 
Jesús dijo que los seres humanos no lo verían más hasta el día del juicio final.  ¿Por qué asumen que Jesús se equivocó, los miles de millones de personas le creen a Pablo, y a los demás anticristos que dicen que Jesús volvió en una segunda venida? ¿Por qué asumen que Jesús les mintió a los doce apóstoles de Jesús,  porque según ellos, Jesús volvió sin reunirse con los suyos y estableció otros apóstoles?  ¿Por qué son tan ingenuos, tan simples, tan fáciles de extraviar?
Después de irse Jesús, dos ángeles les recordaron a los discípulos, que Jesús no volvería sino hasta el final (Hechos 1: 9-11).  Así y todo, los cristianos le creyeron de buena fe a Pablo, cuando dijo que había sido enviado por Jesús directamente, que Jesús había descendido del cielo, en forma de rayo, para hablar con Pablo exclusivamente.  Todo porque Pablo dio su vida por Jesús, porque trabajó el resto de su existencia para Predicar, porque hizo milagros y prodigios.  Pero no le creyeron a Jesús, cuando dijo que muchos vendrían en su nombre y engañarían a muchos, ni creyeron que dos ángeles habían anunciado que Jesús no volvería, ni en cuerpo, ni en espíritu, sino hasta cuando venga por segunda y última vez a juzgar a toda la humanidad.  Ni le creen a Jesús cuando dice que muchos obradores de milagros, él les dirá que no los conoce, que son obradores de iniquidad. Pablo ha seducido y engañado a la gran mayoría de los cristianos de toda la Tierra y de todos los tiempos.  Pablo es el gran usurpador, es el adversario más grande y poderoso de los cristianos en toda la Tierra. pero nadie lo nota.

130. El anticristo no vendrá al final. 
El anticristo, infiltrado al principio, dijo que vendría al final. Casi nadie sabe que el ministerio y misterio de Pablo, ya está sucediendo desde el principio de los tiempos del cristianismo.  No es que va a manifestarse en un indeterminado porvenir, el supuesto anticristo, anunciado por Pablo.  Pablo fue el que enseñó, que el misterioso gran anticristo se manifestaría al final de los tiempos, y lo enseñó así para poder engañar a los cristianos, sin que dudaran de sus enseñanzas, y sin que lo estuvieran esperando, o tratando de conocer la verdadera identidad del supuesto y misterioso anticristo. 
Pablo hace mucho tiempo está aquí en la Tierra y ejerce su ministerio.  Y es imposible que sea arrancado de ahí, de donde está incrustado, hasta el final de los tiempos, debido a que todo el que sabe este secreto de su verdadera identidad, desde el primer siglo, ha guardado silencio. El anticristo es una orden de Dios, una prueba ordenada por Dios y no es una rebeldía de Luzbel.
Si Pablo, camuflado de apóstol prodigioso, no se infiltra en el cristianismo desde sus mismos principios, no pudiera confundir a los cristianos.  Esa entrada de Pablo al cristianismo fue de inmediato, en los mismos inicios del cristianismo.  Si se hubiera tardado algún siglo para tratar de entrar Pablo, para tratar de infiltrarse adentro del cristianismo, se hubiera notado fácilmente, y ya el cristianismo hubiera tomado su forma real, como fue dicho por Jesús que debe ser el cristianismo.  Pero al infiltrarse Pablo, camuflado de apóstol poderoso, desde el principio y en la cumbre del gobierno de los doce apóstoles de Jesús, era la única forma de desviar el cristianismo, y además era más fácil pasar desapercibido, era la única forma de consumar su trabajo de probador.  No hay otra forma posible de consumar tan gigantesco engaño, tan descomunal masacre de almas.

El anticristo no ha sido visto como un hereje.  Por el contrario, ha sido reconocido por siglos como uno de los más grandes profetas y el más grande cristiano de todos los tiempos, y le han reconocido como él dijo que se llamaba, "apóstol de Jesucristo".  Los que siempre serán tratados como herejes son los que denuncien la impostura de Pablo. Ha sido tal su engaño, que los cristianos al leer sus enseñanzas han reconocido que esas palabras son la palabra misma de Dios. Haciendo que un simple ser humano sea reverenciado como alguien igual a Dios, revelándose, como el supremo usurpador, la abominable desolación, pisoteando el lugar sagrado de las enseñanzas de Jesús.
Por encima de los doce apóstoles de Jesús, ha sido honrado Pablo, durante estos dos mil años, adorado en los altares, como uno igual a Jesús. Las mayorías le han creído a Pablo, en sus escritos, cuando dice que es superior a los doce apóstoles, y cuando desprestigia y demerita a los doce apóstoles de Jesús, incitando a todos los cristianos a irrespetar a los doce apóstoles, a burlarse de ellos, a ponerlos por mofa y a menospreciarlos,  lo cual es algo inconcebible para un verdadero cristiano
Por esa suplantación de los doce apóstoles de Jesús, por esa sutil usurpación del Cristo, haciendo creer a sus extraviados seguidores que había subido hasta un inexistente tercer cielo, y por estar enseñando sobre un supuesto evangelio suyo, por esa obra maestra del engaño, Jesús profetizó que a la bestia y al falso profeta, que es Pablo, les fue dado hacer la guerra a los santos y vencerlos, por un tiempo determinado, mientras pasan los tiempos de las naciones.
Dijo Jesús que esos seguidores de Pablo hollarán, pisotearán la ciudad santa, que es la verdad de Jesús, durante ese tiempo, engañados, enceguecidos, extraviados por las enseñanzas de Pablo. La han hollado, la han pisoteado, la han traspasado con las falaces de Pablo. No está sucediendo algo que Dios en su sabiduría y en su justicia, no hubiera decidido y previsto para el bien final de todo el género humano. 
Si alguien ha habido semejante a Judas, ese ha sido Pablo.  Pablo es alguien que dice ser cristiano, todo de Cristo, con mucho compromiso, así como era judas, por lo que los demás apóstoles ni se imaginaban que el traidor era justamente uno de los más allegados, el que manejaba la bolsa, el tesorero. Ha conseguido engañar a la gran mayoría de la cristiandad, no a unos pocos.  Por eso ha sido esa su verdadera identidad, la del falso profeta, que engaña al orbe entero, haciendo prodigios delante de la bestia. Si fuera descubierto su engaño, Pablo no sería ya un profeta.  Pero ha sido y será profeta de muchas profecías verdaderas, y profeta de unas pocas profecías falsas, hasta el final de los tiempos. 
A la misma luz del día, no de noche, se ha infiltrado en medio de la verdad de Jesús, ha logrado engañar a la humanidad y para ello ha dado todo de sí, hasta ha llegado hasta a dar su vida por Jesús.  En la guerra todo se vale, según dicen los que son de la guerra.  Juan lo dijo en su epístola, que de los nuestros han salido, es decir, de entre los nuestros se han formado. 

El que ataque al anticristo divide al cristianismo. Si el Cielo te revela que Pablo es el anticristo mayor, con toda tranquilidad puedes guardar silencio.  Si arrancas a Pablo de la huerta del Señor, dañas la cosecha del Señor.  Si lo atacas, si tratas de arrancar esa cizaña perfecta, dañas el verdadero trigo.  Puedes dejar tranquilo y quieto a Pablo, puedes dejar que dañe a los que Dios le concedió dañar, puedes dejar que engañe a los engañadores.  Fue tan bien hecho ese engaño, que solamente a los elegidos, a los que eligieron creer en Jesús y en nadie además de Él, se les va a ocurrir dudar del poderosísimo Pablo. 
Pablo ha logrado engañar a todos los eruditos, los teólogos, los pontífices, es el creador de la Gran Babilonia, es el emperador espiritual de la Gran Babilonia. Pablo es el césar espiritual, está camuflado, está oculto, está enmascarado, está disfrazado, por lo que su verdadera identidad está invisible a los ojos de sus engañados seguidores. Pablo así ha cumplido su ministerio siniestro, desde hace dos mil años, durante los cuales, con los más sutiles engaños, ha asesinado las almas de miles de millones de seres humanos, y ellos como estaban engañados, ni se dieron cuenta que, por irse en pos de las falaces enseñanzas de Pablo, traspasaron las enseñanzas de Jesús.  No los engañó Pablo, sino que todos esos miles de millones de seres humanos se engañaron a sí mismos cambiando las enseñanzas de Dios mismo, que es Jesús, por las enseñanzas que les proponía un simple ser humano, Pablo.
Que no te induzcan Luzbel y su hijo, Pablo, a tratar de quitarlos del medio, o a denunciarlos, o a atacarlos, porque aun haciendo así, haciéndose atacar, el padre de la mentira y su hijo Pablo, dividen al cristianismo, y por lo tanto cumplen su propósito. Pablo unió al cristianismo alrededor suyo, si quitas ap. Divides el cristianismo. Todo esto ha de ser hasta que se cumplan los tiempos de las naciones y sean amarrados y arrojados por mil años la bestia y el falso profeta que extraviaba a las naciones.

El anticristo ha sido, es y será, la sensación mundial. Sus enseñanzas retumban en todas las iglesias.  Es más poderoso su engaño, que el engaño de Luzbel mismo, puesto que se trata de un ser humano y no de un ángel de Dios. Por ese solo hecho es más poderoso su engaño.  Es el hijo de Luzbel. Ha atrapado a miles de millones de seres humanos en las redes de sus palabras.  Y decir miles de millones no es exageración, es una realidad cumplida y consumada por Pablo y por sus seguidores.  La gran Babilonia, dividida en tres partes, (católicos, ortodoxos y protestantes) (Apocalipsis 16:19) ha seguido a Pablo, durante dos mil años y lo seguirán aún más, sin una mínima duda o vacilación. 
Será impresionante al final, la gran cantidad de engañados, pequeños y grandes entre los hombres.  Hasta los más preparados, los más eruditos, se verán a sí mismos como engañados.  Los hombres no ven a Pablo, tal cual es, a la luz de las palabras de Jesús, porque no están ante Jesús, y dejan que les cambien las enseñanzas de Jesús, por otras enseñanzas muy parecidas, pero más humanas, más mundanas, más fáciles de cumplir, menos celestiales, menos divinas.
Pablo elevado a los altares, adoradas sus enseñanzas como palabra misma de Dios, igualado con Jesús, esa es la sensación mundial, pero a la vez es la abominable desolación en el lugar santo, en el lugar sagrado, es la prueba grande que vino para zarandear a toda la humanidad.  No perciben la sutil diferencia entre las enseñanzas del hombre y las enseñanzas de Dios.  No reconocerán quien es Pablo, los hombres que no se postren ante Jesús y ante nadie además de Jesús.  Jesús no comparte su gloria con hombres.  No podrán reconocer los idólatras a Pablo como el usurpador, sus ojos estarán vendados.  No verán que, siendo un simple hombre, le darán la gloria que es del Dios único verdadero.  A Pablo le dan la gloria de Jesús, a un usurpador, a un aparecido, a un cualquiera, como realmente es. Le dan la gloria de Jesús al aceptar sus palabras como la palabra de Dios.

El anticristo ha sido, es y será idolatrado. Miles de millones de hombres, mujeres y niños ya adoran a Jesús, pero también adoran a Pablo.  Por dos mil años, los cristianos, cautivos de los errores de la gran Babilonia espiritual, la de las falaces enseñanzas de Pablo, han estado siguiendo las enseñanzas de Jesús y las enseñanzas de Pablo a la vez, como si sus palabras tuvieran el mismo valor. 
Pablo ha sido, es y será venerado en altares idolátricos, hasta el día final, pues siempre que las palabras de un ser humano sean adoradas como palabras de Dios, eso es idolatría.  Pablo ha conseguido subirse a los altares, aún a costa de su propia vida.  Los hombres lo han adorado, y en sus mentes han dado por hecho que, si Pablo dio la vida y sufrió por el nombre de Jesús, es un profeta genuino de Jesús.  No han puesto a prueba su espíritu, no han desconfiado de una sola de sus palabras, aunque a la luz de las palabras de Jesús y de los doce apóstoles de Jesús, las enseñanzas de Pablo contradigan a las enseñanzas de Jesús en varios puntos.
Si el hijo de Dios dio su vida, si su sangre fue derramada, para salvar, para dar vida eterna a miles de millones de almas, así mismo el hijo de Luzbel, el hijo de la perdición también dio su vida, fue degollado, como el cordero de Dios, su sangre fue derramada en Roma, para extraviar de la vida eterna, a miles de millones de almas. Con esa prueba, Pablo garantiza que todo cristiano sobre la faz de la Tierra, sea probado con hasta lo más profundo. Con la presencia y las enseñanzas de Pablo adentro del cristianismo, el libre albedrío de los cristianos está plenamente garantizado, pues a todos los cristianos, adentro mismo del cristianismo, les son propuestos, el bien verdadero y el bien aparente, que son las falacias de Pablo, las cuales son necesarias para ser probados y aprobados los cristianos. 
Si no es con padecimientos, con prodigios y con grandes sacrificios, dando todo su tiempo, y aun dando su propia vida por Jesús, siendo degollado, como Jesús, siendo su sangre derramada igual que la de Jesús, si no es así Pablo no sería elevado a los altares, ni ocuparía el lugar de privilegio, de inmunidad y de impunidad, que necesita para su obra de perdición de gran parte de la humanidad, para extraviar a los seres humanos que no busquen de corazón a Jesús, porque así fue establecido por Dios.

135. El anticristo es seguido como Jesús.
El anticristo es tan famoso y seguido como Jesús. Pablo es adorado, Pablo fue elevado a los altares y es proclamado santo desde los altares.  Por sus palabras, los hombres dejan de lado las palabras de Jesús, sin darse cuenta. Las palabras de Pablo valen lo mismo que las palabras de Dios para los hombres.  En las vastas enseñanzas de Pablo, los hombres creen hallar la explicación, de algunos misterios de las palabras de Jesús. Las enseñanzas de Pablo son tenidas en cuenta primero, cuando los seres humanos van a hablar de profecías, de santidad, de continencia, de caridad, de oración, de la Iglesia, de las buenas costumbres, siempre se basan en las enseñanzas de tan amado y tan famoso profeta.  Tanto lo admiran y adoran, que no creen los maestros de la palabra de Dios, que sea necesario partir de las enseñanzas de Jesús para hablar de estos temas.
Es fuerte, muy, pero muy fuerte su influencia.  Los hombres dicen que las palabras de Pablo son infalibles, que no son palabras humanas sino palabras de Dios mismo. Pablo dice que sus palabras son venidas de Dios, autorizadas por Dios, que sus palabras son según Dios, que vienen en nombre de Jesús mismo, y dice otros errores parecidos, a los cuales los hombres, enceguecidos, no les prestan la atención debida.  Los hombres que lo admiran tanto, que lo idolatran, lo ponen arriba en el trono de Dios, por un error, por una pequeña ligereza de sus almas.
La humanidad en masa, y sin saberlo, a través de Pablo, trabaja para Luzbel.  La humanidad en masa recibirá recompensa de falso profeta, puesto que el que reciba a un falso profeta como profeta, recompensa de falso profeta recibirá, de parte de Jesús, el día del juicio.

Pablo, con su esplendor, hizo invisible al anticristo. El anticristo, tenía que ser alguien muy importante, infiltrado, incrustado adentro mismo del pueblo de Dios, camuflado arriba entre los siervos principales, entre los doce apóstoles verdaderos y operando su ministerio falaz desde el principio del cristianismo.  El falso profeta es alguien muy bien infiltrado y difícil de desenmascarar.  Pablo es el más difícil de descubrir, de entre todos los seres ocultos que hay en la Tierra, puesto con el poder de seducción que recibió, más los prodigios que le fue dado hacer y los prodigios que sucedieron el día del rayo que descendió a la Tierra, además de dar su vida siendo degollado, siendo su sangre derramada sobre la tierra como un sacrificio, se hizo invisible como anticristo, y a casi nadie le es dado verlo tal cual es. 
Es uno de los más vistos, estudiados y reconocidos líderes cristianos, con una identidad de santo muy humano, muy accesible a todos, más cercano que Jesús, se hizo muy importante en las vidas de todos, y todo casi nadie sabe su verdadera identidad de enviado a probar a las almas. 
Tiene convencidos, a la mayoría de los cristianos, de que solo hasta el final de los tiempos va a venir el supuesto anticristo, falacia anunciada por Pablo, tratando de ocultar que él ha estado en la iglesia desde hace veinte siglos.  ¿Nadie lo ha reconocido para denunciarlo?  Todos los que han sabido la verdadera identidad secreta de Pablo, han guardado silencio por el bien de los cristianos y porque no era el tiempo de Jesús para descubrirlo y arrojarlo a las tinieblas.  ¿Será que ahora sí es el tiempo según Jesús y se podrá darle batalla espiritual?

137. El anticristo permanece invisible.
Una cosa es parecer invisible a los de su generación y otra muy diferente es haber pasado desapercibido durante miles de años, por voluntad de Dios para probar a todos los habitantes de la tierra. Pablo ha permanecido durante todo el tiempo, por siglos y siglos, por dos mil largos años, a la vista de todos, elevado a los altares, sus palabras tenidas como palabras de Dios mismo. Nadie de sus cautivos en Babilonia espiritual, ha dudado de él. Son sus cautivos, porque con unas cuantas falacias, entre cientos de verdades, los tiene extraviados del sendero que dejó Jesús y su engaño no ha sido descubierto.  Esa es la prisión perfecta, cuando los cautivos creen que son libres, no ven los barrotes de sus celdas espirituales.
Los hombres pusieron a Pablo al lado de Jesús, sin reservas, y así por siglos, les enseñaron a sus hijos a reconocerlo, a respetarlo y a adorar sus enseñanzas como la misma palabra de Dios, y nadie que se precie de cristiano, se atreve a contradecir esta tradición, puesto que todos los demás que lo idolatran se le irían encima, sería expulsado inmediatamente de la iglesia de la gran Babilonia. No saben que sus iglesias son Babilonia, creen que esa gran ramera es otra, no su iglesia.
Esa milenaria tradición es también traición a Jesús. Esa tradición de aceptar que las epístolas de Pablo son palabras de Dios, es un nuevo gigantesco y descomunal Judas Iscariote espiritual.  No son pocos los que están en el error, son, nada más y nada menos, la gran mayoría de los cristianos, los que se engañaron a sí mismos idolatrando las enseñanzas de Pablo.  De su sangre espiritual ha estado ebria, por dos mil años, la ramera que conduce a la bestia, con el falso profeta haciendo prodigios delante de ella.  Todo esto sucede en silencio, sin que las víctimas sepan que son llevadas al matadero.

138. El anticristo jugó con demonios.
Demonios reconocían” la autoridad del anticristo (Hechos 16:16-18) (Hechos 19:15). En parte, la supuesta legitimidad de Pablo, como profeta verdadero de Dios, está basada en que algunos demonios lo reconocieron y dijeron que lo conocían y se le sujetaron, exhibiendo Pablo, poder de sacar demonios de las personas y alardeando de ello en sus epístolas.  Para que los hombres crean que Pablo es de Dios, es semejante a Dios, semejante a Jesús, los demonios dan testimonio de Pablo, así como daban testimonio de Jesús los demonios y le estaban sujetos. 
Un demonio se sujetaría a un falso profeta para crear una falsa verdad, de que por ser de Cristo es que le están sujetos los demonios, y miles de millones de ingenuos le creerán.  Ni aún el que hicieron milagros y prodigios, nos puede servir, para confiar a ojos cerrados en los seres humanos, puesto que Luzbel aplica todas las astucias y todos los engaños existentes.  Ningún engaño posible se les quedará por poner por obra tanto a Luzbel, como a su hijo Pablo.  A eso vinieron tanto Luzbel, como su hijo Pablo, que, con su espíritu de la mentira, son la trinidad usurpadora, y vinieron a engañar, vinieron a extraviar.

139. El anticristo atacó a los doce.
Pablo tuvo que atacar, con sutiles comentarios descalificadores, desde sus vastas epístolas, el número cerrado de los doce apóstoles de Jesús, y además atacar la condición de número sagrado y personas únicas de los doce apóstoles de Jesús. 
Pablo tuvo que cuestionar y atacar la autoridad soberana de los doce en el cristianismo, para poder infiltrarse entre los doce apóstoles de Jesús.  Pablo necesitaba debilitar aparentemente el número sagrado de los doce.  Pablo necesitaba abrir el número cerrado de los doce, aunque fuera falsamente, pues necesitaba que los seres humanos se olvidaran que ese número es no solo sagrado, sino cerrado y sellado.
En la historia de los doce patriarcas de Israel, los doce hijos de Jacob, se ve que se perdió uno, José, que se volvió egipcio, pero Jacob recibió a los dos hijos de José como una sola tribu porque el doce era inalterable.  No era posible que hubiera trece herederos. 
En la historia de los doce apóstoles sucedió exactamente igual, pues se perdió uno, Judas, el hijo de perdición, y lo primero que hicieron los otros once apóstoles, después de la partida de Jesús, fue restablecer el número roto por judas, lo restablecieron con Matías, para cuya elección por el Espíritu de Jesús, también se presentaron dos, para ocupar el lugar de Judas. 
Si no fuera importante mantener el número sagrado y cerrado de los doce, ni Jacob, ni los apóstoles, lo hubieran restablecido, bien pudieran haber sido once tribus, o trece tribus, bien pudieran haber sido once apóstoles, y no habría habido afán alguno, ni el más mínimo afán, para restablecer el número doce. 
¿Por qué entonces, si no es por ignorancia, miles de millones le creerán a cualquiera que venga a cambiar la historia de Jesús, a pesar de las muchas advertencias de Jesús? Para nadie es el treceavo lugar.  Impostores los que han pretendido ser el treceavo, o llamarse a sí mismos, apóstoles, sean quienes sean.

Nadie, además de los doce en pleno, podía autorizar a otro apóstol. Los doce apóstoles de Jesús autorizaron a un solo apóstol (Matías), cuyo nombre no se conocía, pero a nadie más autorizaron. 
A Matías no lo autorizó uno solo de los once apóstoles, en una simple frase de una epístola aislada escrita años después, sino que lo autorizó el cuerpo completo de los apóstoles de Jesús, con el único fin de cerrar el número sagrado de los doce apóstoles de Jesús. Para lo cual oraron unidos al Espíritu de Jesús, que manifestase quién era el elegido, de los dos que ellos seleccionaron, entre los muchos que habían sido no solo discípulos, sino también, testigos directos del ministerio de Jesús, de su muerte y su resurrección. Era imprescindible para ellos que el doceavo apóstol, fuera discípulo llamado directamente por Jesús mientras estaba en la tierra y además fuera testigo directo del ministerio de Jesús. Sin esos requisitos, nadie puede ser apóstol de Jesús.
Si los doce apóstoles de Jesús hubieran querido autorizar la predicación de Pablo, como apóstol, guiados por el Espíritu de Jesús, a sabiendas que en nadie además de ellos doce residía tal autoridad, pues en ellos residía el único poder de hablar en nombre de Jesús, si lo hubieran hallado del todo fiel y veraz, ellos lo hubieran llamado para cerrar el número de los doce, como llamaron a Matías.
Si ellos hubieran aceptado que el ministerio de Pablo había sido establecido por la voluntad de Jesús, haciéndolo su treceavo apóstol, luego de haberse ido, aunque Jesús no les había hablado de ese profeta, a ellos que eran sus amigos y sus representantes, con total autoridad sobre la Tierra, ellos doce lo hubieran confirmado, como un treceavo.
Si hubieran aceptado los doce apóstoles de Jesús, que Jesús había cambiado su palabra y había decidido presentarse a otro ser humano, a pesar de que les había dicho que ya no lo vería más nadie de la humanidad, hasta que viniera a juzgar a los vivos y a los muertos, ellos doce lo hubieran anunciado ese cambio, ellos doce hubieran confirmado, como un treceavo, a Pablo.  Con sus palabras hubieran hablado de los temas de ese gran profeta, autorizándolo.
Pero su silencio dice mucho de ello.  Pues ellos estaban obligados a no dividir al cristianismo, por lo que desautorizar las enseñanzas de Pablo, serviría para que se dieran divisiones, por lo tanto, la única alternativa que ellos tenían, no era autorizarlo o desautorizarlo, sino autorizarlo o guardar un diciente silencio y soportarlo.  Y ellos doce guardaron silencio, pero no del todo. Porque en sus epístolas Judas, Santiago, Pedro y Juan, mencionan y tratan temas, personajes y lugares que tuvieron que ver con Pablo, temas y lugares que Pablo también mencionó, pero los tratan de muy diferente y diciente forma, en una forma opuesta. 
Por ejemplo, cuando se habla de un tal Demetrio, cuando se habla de la fe y las obras, cuando se habla que el gran anticristo ya está en el mundo.  Tratan a esos temas y a esos personajes de muy diferente forma que Pablo, escriben conceptos opuestos, sin mencionar a Pablo, como corrigiendo algunos puntos, como enviándonos unos mensajes.  Es de notar que las enseñanzas de Pablo son de inferior valor para los cristianos verdaderos, que las enseñanzas absolutas, inapelables e incuestionables de los doce apóstoles de Jesús.

141. ¿Frase legitimadora de Pedro al anticristo?
Una sola frase de Pedro es usada para legitimar a Pablo (2 Pedro 3:16). Pablo no fue autorizado expresamente por los doce apóstoles de Jesús, para entrar a su número sagrado y cerrado.  Si Pablo no fuera el falso profeta, si fuera verdad su historia del rayo, hubiera sido autorizado directa y expresamente por los doce apóstoles de Jesús. Ellos, los doce apóstoles de Jesús, con esa autoridad única que el Señor les concedió, a ellos y a nadie además de ellos doce, hubieran validado y acreditado expresamente las enseñanzas de Pablo, y sus palabras tendrían la misma total autoridad de los doce apóstoles de Jesús. Lo que Pablo atara en la Tierra, sería atado en el Cielo. Así se daría que Jesús les dio autoridad a los doce y por aparte, alguno de los doce le habría dado autoridad a ese hermano, que hablase y escribiese palabras en nombre de Dios, y que todo lo que ese hermano escribiese, era incuestionable. 
Pero la única mención que se halla sobre las enseñanzas de ese hermano es en una de las epístolas de Pedro, y justamente lo menciona para alertar sobre frases de difícil inteligencia, con las que se desvían a sí mismas las personas indoctas e inconstantes. Lo que Pedro dijo no fue que las enseñanzas de Pablo sean lo mismo que las demás escrituras, sino que hombres indoctos e inconstantes pervierten las enseñanzas de difícil inteligencia de Pablo, no menos de lo que pervierten todas las escrituras, humanas y divinas. 
Dice que es un hermano amado, pero no dice que sus palabras son del Cielo.  Sino que son palabras de un hombre común, tan grande como el profeta Elías y como Moisés, y a la vez tan grande como todos nosotros, sujeto a pasiones y orgullos y soberbias, muy reflejados en sus escritos, cosa que los hombres enceguecidos no ven, porque no lo desean ver. 
Luzbel se valió de la ambigua interpretación de esta frase de Pedro, para legitimar las falaces enseñanzas de su hijo, Pablo.  Aquí en este punto de quiebre, de la gran suplantación de las enseñanzas de Jesús por las enseñanzas de Pablo, es donde se entiende plenamente la palabra que Jesús, le dio a Pedro: que Luzbel lo había pedido para zarandearlo, pero que Jesús había rogado por Pedro. 
Pablo no es Dios, ni sus palabras son de Dios, ni todas sus palabras son absolutas, inapelables e incuestionables, como sí lo son absolutas, inapelables e incuestionables las enseñanzas de los doce apóstoles de Jesús, aunque no sean la palara de Dios, ni sean eternas.  Pablo es solo un hombre que no crucificó su carne, sus deseos, su ego, un hombre que no crucificó, ni al fariseo ni al romano que era, sino que, por el contrario, exaltó en sus escritos a sus maestros fariseos y exaltó su ciudadanía romana, apelando al César y no a Dios.

142. Orden de Melquisedec.
Gálatas 1:11-12: Quiero que sepan, hermanos, que el evangelio que yo predico no es invención humana. No lo recibí ni lo aprendí de ningún ser humano, sino que me llegó por revelación de Jesucristo.
Cualquiera entiende que Pablo descalifica a los doce apóstoles y a los familiares de Jesús como fuente de haber conocido las enseñanzas de Jesús. Contrario a lo que hizo Lucas a escribir sobre Jesús, que sí fue a las fuentes de los que convivieron con Jesús y son testigos directos de su ministerio.
Pablo, da a entender que su ministerio es según otro orden diferente al ministerio de los doce apóstoles de Jesús, que estableció Jesús.  Pablo dijo, que Jesús se lo encontró a él por otro camino y en otro tiempo, y Pablo dijo que habló con Jesús, y que Jesús en persona, le ordenó lo que haría Pablo, que Jesús lo había nombrado apóstol, que era otro orden, diferente al de los doce apóstoles de Jesús, como si Jesús estuviera corrigiendo algo, que supuestamente le habría faltado por hacer a Jesús, con los doce apóstoles. 
Como si Jesús no hubiera dicho que ellos doce eran sus únicos doce voceros y que se iría y ya nadie lo vería más hasta que volviera a juzgar. 
Pablo dice ser apóstol según un orden diferente al de los doce apóstoles de Jesús.  Además, dice que ese orden suyo de apóstol es superior al de los doce apóstoles de Jesús, lo dice con descaro en sus epístolas, y por largos dos mil años, sus extraviados seguidores, no han dado importancia a estos ataques, de Pablo en contra de la autoridad y el número cerrado, establecido por Jesús en sus doce apóstoles verdaderos. 
Por eso se vale de las escrituras Pablo, para desviar a los cristianos, cuando dice que Jesús es sumo sacerdote según otro orden, el orden de Melquisedec, (Salmo 110:4. Hebreos 7), no según el orden de Aarón, que era el orden sacerdotal de las doce tribus de Israel.  Todo esto para que él sea aceptado como apóstol según otro orden, según dice Pablo, un orden superior.  
Todo en Pablo es según otro orden, eso es suficiente evidencia de que es el usurpador.  Pablo fue injustamente perseguido por los judíos, para que al solidarizarse con él los cristianos, al leer su historia, los cristianos no se dieran cuenta que el perseguidor de sus almas, el asesino de sus almas es él.

Mucho dar testimonio de sí mismo el anticristo. Tanta soberbia y tanta egolatría desbordada en las historias y en las enseñanzas de Pablo, la copiaron los teólogos y los predicadores, muy a la ligera, y les dieron gusto a sus egos, se alabaron, compitieron entre ellos por la gloria del mundo, engañados por las falaces enseñanzas, por los sutiles engaños de Pablo. 
En sus predicaciones y epístolas, Pablo se anuncia a sí mismo, se alaba a sí mismo, dando permanentemente testimonio de sí mismo, buscando su propia gloria, y robando así pequeñas partes de la gloria de Jesús.  Es un mal ejemplo permanente para todos los siervos de Dios. Pablo da testimonio de sí mismo, y por eso su testimonio no es válido, para los que conocen el evangelio de Jesús, porque según Jesús, el que de sí mismo da testimonio busca su propia gloria y no es veraz.
Los doce apóstoles de Jesús se negaron a sí mismos, según las enseñanzas del Maestro, por lo tanto, no se hicieron tan famosos, pero Pablo no se negó, sino que por el contrario buscó ser famoso y reconocido, afirmó su ego y su poder, por lo que las multitudes todas, sin discernimiento, se guían en pos de él.  Los teólogos se van tras él, los Maestros se van tras él, los predicadores y los obradores de milagros se van tras él.  Todos desean parecerse a él, imitarlo a él, todos sin darse cuenta se alejan de Jesús, creyendo que van al lado de Jesús. 
Pablo es un atrevido cuando dice que subió al tercer Cielo, cuando nadie, además de Jesús ha subido al cielo y ha vuelto a venir, cuando no hay más de un Cielo.  Pero si no es con un evangelio propio, con un cielo propio y pretendiendo ser del número de los apóstoles de Jesús, Pablo nada tendría, para que los desprevenidos cristianos de toda la tierra creyeran que viene de parte de Dios con altísimos privilegios y autorizaciones, con grande y total autoridad.

El anticristo siembra sensualidad en sus seguidores. Pablo los enreda y les habla en nombre de Jesús y les da órdenes. Luego les dice que, aunque supuestamente sus epístolas son palabras de Dios, les va a dar unas instrucciones humanas, es decir, no son de Dios, pero están en la supuesta palabra de Dios. (1ª corintios 7:12).
Con algunas de sus enseñanzas de difícil inteligencia, Pablo los induce sutilmente, hacia el mundo de la sensualidad, la lujuria y el libertinaje. Ese capítulo de 1ª de corintios 7, es muy propio de las sutiles falacias y puntos de difícil inteligencia en los que quedan miles de millones enredados, por no pensar primero en la voluntad de Jesús, sino primero en darse gusto y luego justificarlo con palabras de Pablo.
Este Pablo hace que los esposos y las esposas terminen sin control de sus propios cuerpos, pues Pablo hace que los varones tengan miedo de que sus esposas busquen a otros hombres, si estos, por buscar a Dios, no las mantienen saciadas de placer carnal (1ª corintios 7: 1-9).  También las mujeres acceden a muchas obras lujuriosas, para que sus esposos, no se vayan a buscar placeres en otras mujeres, según la supuesta sabiduría “divina” de Pablo.
Parecen unas inocentes epístolas las de Pablo, pero con sus enseñanzas adulteró las enseñanzas de la palabra de Dios.  Los cristianos que desconocen las enseñanzas de Jesús y desconocen las enseñanzas de los doce apóstoles de Jesús, seguirán en pos de las enseñanzas de Pablo, sin darse cuenta de la trampa en que están cayendo en el lazo del cazador, sin ver la trampa con sus ojos espirituales.
Por causa de sus enseñanzas, consigue que los esposos y esposas se den rienda suelta en los lechos conyugales, en pos de los placeres, con su venia, y según sus instrucciones, las que siguen al pie de la letra.  Pablo los incita sutilmente para que se entreguen a los placeres. Por lo que consigue que los cristianos no piensen en negarse a sí mismos, ni mucho menos en crucificar sus cuerpos, crucificar su carne. 

145. El anticristo siembra codicia.
El anticristo siembra hipocresía y codicia en sus seguidores. Las enseñanzas de Pablo inducen a los cristianos a dar a los pobres para ser vistos y a negar la limosna a los que consideran que no se esfuerzan para conseguir trabajo. Pablo ha dado ese ejemplo nefasto.
Pablo llegó a escribir en sus epístolas, “que el que no trabaje, que no coma” (2ª a tesalonicenses 3:10).  Esa enseñanza, falaz en el cristianismo, es tomada como palabras directas de Dios. Es una frase muy desafortunada, porque miles de millones de cristianos, se han apoyado en ella, para no tener misericordia, con aquel ser humano que les pide ayuda, pero no trabaja.  Es una frase que desvía mucho a la humanidad, del precepto de Jesús, que dice que miremos a las aves del Cielo para ser como ellas, y que no nos preocupemos por lo que vamos a comer mañana, porque nuestro Padre celestial nos alimenta.  Esos que vienen a pedir pueden ser inválidos, estar pasando por un mal momento o pensar como las aves del cielo. Pablo destruye la posibilidad de que ellos reciban ayuda. También esa enseñanza de que el que no trabaje, que no coma, contradice la enseñanza de Jesús que dice: "Da a todo aquel que te pida". Además, se hacen codiciosos al no dar a los demás cuando vienen a pedirles, aguantan el dinero y no lo regalan. Las enseñanzas de Jesús ayudan a que el hombre no sea codicioso de riquezas, sino todo lo contrario, que sea generoso.
Pablo, cuando recogió ofrendas para los hermanos de Jerusalén, se vanaglorió en sus epístolas de su caridad, con muchas frases y enseñanzas (2ª a los corintios caps. 8 y 9).  Pablo enseñó la hipocresía, porque incita a los que leen sus epístolas, a practicar la caridad pública, buscando ser alabados de los hombres, cuando el Señor siempre llamó la atención, que no hiciéramos igual que los fariseos, hipócritas, que tocan la campanilla delante de ellos para que los hombres los vean.  Pablo les enseñó a sus discípulos a ser caritativos, para ser alabados de los hombres, hipócritas, como era él, que era uno de los fariseos. Todos estos ejemplos desastrosos incitan a sus creyentes a ser codiciosos, creer que las riquezas son más importantes de lo que son, pasan a desear más riquezas. No a repartirlas.

146. El anticristo siembra vanidad.
Pablo ha estado sembrando la soberbia y la vanidad. Con sus enseñanzas, hace que los seres humanos quieran ser famosos y grandes líderes, no desean ser siervos, no desean negarse a sí mismos, porque Pablo les da ese ejemplo, y no se dan cuenta que Pablo enseña eso.  Las iglesias de hoy en día están afectadas de millones de personas importantes que dan órdenes y trabajan pata estar dentro de una burocracia. Todo esto viene de las enseñanzas de Pablo. Los líderes creen estar haciendo lo correcto.
Pablo se vale de la ignorancia y la superficialidad de alma, de muchos de los líderes del cristianismo, para masacrar sin la más mínima misericordia, a miles de millones de almas, pues a eso vino a la Tierra Pablo.  Pablo, contra diciendo las enseñanzas de Jesús, enseñó con el mal ejemplo de sus obras y en las falaces enseñanzas de sus epístolas, a que los cristianos desearan ser importantes, vanidosos, vanagloriosos.  Que deseen ser los líderes, no los siervos. Que deseen ser alabados por ser maestros, no que enseñen con humildad.

Pablo ha negado que Jesús dijera que algunas almas permanecen aquí y que algunas almas vuelven del más allá.  Pablo, impidió a los cristianos llegar a la verdad, con sus enseñanzas, que los cristianos toman como si fuera palabra de Dios.
Pablo (o sus seguidores), al escribir en la epístola a los hebreos, que solo hay una permanencia para las almas humanas aquí en la tierra (ver hebreos 9:27) y luego viene el juicio, desestimó todas las evidencias evangélicas de almas que volvieron, como el alma de Elías, que estaba en Juan el bautista, pero Juan no lo sabía, sin embargo Jesús les decía a sus discípulos, que Juan era Elías, no que era el espíritu de Elías, sino que era Elías (Mateo 11:14).  Pablo, impidió que los cristianos que lo siguieron pudieran entender por qué entonces Jesús enseñó que esta generación no pasará hasta que todo se cumpla (Mateo 24:34).  No pueden entender por qué Jesús enseñó que el que a cuchillo mata, a cuchillo muere (Mateo 26:52), que el que está destinado a la cautividad, a la cautividad irá, que el que nació para morir por la espada, por la espada morirá, (Apocalipsis 13:10) que no teman a los que matan el cuerpo, que el alma no la pueden matar (Mateo 10:28).  No pueden entender por qué razón Jesús enseñó que Juan, su apóstol preferido, debe permanecer hasta que Jesús vuelva y en el apocalipsis dice que Juan vuelve a profetizar, para reconstruir el templo de Dios que había sido destruido (Juan 21: 21-23). Destruido por las falaces de Pablo, sus servidores, y sus millones de seguidores. Pablo les dio a beber un cristianismo lo más sutilmente adulterado.
Esta enseñanza de Jesús sobre la permanencia de las almas (Mateo 28: 18), sobre almas que vuelven, es de vital importancia para poder entender el cristianismo verdaderamente, para poder entender las enseñanzas sobre el milenio, sobre la justicia divina, que permite y tolera que tantas injusticias aparentemente pasen impunes sobre la Tierra. 

148. El anticristo siembra el juzgar a los demás.
Pablo ha estado enseñando a juzgar y castigar. En sus vastas epístolas, sujetas a error, Pablo desborda emociones negativas hacia sus detractores, como rabia, juicio, amenazas, es demasiado evidente su soberbia y su ego. Pero las gentes están tan ciegas que no lo ven, en vez de eso lo veneran, lo idolatran diciendo que esas enseñanzas son de “Dios”.  Así mismo, soberbios, pretenciosos, aprendieron a ser y hacer sus seguidores, lamentablemente, no le creyeron a Jesús sobre la humildad y el perdón a los que nos hacen algún mal, o a los que obran errores en el cristianismo.
Pablo ordenó a sus discípulos reprender y regañar a las ovejas del rebaño de Jesús, contradiciendo al Maestro Jesús, cuando dijo que no le hagas frente al mal, cuando dijo que no tratemos de sacar la paja del ojo ajeno, que en vez de enjuiciar es necesario comprender.  Pero Pablo, con sus enseñanzas, hace que las personas sean jueces de los demás, hace que sin que se den cuenta las ovejas, no se guíen por misericordia, sino por juicio, hacia los demás, que traten de acusar y enjuiciar a las ovejas, con lo cual terminan haciendo el trabajo de Luzbel, que es acusar (2ª Timoteo 4: 2). 
El Señor no avergüenza a sus siervos, el Señor no descubre el mal de sus siervos. Los que son siervos del Señor, igualmente no descubren el mal de sus hermanos, ni el mal de los seres humanos en general.  Un ser humano que se reconoce imperfecto no puede, por más que se crea líder del cristianismo, andar reprendiendo los errores de sus hermanos sino más bien, como enseña Juan, el que vea a un hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, ore por su hermano y hallará vida para su hermano.
No en poco, sino en mucho y en los más sutiles asuntos adulteró, pisoteó, irrespetó Pablo, la enseñanza de Jesús y de los doce apóstoles de Jesús.  Miles de millones de almas han sido extraviadas por errores, mentiras y fábulas, salidas de las enseñanzas de Pablo, aquellas que los cristianos toman como si fuera la mismísima palabra de Dios.

149. El anticristo siembra condenar a otros.
Nadie puede entregar a otro a Luzbel. A menos que sea Dios mismo, o a menos que sea de Luzbel, pero aun siendo de Luzbel, no se le cumple la voluntad de entregar a otro a Luzbel, si Jesús, que es Dios mismo, no autoriza esa entrega (1ª a los corintios 5: 3-5).  ¿por qué tenía que decir eso Pablo?  ¿Por qué razón sin la más mínima misericordia tenía que entregar a otro ser humano a Luzbel, siendo eso lo mismo que asesinar su alma? Aunque no lo vean los seguidores de Pablo, esto lo hace por ira contra alguien que osó desafiarlo. Algo muy diferente a lo que hizo Jesús en circunstancias parecidas. Esa reacción es semejante a las reacciones de Moisés, cuando era desafiado. En estas desafortunadas palabras Pablo revela una total falta de misericordia, un total juicio, una total acusación, se revela que, en una situación como esa, Pablo se remitía a Luzbel como autoridad, lo cual es muy diciente si se supone que Pablo es de Jesús, no de Luzbel. Es un error grave, esta enseñanza está lejos de ser palabra de Dios.

150. El anticristo pide que lo imiten.
Pablo ha estado pidiendo que los cristianos lo imiten a él (1ª Corintios 11:1) (Filipenses 3:17). Es tan atrevido que, al leer sus epístolas, les dice a los cristianos que sean imitadores de él, para ser imitadores de Cristo.  Con lo que ha estado por veinte siglos, diciendo Pablo que sigan en pos de él para seguir en pos de Jesús.  Según esto seguir a Jesús o a Pablo es lo mismo. El colmo de la impostura. Y así y todo ni siquiera la humanidad ha dudado de Pablo interpuesto entre los cristianos y Jesús. Pablo rompe así la unión entre Jesús y el hombre. 
A nadie debe imitar la humanidad para parecerse a Jesús.  Todo hombre que ha dicho que lo imiten, para seguir en pos de Jesús, es usurpador, impostor y anticristo, sea quien sea y haya hecho las obras que haya hecho.  A nadie que haya dicho que lo imites, diferente a Jesús, has debido creerle. 
Es increíble que las personas, ya tan avanzada la civilización, siendo todos tan independientes, aún no se les haya ocurrido dudar de las falaces enseñanzas de Pablo. No dudan de él a pesar de ser tantas las evidencias de que ha sido, por siglos, el invisible anticristo, que ha sido el probador, que ha sido el adversario de las almas humanas, el impostor. 
Ni siquiera uno solo de los doce apóstoles de Jesús se atrevió a decir semejante despropósito, que los humanos los imitaran a ellos doce para seguir en pos de Jesús.  Ni uno tan solo de los doce apóstoles de Jesús, a pesar de tener la carta blanca de Jesús, que todo lo que decretaran en la tierra ellos doce, sería ley en el Cielo, ni siquiera Juan o Pedro, se atreverían a decir que los seres humanos los imitaran para llegar a Jesús.  Porque nadie es semejante a Jesús.  Esa es la importancia de creer en nadie además de Jesús.  Es de vital importancia unirle de verdad las palabras de nadie a las palabras de Jesús. 

151. El anticristo impone a Gamaliel.
El anticristo quería estafarnos con un tal Gamaliel. Pablo hizo creer a los cristianos, que ser discípulo de Gamaliel era algo muy importante, que Gamaliel era un gran maestro, una gran escuela, que los doce apóstoles de Jesús no tenían ese título, de haber sido discípulos de un gran maestro de la religión judía, pues para Pablo, era más importante ser discípulo de Gamaliel, que ser discípulo de Jesús. 
Estaba tan engañado en su superficialidad y en su soberbia, Pablo, que no creía que ser discípulo de los apóstoles de Jesús era lo más grande de la Tierra.  Los doce apóstoles de Jesús fueron discípulos directos del Mesías, nada más y nada menos. 
Gamaliel no es nadie al pie de Jesús. Gamaliel nada sabía, al ser comparado con Jesús, como Maestro.  Gamaliel era un ignorante, un hombrecillo de mente cerrada a lo espiritual, uno más que no reconoció a Jesús.  Gamaliel era Maestro en Israel, pero ignoraba lo referente al Mesías (Juan 3:10).  Ese de tratar de poner la sabiduría de Gamaliel por encima de la sabiduría de los doce apóstoles de Jesús, es uno de los engaños más sutiles de Pablo.

El anticristo también fue engañado por el padre del engaño y de la suplantación.  Es lo lógico de la trinidad del engaño, sin el engaño no se forma esa trinidad. Siendo humano como lo es, Pablo, tuvo que ser engañado por Luzbel, tuvo que elegir libre el engaño de Luzbel, para llegar a ser el hijo de la perdición. Pablo, llegó a ser el hijo de perdición de Luzbel, no porque Luzbel lo hubiera obligado, sino porque como todos los seres humanos eligió libremente entre el bien y el mal.  En ningún momento fue obligado a ser de Luzbel o a ser cristiano, fue inducido a engaño y cayó, porque no sabía reconocer la verdad. Porque había elegido la mentira, no era hijo de la verdad.
Pablo no fue elegido al azar, para que llegara a ser Pablo y para ser engañado, como si cualquiera hubiera podido ser Pablo, sino porque ya desde antes, en su vida, había llegado libremente a ser un consumado engañador.  Solamente pueden ser engañados los que engañan, así como solamente le es revelada la verdad total a los que sean de la verdad.  Pablo no fue engañado por Luzbel en tan gran manera si Pablo mismo, libremente no se había convertido de antemano en un grandísimo engañador, en un gran fariseo hipócrita
Pablo pudo haber desconfiado del rayo que caía del cielo, pudo haber investigado bien lo que había dicho Jesús que nadie lo oiría, ni lo vería de nuevo, hasta el día del juicio. Pablo pudo haber dudado de ese rayo, que lo obligaba a ser cristiano, so pena de quedarse ciego de por vida, ese rayo que no le respetó su libre albedrío. Pablo, pudo investigar y saber que Jesús a nadie obliga a seguirlo. 
Desde el día que el rayo cayó del cielo, diciendo que era Jesús, todos los que no han sido de la verdad, le han creído sin reservas al rayo, inclusive Pablo, por lo que ninguno de ellos se ha puesto a pensar que Jesús había avisado que no volvería. También creen que Jesús obliga a las personas a seguirlo, como le sucedió a Pablo. No piensan que seguir a Jesús es algo que sucede libre. El que una persona sea llamada es elección de lo alto, pero el aceptar lo no puede ser resultado de violencias y amenazas, como le sucedió a Pablo. Lo más seguro es que Pablo mismo esté engañado por Luzbel y crea que va a permanecer en el Cielo, por siempre.
Los seres humanos han sido propensos a creerle a cualquiera que Luzbel envíe en nombre de Jesús, con tal que haya dado su vida por el nombre de Jesús y haya hecho milagros.  ¿Cómo entenderán que nadie puede venir en nombre de Jesús, además de los doce apóstoles de Jesús, y nadie puede cambiar sus enseñanzas, o intervenir en sus palabras traspasándolas? Y Jesús avisó que así sucedería.

153. El anticristo creyó ver a Jesús.
Le sucedió a Pablo, con Luzbel, algo semejante a lo que le sucedió a Moisés (Judas 1:9).   Creyó haber visto a Dios y creyó hablar con Dios, cuando lo que vio Pablo, fue un ángel, que descendía del cielo, con un espíritu engañoso, que le dijo que era Jesús.  Igual le sucedió a Moisés, que vio un ángel, que le dijo que era el Señor. Ese ángel que le dijo muchas verdades y unos cuantos errores, un ángel que no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él. Tanto Moisés, como Pablo, los dos dijeron haberse encontrado con Dios, cuando en verdad era Luzbel, haciéndose pasar por Dios, aquel con quien ellos hablaron.
Pablo recibió un rayo de luz, que le dijo que era Jesús.  Obviamente si no hubiera tenido esos delirios de grandeza, hubiera terminado negándose a sí mismo, sin pretender ser importante en el cristianismo, y más aún si era el perseguidor, su lugar real en el cristianismo era el último lugar. Pero fue que el rayo lo engañó por segunda vez, diciéndole lo importante que iba a ser, lo engañó dos veces, obligándolo a ser cristiano, y luego incitándolo a ser importante en el cristianismo.

154. El anticristo ataca a Luzbel.
Pablo escribió maldiciones a Luzbel y enseñó sobre la supuesta rebeldía de Luzbel. Pablo escribía muy despectivamente sobre Luzbel. Por cuenta de las enseñanzas de Pablo, quedará estable, fuerte y firme la doctrina que Luzbel se rebeló en contra de Dios, y por lo tanto Dios no es todo poderoso, ni lo sabría todo, ni estaría en todas partes, ya que supuestamente hay seres que se le salieron del control de Dios, y lo están atacando. Obviamente Pablo tiene que respaldar los sofismas de Luzbel.
Pablo, hijo de perdición, hijo de Luzbel, haciendo honor a su estirpe, enseñó a sus seguidores, a maldecir a Luzbel y que crean que Luzbel se volvió malo solo. Les enseñó a creer que Luzbel se le salió de control a Dios, por lo que Dios no lo puede vencer, y con frustración entonces se le trata a Luzbel con desprecio y con maldiciones, algo muy propio del reino de despistes de Luzbel (2ª cor 2:11) (2ª cor 12:7-9) (Efesios 6:12) (Romanos 16:20).

155. ¿Realmente toda escritura es de Dios?
El anticristo engaña al insinuar que toda escritura es de Dios (2ª a Timoteo 3: 16-17). Esa es una de sus más sutiles y elaboradas falacias, con las que se ha tejido un manto de confusión a las naciones, una densa niebla ha cubierto a las naciones. Escribió Pablo que “toda escritura es inspirada por Dios…” para darle validez de palabra de Dios a sus enseñanzas humanas, a sus opiniones sujetas a error. Pablo, siendo hombre, pretendió que sus palabras eran de Dios.  Los cristianos cautivos en la Gran Babilonia espiritual, la de las falaces enseñanzas de Pablo, adoran esas enseñanzas humanas, cual si fueran palabras de Dios mismo en persona.
Creyéndole esa blasfemia a Pablo, que todas las escrituras supuestamente valen lo mismo, las naciones han menospreciado las enseñanzas sagradas de Jesús, se han extraviado en pos de enseñanzas humanas, han pisoteado la verdad, han pisoteado la ciudad santa (Apocalipsis 11:2). La palabra verdadera de Dios, la han traspasado las naciones, con todos sus irrespetos, basándose en una mala interpretación, de las enseñanzas de difícil inteligencia de Pablo, según avisó Pedro que iba a suceder. 
Esta falacia, unida a la falacia que el gran anticristo se manifestará al final de los tiempos (2ª Tesalonicenses 2:3-12), son lo máximo de su creación, son su más consumada obra de arte, con la cual ha extraviado por dos mil largos años a las naciones, incluyendo a todos sus sabios y estudiosos, por lo que Pablo es un magistral guerrero del espíritu de la niebla.

Pablo reconoció algunas necedades en sus palabras. Pablo no es Dios, sino un humano.  Por todos sus aciertos, lo apreciamos en verdad, pues todos tenemos derecho a acertar en conocer de Dios y derecho a equivocarnos.
Algunas de las enseñanzas de Pablo, reposan en nuestros corazones, pues son preciosas. Todo aquel que desea hallar la verdad, cuando encuentra algunos de sus destellos, los reconoce como reconociendo perlas y oro, y se alegra de poder reconocerlos, no importando de quien vengan
Pablo, es responsable ante Dios, no ante nosotros, por sus palabras de soberbia y por sus exageraciones sobre el Cielo y sobre la supuesta autoridad divina de sus enseñanzas, y por todas las necedades que escribió bajo esa supuesta autoridad divina, aunque en algunas de sus epístolas hasta avisó que eran necedades, que hablaba como hombre, que hablaba como necio, que no le prestaran atención en algunos momentos (2ª corintios 12:16-17) (1ª corintios 7:10-15).
Los hombres que después lo idolatraron, y lo elevaron a los altares, y le rindieron culto, enseñando a las generaciones que esas enseñanzas eran bajadas del Cielo, son causantes de miles de millones de humanos que se desviaron con su desviación, generación tras generación. Una interminable cadena de necedades letales.

157. ¿Qué es verdad en el anticristo?
Todos los humanos podemos hablar y enseñar verdades sublimes, es lo más natural de nuestras almas. Pablo enseñó muchas verdades. Si hablas de esas verdades, si te inspiran esas verdades sublimes, salidas de su alma, en verdad no te van a contaminar, porque la verdad, esté donde esté y téngala quien la tenga, a ninguno contamina. La verdad, a todos ilumina. 
Pudiéramos mencionar algunas de sus enseñanzas, no todas, porque son muchas sus enseñanzas verdaderas y porque hay algunas que son de tan difícil inteligencia… Esto de difícil inteligencia es un lío pues siendo verdaderas pueden pasar por falsas, o siendo erróneas pueden pasar por verdaderas. Las verdades, aunque hayan sido dichas por alguien que cometió errores, no dejan de ser verdades sublimes.
Pablo enseñó que el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.  También enseñó que amor es sufrido, es benigno, no se irrita, no busca lo suyo, se goza de la verdad.  Enseñó que ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí.  También enseñó que todo lo puedo en Cristo, que me fortalece.  Que para los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien.  No son pocas las enseñanzas verdaderas salidas de Pablo, la verdad es de Dios. 
¿Cómo no amar las enseñanzas Verdaderas de Pablo y como no amar a tan grande siervo de Dios, a pesar de que sea el que sabemos? Recordemos que en verdad Pablo sirvió a Dios también. El único problema con Pablo es que miles de millones de humanos, creyendo algunos de sus errores, aceptan todas sus enseñanzas como palabras de Dios. Pablo “no es Dios”. Para resumir esa es toda la falsedad de Pablo.

158. ¿Es necesario aislar toda enseñanza humana?
¿Es necesario aislar todas las enseñanzas humanas, con un manto de dudas, para evitar el problema de tomar palabras humanas como palabras de Dios?
Añadiendo las palabras de nadie a las de Jesús, para tomarlas como palabras de Dios, sacrificamos las enseñanzas buenas de muchos profetas verdaderos, pero es la única forma de que Luzbel, su hijo de perdición, Pablo y demás falsos profetas, no infiltren errores entre las verdades, sin que sean detectados. Esa es la razón por la cual, es absolutamente necesario unirle las palabras de nadie a las palabras de Jesús. Adorarlas las palabras de nadie además de las de Jesús, en el altar de las palabras de Dios. 
Por la victoria de la verdad, vale el sacrificio de todos sus profetas.  Ellos, darán su vida con gusto, para que los hijos de Dios no puedan ser engañados más, por errores infiltrados en tan poderosos maestros como Pablo.
Son demasiados detalles, alertándonos, como para pasarlos por alto y confiar ciegamente en las enseñanzas de Pablo.  Todo hombre que esté buscando la verdad, verá estos detalles y le llamarán la atención.  No es posible pasar por alto tantas señales y tantas advertencias juntas, por más prodigios que haya hecho en vida Pablo. 
En algo tan peligroso y de tan vital importancia, como es el tránsito del alma de esta vida mortal a una vida infinita, dejando de lado los sutiles lazos y engaños de Luzbel y su hijo Pablo, en nadie además de Jesús, se puede confiar plenamente, sin reservas. En nadie se puede dejar de dudar. Después de Jesús nadie es imprescindible.

159. El anticristo es un espantapájaros.
Pablo es un espantapájaros usado por Dios. Pablo le ha servido y le servirá a Jesús, para ahuyentar de su Iglesia a muchos, que se maravillan de las aparentes doctrinas de Pablo y de sus supuestas revelaciones. Enseñanzas cuya veracidad no se podrá comprobar, porque es la palabra y las enseñanzas de Pablo, contra las palabras y enseñanzas de nadie, porque nadie le hará frente. Por lo que, al atraer a miles de millones hacia sus enseñanzas, los está ahuyentando de las enseñanzas de Jesús, los espanta de la huerta de Jesús. Y no se dan cuenta.
Pablo hace el trabajo de espantar a los que, por variadas razones, Jesús no desee que entren en su sabiduría. Verán muchas contradicciones en el cristianismo y se alejarán, sin revisar a fondo de qué persona es cada palabra escrita. Verán esos errores de Pablo y los errores de sus seguidores y verán las contradicciones, por lo que se alejarán del cristianismo, criticando la cizaña, que son los errores sembrados en la huerta de Jesús por Pablo. Para eso fueron puestos ahí esos errores. Los ciegos de espíritu verán muchos errores en el cristianismo.
Pablo, con sus errores, ayudará a descubrir, probar y expulsar, a muchos del cristianismo.  Al descubrir los errores de Pablo, no verán la verdad de Jesús.  No la podrán ver, porque la verdad no les llama la atención.  Así Dios en su justicia perfecta da a cada uno según sus obras.  Dios usa a Luzbel y a su hijo Pablo, como una escoba de barrer los errores para luego recogerlos y arrojarlos, a lo que Jesús llama la gehena del fuego.

La verdad puede estar unida a un error, y el que no es de la verdad elige el error por verdad, porque el error se parece más a su verdad interna. La verdad puede estar unida a miles de errores y el que sí es de la verdad, no tomará los errores por verdad, porque no se identifican con lo que tiene adentro de sí. Si es un error o un engaño, o si son miles da igual. El del error no dará con la verdad y el de la verdad no tomará el error por verdad.
Los engaños no le hacen daño a la verdad de Jesús. Los engaños pueden estar en el cristianismo, sin importar su abundante número, por siglos y siglos, puesto que los seguidores de Jesús, no los seguirán, ni los atacarán. Los engaños están puestos entre las verdades de las escrituras sagradas, por orden directa de Dios, para probar a todos, e impedir a algunos la entrada al reino de los Cielos. Los engaños y los errores llaman a aquellos a quienes el error se parece a su verdad. Dios da, a cada uno según sean sus obras. Esa es la definición de la justicia de Dios, según las propias palabras de Jesús.
Los afortunados, que no se enreden en los errores, ven a Pablo, lo reconocen, saben que es el falso profeta, que actúa infiltrado entre los cristianos, pero saben que, a la vez, Pablo, es amigo de Cristo y que sus errores y falacias no dañan la verdad de Jesús. Ven a Pablo engañando a toda la humanidad, y saben que nada pueden hacer en su contra.  Saben cuán intocable y fuerte es Pablo, cuán bien protegido está, y a cuántos miles de millones de cristianos, ha llegado a seducir. 
Los cristianos ven a amigos y a familiares suyos adorando las palabras de Pablo como palabra de Dios, y no hay poder humano, que les muestre que ese profeta que tanto aprecian y en el que tanto confían, es, nada más y nada menos, el falso profeta que hace señales delante de la bestia y con ellas seduce al orbe entero.

161. Silencio inesperado de los que sabían la verdad.
La humanidad no esperaba el silencio de los que sabían la verdad. No se esperarían jamás los humanos de todos estos siglos, que todos los que supieran la verdadera identidad secreta de Pablo, guardaran silencio por siglos, y menos se esperarían los seguidores de Pablo, que así fuera establecido por Dios.  Menos aún se esperarían los seres humanos, que los apóstoles lo supieran y que todos guardaran silencio sobre la verdadera identidad de Pablo.  El Señor ordenó que todas las enseñanzas, tanto las verdaderas, cuanto las falsas enseñanzas, crecieran en la iglesia hasta la siega, día en el cual las enseñanzas de todos los falsos cristianos, la cizaña, sería arrojada al fuego eterno (Mateo 13:30).
Ha vivido el falso profeta incrustado en el cristianismo, protegido por los hombres, adorado, idolatrado y seguido sin reservas, durante dos mil años, debido al silencio de los sabios, pues el que lo denuncie daña la huerta del Señor.  Los seres humanos, engañados por Luzbel y por su hijo Pablo, se esperan que los justos denuncien siempre el mal, que los justos denuncien a los inicuos.  Los cristianos, prisioneros de los engaños de Pablo, cautivos por dos mil años, en la Gran Babilonia espiritual de las enseñanzas de Pablo, esperan que los justos peleen contra los injustos y los ataquen.  Esperan, según las enseñanzas de Pablo, que los cristianos denuncien los errores, esperan que ataquen los errores, no esperan que los cristianos guarden silencio sobre los errores.
Los que adoran como palabras de Dios las enseñanzas de Pablo, juzgan a los “hermanos”, los acusan delante de Dios y delante del pueblo, por sus pecados, los regañan por sus errores, no consuelan a la oveja caída, no limpian a las ovejas que se ensuciaron, no sanan a las ovejas que se hirieron, no les importa el rebaño, no aman al rebaño, sino que por el contrario, dividen el rebaño y agitan al rebaño, no lo apacientan, pues así les enseñó Pablo a sus seguidores. También la gran mayoría de los profetas antes de Jesús, acusaban al pueblo de Israel y creían, con ello, servirle a Dios, pero estaban engañados por Luzbel.
Jesús viene a consolar, a limpiar, a sanar, a perdonar. Pero Pablo es el que incita a los cristianos a estar denunciando el mal ajeno, a estar acusando a los cristianos, a estar redarguyendo y regañando a los hermanos. Los incita a tratar de sacar la paja del ojo ajeno, algo que Jesús dijo que no hiciéramos. Por esta razón, los miles de millones de cristianos cautivos de los engaños de Pablo, en la Gran Babilonia espiritual, no entienden el silencio milenario de los doce apóstoles de Jesús, sobre los errores ajenos, sobre los errores de Pablo.

No importa que tanto crecerá el anticristo infiltrado. Lo que sí importa es que tanto crecerá el cristianismo de Jesús.  Lo que en realidad importa es si a uno le es revelada la verdad d Jesús.  La verdad es independiente del error. La verdad no necesita quitar el error para ser la verdad.  No se puede impedir que se formen los anticristos, no se puede impedir que se formen miles de sectas con errores y que esos grupos crezcan mucho. Jesús no pierde ni lo más mínimo con ellos, antes su nombre crece.  Ni es necesario denunciarlos para evitar que las personas sean puestas a prueba. Pablo no es un problema para Jesús, ni para los cristianos, ni sus engaños desaparecerán la verdad de Jesús.
Pablo crecerá hasta el número total de vírgenes necias. Un grupo inmensamente grande que no afecta a los buscadores de la verdad. Pablo engañará sin remedio a todos los que no se postren delante de las enseñanzas de Jesús y ante las de nadie además de Jesús.  Para eso es necesario que esté todo el tiempo Pablo, hasta el día del juicio final, para que recoja en un grupo espiritual a todas las vírgenes necias, para que lo sigan a él. Entonces Pablo los reúne en él, y cuando él sea arrojado fuera, a las tinieblas exteriores, donde será el llanto y el crujir de dientes, todos los suyos serán arrojados con él.  A Jesús nada le está fallando en el cristianismo.  Siempre habrá un Luzbel, un Judas, un Pablo, una Jezabel, un Balaám y miles más para probar a los seguidores de Jesús. Ser seguidor de Jesús se prueba.

163. El anticristo no tiene el traje de bodas.
Por este secreto, de identidad de Pablo, secreto reservado para ser revelado al final de los tiempos, fue que Jesús enseñó que el día de las bodas del cordero, había allí un hombre sentado sin el vestido de bodas, y el amo de la casa, Jesús, le dijo: “Amigo, ¿Cómo llegaste aquí sin el vestido de bodas?” (Mateo 22:1-14).  Enseña Jesús que ese hombre, en ese momento, enmudeció, obviamente estaba asustado, no esperaba ser rechazado, sino todo lo contrario, esperaba homenajes.  Porque Pablo, todo el tiempo pareció un líder del cristianismo, pero en verdad, aunque era tan fanático de Cristo, que dio su vida por Jesús, era un enemigo de los cristianos, que se dejaron seducir y se engañaron a sí mismos, sin darse cuenta, con las enseñanzas de Pablo, hasta recibirlas como palabras de Dios.
Lo que más impresionará el día final, para los seguidores de las enseñanzas de Pablo es que, siendo supuestamente un amigo incondicional de Jesús, que hizo prodigios en nombre de Jesús, que fue asesinado por el nombre de Jesús, el mismo Jesús ordenará que ese amigo sea arrojado de pies y manos a las tinieblas exteriores, adonde, por consecuencia, serán arrojados todos los seguidores de Pablo, todos los que dicen que sus enseñanzas son palabra de Dios, allí será el llanto y el crujir de dientes.
Estará ahí Pablo el día del juicio, presente el día de la última cena de la humanidad, igual que sucedió con Judas el día de la última cena en Jerusalén, cuando Jesús avisó que uno de los doce lo traicionaría. A nadie se le ocurrió sospechar de Judas Iscariote.  Así mismo Pablo estará hasta el final de la cautividad de la Gran Babilonia, firme, fuerte, arriba en el poder, libre de toda sospecha, dirigiendo el cristianismo, como profeta de Dios, elevado a los altares, adorado, idolatrado, admirado y seguido servilmente, por la mayoría de los seres humanos, que, extraviados, creen que sus palabras son palabras de Dios.
El traje de bodas es negarse a sí mismo, vestirse de nadie, ser nadie. Sin ese traje no se entra. Al reino de Jesús nadie entra de verdad, no es charla. Y Pablo no podía ponerse vestido de nadie, todo lo contrario, tenía que ser muy llamador de la atención, para atraer a los que más pudiera, a sus enseñanzas, para desviarlos un poquito de Jesús. Era todo lo que necesitaba Pablo. Sus seguidores, al imitarlo, no se niegan a sí mismos. Allí están todos los errores de las iglesias actuales, no hay negación, hay liderazgo. En cambio, los doce desaparecieron a los ojos de los humanos, porque se negaron a sí mismos, mientras Pablo resplandecía llamando la atención. Los doce están con su traje de bodas.

Esa identidad secreta de Pablo no es necesario revelarla. Lo que, si es necesario revelar, sin desfallecer, sin temor de ahora en adelante, es la verdad de Jesús, que dice que en las escrituras no toda palabra es de igual valor. Contrario a lo que enseñó Pablo, para infiltrarse y para que fueran recibidas sus enseñanzas por los cristianos como palabra de Dios. 
No fue que las falacias y errores de Pablo engañaron a los caídos, sino que ellos a sí mismos se engañaron con esas falacias.  No fueron obligados con armas, con amenazas, o intimidaciones, a tomar por palabras de Dios las opiniones de un simple hombre.  La humanidad, en masa, con la excepción de un pequeño resto de seres humanos, como siempre ha sucedido, las naciones en masa cayeron en los sutiles lazos y tropezaderos que Pablo tendió, como fue profetizado en el apocalipsis, que Pablo, el falso profeta, seduciría a las naciones y las extraviaría.
Las pruebas escritas de las falaces enseñanzas de Pablo quedarán hasta el final de los tiempos. Las largas epístolas de Pablo y los relatos que quedaron escritos sobre lo que sucedió con el grandísimo asesino de miles de millones de almas, el perseguidor oficial de los cristianos, han quedado y quedarán hasta el final de los tiempos, dando testimonio contra él, para los ojos y los oídos de los seguidores de Jesús, así como también han servido esos relatos sobre los hechos del gran anticristo y esas epístolas de Pablo, para que con ella se engañen a sí mismos por miles de años, miles de millones de seres humanos, que libremente tomaron el error por verdad.
Esa prueba es imposible de retirar. Es más, los seguidores de Pablo aman más la máscara de Pablo, que su persona.

165. El anticristo es la puerta ancha.
El relato de la puerta estrecha y la puerta ancha, siempre se toma como el cristianismo, y el mundo. Pero no es así. Son dos puertas en el cristianismo y dos caminos en el cristianismo. Pablo ha sido siempre la puerta ancha y el sendero amplio (Mt 7:13-14). Las enseñanzas de Pablo son la puerta ancha, son el sendero amplio, sendero suave, lleno de permisividad, de egolatría, de soberbia, que fue abierto adentro de la iglesia para poner a prueba a todos los habitantes de la Tierra. 
Los seres humanos, por miles de millones, dejaron de servirle al Señor, sin darse cuenta, para servirle a ese profeta, incrustado artificialmente entre los discípulos y apóstoles de Jesús.  Los seres humanos no van a esperar que Pablo sea aquel falso profeta infiltrado desde el principio mismo del cristianismo. Menos van a creer que toda secta que surgiera, toda comunidad que surgiera estuviera infectada desde el principio, contaminada por el virus letal de esas enseñanzas, con el poder de desviar sutilmente de los senderos de Jesús y de sus enseñanzas, a miles de millones de almas incautas. Esas almas terminan poniendo las falaces enseñanzas de Pablo a la misma altura de las enseñanzas de Jesús y de las de los doce apóstoles.
Los seres humanos no se van a esperar, que su propia iglesia cristiana, de tantos siglos, por obra de los engaños sutiles de Pablo, a veces no fuera la princesa del Señor, la virgen que se va a desposar con el Maestro, sino una ramera, que se juntó con toda clase de magnates, gobernantes, intelectuales, filósofos, artistas y escritores, embriagándose de la sangre de los mártires de Jesús, por cuenta de las sutiles enseñanzas de Pablo. 
Los seres humanos no se esperarían que la puerta ancha de la que habló Jesús y amplio el camino, es adentro de la iglesia y no afuera de la iglesia, pues afuera de la iglesia no hay camino.  Jesús es el camino.  El camino amplio es el que preparó Pablo, con todos los que son como él, y son muchos los que por ese sendero ancho van, sin saber siquiera que van extraviados del sendero estrecho.

Dijo Jesús que la prueba que vendría sobre todos los habitantes de la tierra sería tal, que engañaría, si posible fuere, a los mismos elegidos (Mateo 24:24) (Marcos 13:22). Es decir, que los únicos no engañados han sido, son y serán los elegidos, los que eligieron oír a nadie además de Jesús. A esos nadie los puede engañar, puesto que a nadie oyen como si fuera Dios, además de Jesús.
Las pruebas dejadas por Pablo, sin que las naciones las perciban, debido a su superficialidad, no han sido fáciles de pasar. ¿Creíste que era fácil la prueba que avisó Jesús que había de venir sobre toda la humanidad?  ¿Crees que Jesús exageró sus palabras cuando dijo que será toda la humanidad zarandeada por el engaño? 
Los seres humanos, engañados por Pablo, están esperando que el supuesto perverso y temido anticristo vendrá al final de los tiempos, pues en sus vastas epístolas lo dice así Pablo (2ª Tesalonicenses 2:3-12). 
Los seres humanos, han sido contaminados de ese virus espiritual que los convierte en hombres lobos, hijos de la loba que amamantó a los fundadores de la Roma espiritual, pues al leer las vastas epístolas de Pablo lo idolatran cuando dicen que es “palabra de Dios”. La sangre (palabra) de cristo ha sido pisoteada. Las naciones, como un gran río, extraviadas por falacias, aceptan como palabras de Dios todas las enseñanzas humanas de las escrituras. 
¿Crees que se perdieron dos mil años y no están ya en ejecución todos los misterios del engañador, desde el mismo principio del cristianismo, hace dos mil años?  Van dos mil años de prueba, y van miles de millones de almas masacradas por los enemigos de las almas, Luzbel y su hijo Pablo. Están los dos infiltrados en las mismas escrituras, y Dios está al tanto y los ha autorizado. Dios avisó que la prueba era de ese tamaño, de ese riesgo y que era para probar a todos los seres humanos y que la gran mayoría no pasaría las pruebas, la gran mayoría se engañarían a sí mismos con las falacias.


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