LA VERDAD ORIGINAL DE JESÚS
CAPÍTULO
9
LUZBEL
NO ES REBELDE
(Luzbel
es un siervo de Dios obediente y sumiso)
82.
El engaño dice de dos ejércitos enfrentados por el poder celestial.
Quería
Luzbel inducirnos a engaño, cuando nos enseñaron que supuestamente había unos
ejércitos celestiales, al mando del arcángel Miguel, en guerra contra Luzbel y
su ejército, desde la eternidad, debido a esa rebelión de Luzbel, cuando en
verdad Dios no tiene enemigos de quién defenderse, puesto que Dios creó todo, y
cuando en verdad a Dios nadie le puede disputar el control del universo.
Claro
que sí es verdad que los arcángeles Miguel y Luzbel se enfrentan en el cielo
mismo, con sus ejércitos y todo, pero por el control de las mentes humanas,
para que, a todos los seres humanos, con la excepción de nadie, nos sean
propuestos el bien y el mal, allí es donde se enfrentan los ejércitos de
ángeles, pero no es verdad que Luzbel fue arrojado del cielo, porque Dios no
pudiera exterminarlo.
Dios
había creado así malo a Luzbel y le dio poderes, para probar a los seres
humanos y ese Dios que creó a Luzbel así malo, va a arrojar a Luzbel luego a
las tinieblas exteriores, con aquellos hijos de Dios que Luzbel hubiera
seducido, engañado y extraviado. Si Dios
no hubiera previsto que Luzbel y los suyos fueran arrojados del cielo, pero no
arrojados al universo, como si Dios no hubiera podido vencerlos, exterminarlos,
si eso fuera verdad, Dios estaría en conflictos y el universo entero no le
obedecería y Dios no conocería todo el universo y la creación de algunos seres
le hubiera fallado a Dios, entonces no sería todo poderoso, ni sabría todo, ni
pudiera estar en todas partes
Esos
dos arcángeles, Miguel y Luzbel, no se enfrentan por el control del Cielo. Eso es un absurdo. Estos dos ángeles sí se enfrentan en todas
las mentes humanas, por el control de las mentes humanas, tratando de
incitarnos a trabajar para el bien o el mal, pues para eso fue que Dios los
creó a los dos. Carece totalmente de
sentido que Dios hubiera creado a sus propios enemigos, tan poderosos como Él,
o más poderosos que Él, y más carece de sentido que los hubiera dejado ser y
los hubiera dejado prosperar hasta disputarle el control del universo y
confrontarlo siempre y en todas partes, tratando de dañarle a Dios su propia
creación. Todo lo contrario, a esas
falacias que nos enseñaron, infiltradas entre las muchas verdades de las
tradiciones antiquísimas, anteriores al patriarca Abraham, esos ángeles que
Dios creó, tanto buenos como malos, tienen por misión poner a prueba su
creación. Misión dada a ellos por Dios.
83.
Dios no se equivocó con la creación de Luzbel.
Desde
que llegamos a la tierra, nos enseñaron que Dios se equivocó con la creación de
su principal ángel, un tal Luzbel. A
todos los cristianos, sin excepción, nos enseñan las tradiciones religiosas,
que Dios estaba en el Cielo, con sus ángeles, todo estaba perfecto, todo estaba
en orden y en armonía eternamente, hasta que, en un instante, no previsto por
Dios, en una eternidad que no tiene instantes, el ángel más importante, entre
todos los ángeles creados por Dios, el segundo después de Dios se volvió malo
él solo. Muy raro, eso no coincide con
aquel Dios que todo lo puede, todo lo sabe y está en todas partes
Nos
enseñaron que esa rebelión del ángel principal tomó por sorpresa a Dios. Nos enseñaron que ni siquiera se le había
pasado por la mente a Dios, que le podía suceder, que sus ángeles salieran mal
creados por él y desearan ser como Dios, que se pudieran rebelar en su contra,
y que ese ángel, además de hacerse malo y rebelde, convenciera como a la
tercera parte de los ejércitos celestiales, y lo siguieran en su rebelión y que
sucediera que Dios no los pudiera vencer, ni los pudiera exterminar, como Dios
que era, con toda la autoridad y el poder de hacerlo. Además, nos enseñaron que
Dios y el ángel rebelde se convirtieron en enemigos eternos, disputándose el
control del universo.
Todos
estos despropósitos y errores nos los enseñaron como si fueran la mismísima
palabra de Dios, hablada por los profetas del antiguo testamento y confirmada
en las enseñanzas de las epístolas de Pablo y confirmada además por múltiples
tradiciones y estudios teológicos superficiales.
84.
Luzbel sí es padre de la mentira y es homicida desde el principio.
Pero
no es por su propio mérito y poder, que Luzbel es el padre de la mentira y es
homicida desde el principio, sino porque Dios lo creó así. Dios lo autorizó a arrastrar con su cola a la
tercera parte de las estrellas del Cielo.
Si Dios no lo hubiera autorizado, esto no hubiera sucedido. Dios puso a disposición de Luzbel la tercera
parte de las estrellas del cielo, y que cayeran a la tierra, arrastradas por su
cola, y así Luzbel creara su propia corte de siervos. Luzbel no se opone a Dios, Luzbel está
cumpliendo una misión para Dios, que es la de poner a prueba a todos los hijos
de Dios. Aún Jesús fue puesto a prueba
por Luzbel con mentiras basadas en las escrituras. Todo estaba previsto,
autorizado y concebido por Dios, para consumar su voluntad suprema y para bien
de los humanos, para darnos, a través de Luzbel, la posibilidad de elegir
nuestras vidas, para garantizarnos el libre albedrío. Ese ángel Luzbel fue creado mentiroso por
Dios.
Ese
ángel no se rebeló en contra de Dios, sino que fue creado así, para proponernos
el error. Y el primer error obviamente es hacernos creer que Dios no es todo
poderoso, y que en el reino de Dios algunas cosas han fallado, como la sumisión
de algunos ángeles, y que, para colmo de males, se rebelaron los ángeles más
poderosos. Pero en las escrituras solo vemos la sumisión de Luzbel, no vemos su
insubordinación y no vemos ni lo más mínimo de odio o resentimiento de Luzbel
hacia Dios, ni rabia o frustración de Dios hacia Luzbel, como si fueran dos
enemigos que se enfrentaran, y saltaran chispas de odio cada vez que se vieran.
O, cuando por coincidencia u obligación, se encontraran en algún rincón del
universo, cuyo control están supuestamente disputándose, entonces iniciarían
múltiples batallas con toda la plenitud de sus armas. Pero para nada es así, es
mentira de Luzbel ante la cual hay silencio de Dios. Su relación, en todo
momento y en todo lugar, es de amo y siervo obediente y sumiso (Job 1: 6-12)
(Job 2: 1-6). Siempre vemos en las
escrituras una relación total de amo y siervo sumiso entre Dios (Jesús) y Luzbel,
incluyendo a todos los demonios.
Dios
creó mentiroso a Luzbel, porque Dios, aunque podía proponernos el mal, no
deseaba hacerlo, y alguien tenía que proponernos algo diferente a Dios, algo
que no fuera de Dios, para que nosotros, pudiéramos elegir. Dios creó a Luzbel con toda la libertad para
descubrir el mal, perfeccionarlo y ejecutarlo.
Dios creó a Luzbel mentiroso, lo creó homicida, lo creó usurpador, lo
creó dispuesto a hacerse pasar por Dios.
Lo creó también como un gran estratega, que nos dice muchas verdades,
sublimes verdades, unidas a unas muy pocas mentiras muy suaves y sutiles, es
decir, lo creó falaz.
85.
Dios fue el que creó el mal y lo creó aparte de Él.
Única
y exclusivamente lo creó para el libre albedrío de las mentes de los hombres,
para que al sernos propuesto el mal a todos los hombres, sin excepción, incluso
a Jesús, tuviéramos el libre albedrío de decidir, qué deseábamos ser. Si no nos es propuesto algo diferente del
bien, y algo diferente de Dios, no seríamos libres, no seríamos semejantes a
Dios. No seríamos creadores de nuestro
propio destino.
Por
tanto, Luzbel es la garantía que Dios creó, para que nosotros seamos de verdad
creadores libres. Solamente Dios podía
crear un ángel así. Ese es el árbol de
la ciencia del bien y del mal, árbol creado por Dios, árbol puesto por Dios en
el paraíso, árbol cuyos frutos Dios previó que Eva y Adán probarían. No para
mal de la humanidad, ni porque Luzbel le hizo daño a la obra de Dios, sino
porque estaba previamente decretado en los designios de Dios, para libertad de
todos los seres humanos.
86.
Nos enseñaron que Luzbel le robó a Dios muchos ángeles.
Nos
querían engañar, con esa enseñanza que decía que, para colmo de males, ese
ángel supuestamente rebelde, le quitó la tercera parte de sus ángeles a Dios,
no solamente no tuvo que ser creador de sus propios ángeles, lo cual pudiera
haber hecho, siendo supuestamente tan poderoso, sino que le robó, le arrebató
la tercera parte de los siervos a Dios, y no se sabe cómo, ni por qué, logró
hacerlo y Dios no los pudo someter, Dios no los pudo vencer, no le fue posible
a Dios que es todo poderoso, sino que desde ese instante, perdido entre toda
una eternidad sin instantes, Luzbel se convirtió en el máximo enemigo, eterno e
irreconciliable, de Dios. Y si la
eternidad no tiene momentos, si es una sola, si es un solo instante para Dios,
si para Dios todos vivimos al tiempo, ¿Cómo puede suceder en el universo,
creado por Dios, algo que Dios no esperaba, y menos de un momento a otro?
Al
creer que los ángeles tienen libre albedrío, entonces le fue fácil a Luzbel
hacerles creer a miles de millones de humanos, que cada ángel de esa tercera
parte tomó su propia decisión de seguir a Luzbel afuera del cielo. Dan por
hecho que se hablaron entre ellos y llegaron a un acuerdo para salir juntos,
desafiando la autoridad de su Dios. Les atribuyen las mismas actitudes de los
humanos que, a toda hora se están confabulando y forman grupos para obtener sus
intereses. El detalle de atribuirles libre albedrío a los ángeles es una grieta
que usa Luzbel para inducir a error a los despistados que se dejan llevar de un
lado para otro. Cumple su misión de desinformar Luzbel.
87.
Nos enseñaron que Luzbel descubrió mundos aparte de Dios.
Nos
enseñaron las tradiciones religiosas, que la mayoría de las veces son verdades,
pero otras veces, en vez de tradiciones son traiciones, nos enseñaron que ese
ángel malo, supuestamente todo malo, que de bueno supuestamente nada tiene, ese
supuesto rebelde, llamado Luzbel, descubrió otras cosas que, extrañamente no
pertenecían a Dios, descubrió la maldad, que Dios, parecía que no la conocía, aun
siendo Dios, y estando por encima del bien
y del mal. Porque como se parte
del principio que Dios es solamente bueno, y nunca podrá ser malo, y menos
conocer el mal, con lo que nos enseñaron que Dios no está por encima del bien y
del mal, el cual es otro supremo error de las tradiciones milenarias.
Nos
enseñaron entonces esas tradiciones, que hay cosas que Dios no puede ser, ni
puede hacer, ni puede saber. muy raro esto, porque esas tradiciones falaces,
contradicen que Dios todo lo puede, todo lo sabe y está en todas partes. Nos enseñaron que descubrió Luzbel, un mundo
donde no llegaba Dios, ni Dios tenía allí autoridad. Nos enseñaron que Luzbel descubrió, o formó
para sí, un reino aparte y opuesto a Dios, llamado el infierno, la oscuridad,
las tinieblas. Porque a Dios no le
gustaba ir por allá, al mal, al castigo eterno, y ni un solo instante tenía que
ver Dios con el infierno, allá no entraba Dios.
Entonces nos enseñaron el error diciéndonos que desobedeció ese ángel
llamado Luzbel a Dios, y se libró de tener que obedecerle a
Dios, y Luzbel se fue del cielo libre de la autoridad de Dios.
88.
¿Dios no está por encima del bien y del mal?
De
las múltiples tradiciones milenarias, fue que salieron con esa enseñanza falaz,
las tradiciones de los teólogos, que se creyeron a sí mismos sabios, pero se
tragaron enteras una gran cantidad de mentiras, sin darse cuenta, cuando
enseñan que hay dos poderes en el universo: el mal y el bien, y no un solo
poder llamado Dios, que controla y somete bajo autoridad, tanto al mal, como al
bien, porque Dios está por encima del bien y del mal, y sin lugar a dudas, de
Dios proceden todas las cosas.
¿A
qué horas no se dieron cuenta, los que se creyeron sabios en el mundo, que la
sabiduría les estaba oculta a ellos, y que ellos, incautos e ingenuos, se
estaban dejando extraviar por los engaños de Luzbel y de su hijo Pablo? Si Luzbel fuese hallado rebelde, y Dios no
hubiera podido exterminarlo, y el mal hubiera sucedido en contra de la voluntad
de Dios, entonces Dios no estaría por encima del bien y del mal. Nos querían enredar en su propio engaño, para
que no conociéramos a Dios. Nos
enseñaron como verdades, una gran cantidad de falacias. Los teólogos y los maestros religiosos
hablaron y escribieron enseñanzas que no están en las escrituras sagradas.
Según
eso que nos enseñaron, Dios no tiene todo el poder, Dios está improvisando y
Dios no sabe bien qué es lo que está creando, ni cómo le va a resultar su
creación en el porvenir, y según eso que nos enseñaron los teólogos y los
maestros de las escrituras, pretenden que Dios está haciendo ensayos y
experimentos con nosotros. Según eso que
nos enseñaron, Dios no es eterno, puesto que le pasan cosas que no sabe que le
iban a pasar, que hay un porvenir para Dios el cual Él desconoce, por lo que
Dios no domina el tiempo y que para Dios el tiempo si existe y no sabe el
mañana que será de Él. ¿Ese es tu
Dios? Ese es un Dios de engañados y de
ignorantes de Dios, un montaje creado por Luzbel, y por su hijo de perdición, Pablo,
tejido de falacias sutiles, para robarle a muchos seres humanos el conocer a
Dios.
89.
Nos querían engañar diciendo que Luzbel ataca la obra de Dios.
Nos
enseñaron las tradiciones, diciendo que todas las creaciones de Dios están
siendo dañadas y saboteadas por tan poderoso enemigo, Luzbel. Nos lo enseñaron las tradiciones falaces, no
nos lo enseñaron las verdaderas tradiciones.
A todo cristiano le es enseñado que cuando Dios se descuida, llega el
enemigo y le daña el trabajo y le sabotea la creación, como en el paraíso,
cuando Luzbel le habló a Eva, para proponerle que se rebelara contra Dios, y
supuestamente por ningún lado estaba Dios, para impedirlo avisándoles sobre el
engaño a Eva y Adán. Tal vez Dios estaba
descansando, o estaba ocupado en otros quehaceres, como si Dios no estuviera en
todas partes y en todos los momentos, como si no supiéramos que Él estaba ahí
presenciando toda la supuesta caída de Eva y luego toda la supuesta caída de
Adán, viendo cómo se cumplía su propia voluntad divina, y no la voluntad de
otro ser por encima de la suya. Todo
obedecía a un plan perfecto previa mente establecido por Dios, el que todo lo
sabe, el que todo lo puede, y el que todo lo ve.
90.
Nos querían engañar diciendo que Luzbel odia a Dios.
Nos
enseñaron, las tradiciones milenarias, que Luzbel odia a Dios, que la sangre de
Jesús le repugna, que no la tolera, que no la resiste, que no le gusta, que la
pisotea, que no puede ni siquiera oír el nombre de Jesús, ni lo resiste, que
ese solo nombre lo doblega hasta destruirlo, que no resiste la presencia de Dios, que no soporta estar en la
presencia de una cruz, y que por principio, Luzbel odia todo lo que tenga que
ver con Jesús y con el cristianismo, además de que odia todo lo que es
bueno.
Y
que es por ese odio de Luzbel hacia Dios, que nosotros, los seres humanos,
estamos siendo atacados por Luzbel y su ejército. Que, por esa enemistad de Luzbel contra Dios,
es que no hay armonía y paz entre los seres humanos, que además de la raza
humana, todo el universo está en peligro de extinción, por esa guerra de
poderes superiores y que, si no hubiera ese supuesto problema entre el bien y
el mal, los seres humanos no sufriríamos y seríamos todos perfectos.
Mejor
dicho, nos enseñaron que no solamente nosotros somos imperfectos, pues Dios no
alcanzó a crearnos perfectos, sino que no pudo crear bien a Luzbel, por lo que
Dios también es imperfecto, que a veces las cosas no le funcionan bien, a tal
punto que se ha arrepentido varias veces de haber creado al ser humano, cosa
que es una gran mentira, y que, para colmo de males, el único que sí parece
saber, qué es lo que está haciendo, aunque sea malo, es Luzbel. ¿Para quién trabajarán algunas de esas
tradiciones entonces?
91.
Querían que temiéramos, pues Dios sería vulnerable.
Según
los engaños de la trinidad usurpadora, el trabajo de Dios está en peligro. Por consecuencia de esta enseñanza falsa, nos
hacen creer que, en el porvenir, el esfuerzo de Dios, su trabajo de creación y
su reino, están en entredicho, puesto que los rebeldes pueden llegar a
destruirlo algún día y tomarse el poder de Dios, si Dios no se esfuerza mucho y
vence en todas las innumerables batallas universales. Y los que nos enseñaron todas estas mentiras
en dos mil años, no se dieron cuenta que estaban enseñando ignorancia de Dios,
que estaban desconociendo quien es Dios y que les servían a los propósitos de
Luzbel y de Pablo, aquí en la Tierra.
Realmente por creerse tan inteligentes los teólogos, fueron muy ingenuos
y la verdad de Jesús, estaba oculta a sus mentes, pero estaba a la vista de los
humildes. Fue por ellos, por los superficiales
maestros de la palabra de Dios, que estaba escrito que el pueblo de Dios muere
por falta de sabiduría, por falta de conocer realmente quien es Dios.
92.
Con las falacias de la trinidad usurpadora se engañaron millones de
inteligentes.
La
trinidad usurpadora engañó a grandes maestros y estudiosos de la palabra. Todas estas falaces enseñanzas de los
maestros y teólogos mundiales, sobre el supuesto enfrentamiento que hay del mal
contra el bien en el universo, haciéndonos creer que hay un poder maligno
disputándole el control del universo a Dios, no nos lo enseñaron los ignorantes
del mundo y los más atrasados. Nos
enseñaron, todas esas falacias, los que han pasado por ser los más grandes
maestros del cristianismo, maestros de todos los cristianos de la tierra, y de
todos los tiempos, los más grandes escritores, los más grandes tratadistas, los
más grandes teólogos, tanto católicos, como ortodoxos, como los de la reforma
protestante. Casi nadie se ha salvado de estos engaños de la trinidad usurpadora. La humanidad entera ha sido seducida por las
falaces enseñanzas de Luzbel y de su hijo Pablo, enseñanzas sutilmente
adulteradas, que dieron luz a millones de errores, de sus extraviados
seguidores y que forman un río, una inundación, un maremoto de mentiras,
creadas para que los humanos sean extraviados de la sabiduría del Padre, de su
hijo Jesús y del Espíritu de la verdad, para que la humanidad sea probada, con
el padre de la mentira, con el hijo de la mentira y con el espíritu de la mentira,
según el sabio designio de Dios.
93.
Los líderes fueron engañados por su vanidad.
Por
esta superficialidad de los líderes, por esta vanidad, que es la debilidad más
aprovechada por los engañadores, por este error, de los dirigentes de no
negarse a sí mismos, todos aquellos seres humanos, que no eran tan doctos como
sus líderes, ni eran tan ilustrados, ni eran tan eruditos, obviamente se
confiaron, muy ilusamente, en sus maestros humanos y aceptaron las palabras de
otros seres humanos, que creyeron que eran más sabios que ellos. Los menos
instruidos siguieron en pos de esos que creyeron sabios y en pos de sus
enseñanzas, confiados en ellos, y no revisaron las palabras de Jesús, a ver si
coincidían con lo que les enseñaban los seres humanos, y aceptaron que otros
conocieran el sendero de Dios por ellos, y ellos los seguirían a donde fueran
sus maestros y sus guías, y todos iban seguros de que las puertas del reino de
los Cielos los esperaban abiertas, más su Cielo y el de sus líderes se
convirtió en defraudación.
Están
siendo desviados del conocimiento de Dios, sin saberlo, precisamente por los
mismos que son los encargados de velar por el rebaño, que es lo más grave. ¿Cómo fue que no se dieron cuenta los
supuestos líderes, que estaban siendo usados y extraviados, si en verdad eran tan
inteligentes y sabios como creían? ¿Qué
les pasó? ¿Por qué no le creyeron a
Jesús? Jesús avisó que así
sucedería. Hubo una gran traición y hubo
un gran engaño, un gran complot, autorizado y avisado por Jesús, hubo traición
desde arriba y desde el principio mismo de los tiempos del cristianismo,
dirigido a probar a millones de almas a ver si creían a cualquier humano en vez
de creer en Jesús.
Millones
de líderes cayeron y caen en el error, sin darse cuenta, según lo profetizó
Jesús. Las almas asesinadas por estas
traiciones superan los miles de millones de almas, son incontables, como las
estrellas del Cielo. Millones de
estrellas han caído en el engaño. Las
estrellas del Cielo han caído derribadas a la tierra, seducidas y engañadas por
el falso profeta, que hace señales y prodigios delante de la bestia, Pablo. Tiene que haber un momento en que ya no
suceda más el engaño. Un tiempo previsto
por Dios, el tiempo anunciado por Jesús.
94.
En la trinidad usurpadora el espíritu es falaz, no es santo.
Es
un espíritu aparentemente santo, un espíritu engañoso, que usurpa el lugar del
verdadero Espíritu de Jesús. Por ese espíritu falaz, Luzbel se nos presenta más
malo de lo que realmente es, pues Luzbel no se levantó en contra de los designios
de Dios, (nadie puede hacerlo), sino que Luzbel mintió porque es mentiroso, así
fue creado, mentiroso. Por ese mismo
espíritu falaz, Pablo se nos presenta más bueno de lo que realmente es. Los dos mienten, pues ese es su
espíritu.
Hoy
anunciamos que los que, sin saberlo, están expandiendo todas las mentiras sobre
Luzbel y sobre Pablo, sin saberlo son anticristos, a los cuales espera el llanto
y el crujir de dientes. Hoy anunciamos
que la mayoría de los seres humanos no saben para quien están trabajando,
porque están siendo extraviados con trampas y velos muy sutiles. Y que hoy, más que nunca, se cumple el dicho
de que nadie sabe bien para quién trabaja.
Solo
al final de los tiempos caerá la máscara de Pablo, el día del banquete de bodas
del cordero, pero será tarde para la gran mayoría de vírgenes necias,
seguidoras ingenuas del falso profeta, Pablo.
Por eso hay que creerle a nadie, todo lo que enseñe, sin reservas,
seguir en pos de nadie y confiar a ojos cerrados en nadie, además de Jesús, y
hay que revisar toda palabra, a la luz de las palabras de Jesús y de las de nadie
además de él.
95.
Si el mal no viniera antes del bien, ni a uno engañaría.
Si
el mal no se hiciera pasar por Dios, y si el mal no hablara desde arriba, desde
el poder, desde la boca de grandes profetas, si Dios no le diera al mal entrada
a lo sagrado, para tratar de confundirnos, el espíritu del mal no tendría la
más mínima opción de engañar a los seres humanos. Por eso en las escrituras, Dios autorizó la
entrada de espíritus engañosos (1ª Reyes 22: 1-38), sin que por ellos se vea
afectada la verdad de Dios, puesto que las mentiras y los errores no le pueden
en realidad dañar la tarea a Dios y a los que sean de la verdad. Si el espíritu de engaño no puede entrar a
las escrituras sagradas, y si el espíritu de engaño no pudiera hablar desde las
escrituras sagradas, como si ese engaño fuera una enseñanza sagrada, de Dios,
no tienen Luzbel y su hijo, Pablo, cuando hablar con un mínimo de autoridad a
los seres humanos, para ponerlos a prueba, a ver cuáles de todos reconocen bien
las palabras de Dios, su Padre. A ver quiénes de todos oyen la voz de su
Pastor, Jesús, a ver quiénes no se extravían del sendero de la vida infinita.
96.
Luzbel descubre para Dios cuales almas no mueren por el error.
No
es que Luzbel esté por ahí sin algo que hacer y de pronto Luzbel desee matar tu
alma, o si no lo desea, no se propone matarte el alma. Luzbel no es libre de decidir, es que Luzbel
fue creado por Dios, para que trate por todos los medios posibles de matar tu
alma, y la de todos los seres humanos, siempre y en todo momento de sus vidas,
induciéndolos a error. Esa es la prueba
que debe pasar toda alma, evitar morir por tomar el error como verdad. Si es inmortal, esa alma no se dejará matar
por el error.
La
vida del alma es la verdad, la muerte del alma es caer en engaños, en
falacias. Al que Luzbel no le mate el
alma, ese es eterno, esa alma es inmortal, porque creyó en Jesús y en nadie
además de Jesús. Las almas inmortales ponen su atención en el único inmortal, y
como nadie además de Jesús es inmortal, descartan a todo otro ser humano, no se
dejan engañar por las falaces enseñanzas de Pablo, son almas inmortales.
El
espíritu de Jesús convencerá de pecado al mundo, porque engañados, no le
creyeron a Jesús. Y si no le creyeron a
Jesús, fue que, aunque creyeron en Jesús, también creyeron en algún profeta o
maestro humano, además de Jesús. Habiendo Jesús advertido que a nadie le
creyeran además de Él, que oyeran la voz de nadie además de la suya. Esas almas mortales, se fijaron en los seres
humanos mortales, esas almas creyeron y cayeron en los engaños de Luzbel, y en
las enseñanzas de algunos de los millones de anticristos, discípulos de Pablo,
pues para eso fueron creados por Dios los engañadores, tanto Luzbel, como su
hijo Pablo, para atraer al error a los que se dejen. Al asesinar esas almas,
Luzbel está seleccionando a los que no se dejan llevar al error, trabaja de
seleccionador.
Igualmente
los teólogos, que traspasaron las enseñanzas de Jesús, creyendo que podían
seguir en pos de otros profetas, para llegar al reino de Jesús, aquel que con nadie
comparte su gloria, no se mantuvieron en la verdad, porque la verdad tampoco
estaba en ellos, porque no eran de la verdad, y los que creyeron en esos
teólogos falaces, tampoco eran de la verdad, puesto que hubieran visto que esos
eran maestros falsos, que no tenían esa verdad, puesto que solamente los que
son de la verdad la pueden reconocer. Las almas inmortales reconocen la verdad.
97.
Que el Cristo no vino en carne, nos hace creer Luzbel.
Los
cristianos, extraviados, no se dan cuenta que no creen que el cristo vino en
carne. Luzbel, consigue esto con solo
hacernos creer en otros seres humanos, que supuestamente hablaron palabras de
Dios, además de Jesús. Con lo cual
consigue que los hombres crean que Jesús es semejante a otros grandísimos seres
humanos, portentosos, prodigiosos e inteligentes, y que las enseñanzas de Jesús
pueden ser mezcladas con las enseñanzas de otros grandes profetas y siervos de
Dios, como Pablo, como si todas esas enseñanzas fueran de igual valor (2ª a
Timoteo 3:16). El trabajo para el cual
fue creado Luzbel, por Dios, es hacernos creer que las enseñanzas de Jesús son
semejantes a las de otros seres humanos, y así consigue que, sin darnos cuenta,
neguemos que Jesús vino en carne. Es
decir que no nos demos cuenta de que Jesús es Dios mismo, en carne y huesos,
por lo cual sería entonces imposible, juntar sus palabras con las de otros
seres humanos, para creer que tienen igual valor.
98.
Jesús jamás dijo que Luzbel se rebeló contra Dios.
Cuando
Jesús dijo que Luzbel es mentiroso y es el padre de la mentira, eso para nada
quiere decir que Luzbel se haya vuelto rebelde, en contra de Dios, o que odie a
Dios, o que le esté haciendo daño a la obra de Dios. Lo cual suponen los que estudian, mal
guiados, la palabra de Dios. Luzbel fue creado así, malo, por Dios, para darle
al ser humano la libertad de elegir entre el mal y el bien y también para poner
a prueba a todo ser humano, a ver quienes sí desean saber la verdad. Si Luzbel no fue creado por Dios tal cual es Luzbel, malo, y Luzbel se
hubiera modificado a sí mismo, Dios no sería Dios. En ninguna frase de Jesús
dice que Luzbel se rebeló en contra de Dios. El principio de la sabiduría es
conocer quien es Dios. Ese es el primer paso en el sendero de la sabiduría y de
la luz. Por lo que, el primer paso en el
sendero de la ignorancia y las tinieblas es desconocer a Dios, que es todo
poderoso, que todo los sabe, que todo lo ve, que está en todas partes.
Si
reconoces que Luzbel se rebeló en contra de Dios, le desconoces a Dios su
esencia, que es todo poderoso, y que lo sabe todo y que lo controla todo. Con una mentira pequeña y sutil,
aparentemente sin importancia, como esta, de su rebelión, su primera mentira,
en verdad su mentira más poderosa, te lo quita todo, y consigue que tú, que sí te puedes rebelar en contra de Dios, pero solamente hasta el día del juicio,
entonces te rebeles, consigue su objetivo.
99.
Luzbel fue creado solo para la mente humana.
Luzbel
fue creado solamente para el ser humano. Luzbel es como el virus que pone a
prueba el sistema de defensa del alma humana, a ver si es eterna o mortal. Para saber si es inmortal, Luzbel trata de
matar esa alma, por todos los medios. Si no logra matarla, esa alma es eterna,
es la única forma de saber si esa alma es eterna, si no se deja matar.
Luzbel
está muy bien armado y puede matar almas humanas, así como las culebras y los
leones y los escorpiones y los tiburones, entre otros, que pueden matar seres
humanos sin ser malos por ello, pues fueron creados por Dios así de bien
armados. Luzbel fue creado mentiroso y
con las mentiras y con los engaños mata las almas de los hombres, que se dejan
seducir. La mentira es la muerte del
alma.
Afuera
de la mente humana no hay Luzbel, porque no hay libre albedrío. Luzbel hay solo cuando hay libre albedrío, Luzbel
es el libre albedrío mismo. No hay Luzbel
para las estrellas, ni para los animales, ni para las plantas, ni para los
minerales, no hay Luzbel para tentar a los ángeles, que son los que son, sin
tener libre albedrío. Solo hay Luzbel
para los seres humanos.
100.
Luzbel se divide y aparenta el bien, para poder engañar.
El
mal que todos pueden reconocer, como el asesinar, o ser satánico, o hacer
brujería, no engaña a los seres humanos, pues todos saben que eso es malo. Pero el mal que está disfrazado de bien, la
falacia, eso mata a miles de millones de almas, sin que se den cuenta. Si Luzbel no divide su reino entre lo malo y
lo bueno falaz, si Luzbel no nos propone él mismo el mal y el bien, y si además
Luzbel no nos propone el mal disfrazado de bien, Luzbel no tendría control, Luzbel
no nos podría engañar ni un instante, por lo que Luzbel, nos enseña cosas buenas, unidas a cosas malas,
que parecen buenas, además de enseñarnos cosas sin duda muy malas para que
creamos que eso es el mal.
Luzbel
hace sus prodigios, arrojándose a sí mismo de otras personas, para que las
personas le crean al que hizo las expulsiones de demonios y luego los seres
humanos son engañados por esos hacedores de milagros, con enseñanzas sutilmente
adulteradas, que pasan por ser verdades de Dios, salidas de los labios de un
siervo de Dios, autorizado por ser hacedor de milagros, como sucedió con el
hijo de Luzbel, Pablo.
Por
esto fue por lo que dijo Jesús que muchos en el día final le van a decir a
Jesús que profetizaron en su nombre, que en su nombre hicieron muchos milagros,
pero Jesús les dirá que no los conoce, aunque trabajaron para Él, que son
obradores de iniquidad. Solo hasta ese
instante final, esos muchos seres humanos van a descubrir que se engañaron a sí
mismos con las falacias de Luzbel (Judas 1: 9), ellos creían de verdad que
trabajaban para Jesús, y que por ello iban a ser exaltados y recompensados en
el cielo.
101.
Los anticristos a veces no saben para quién trabajan.
Luzbel
hace que los que él tiene engañados, crean que trabajan para Jesús y se
sacrifiquen por Jesús, incluso hace que sus extraviados seguidores den su vida
por Jesús (Judas 1: 9). Luzbel hace que
prediquen una gran cantidad de verdades, unidas a errores muy humanos, seguros
de que los inspiró el espíritu de Jesús.
Y
algunos de esos errores, procedentes de almas que no se negaron a sí mismas, le
enseñan a los demás y los incitan a ser soberbios, lujuriosos y codiciosos, y
todos creen que es inspiración pura del espíritu de Jesús. No se dan cuenta que el espíritu de Jezabel y
el espíritu de Balaán, dictan en la Gran Babilonia enseñanzas en nombre de
Dios, haciendo que los hijos de Dios se extravíen en pos de la sensualidad, en
pos de la lujuria, en pos de la incontinencia y en pos de la codicia de bienes
materiales.
Y
todas esas enseñanzas que pululan por millones en la Gran Babilonia que Pedro
denunció, son entregadas a los cristianos, como alimento espiritual puro,
alimento celestial, fundamentado en las sagradas escrituras, porque creen que
las falaces enseñanzas de Pablo son palabras de Dios mismo. Los que son siervos ciegos de Luzbel y de su
hijo de perdición, Pablo, aquellos siervos que reparten ese alimento espiritual
envenenado, no saben que están ayudando a asesinar en su ignorancia, las almas
de los que querían ayudar a salvar.
102.
Se consuma el engaño si hay prodigios y entrega de la vida.
Si
Pablo no hiciera milagros, ni un ser humano creería que sus enseñanzas son de
Dios. Si Pablo no diera su vida por
Jesús, si Pablo no predicara a Jesús, y si Pablo no padeciera por Jesús las más
grandes tribulaciones, los hombres no creerían que sus enseñanzas son de Dios.
Lo
verían como lo que realmente fue: el perseguidor asesino de cristianos, el que
va a ser descubierto por todos en el porvenir, como el gran profeta falso, el que,
en el juicio final, Dios revelará que es en realidad el anticristo, el falso
apóstol Pablo, nada más y nada menos, el supremo seductor, el gran usurpador.
Principalmente
por eso fue por lo que dijo Jesús que muchos le dirán en aquel día del juicio,
que hicieron milagros y profetizaron en su nombre, pero Jesús les dirá “nunca
os conocí apartaos de mi obradores de iniquidad”. Ellos estaban seguros de que trabajaron para
Jesús y que Jesús los premiaría al final, por eso es que ellos le argumentarán
con firmeza a Jesús, que hicieron milagros en su nombre y que profetizaron en
su nombre, y eso era verdad, trabajaron para Jesús, y en verdad dieron sus
vidas a Jesús, pero también trabajaron extraviados de Cristo, sin saberlo,
trabajaron para la trinidad usurpadora, y no se detuvieron a escudriñar los
espíritus a ver si eran de Dios, simplemente aceptaron por verdad las
tradiciones milenarias.
103.
Luzbel acusador de los que él derrotó (Apocalipsis 12:10).
Porque
a los vencedores de sus pruebas Luzbel no los puede acusar. Y no es que Luzbel
a los vencedores no los haya logrado engañar en ni una prueba. Obvio que todos
hemos fallado, errado, pecado, pero algunos pocos lograron superar los
extravíos de Luzbel. Los vencedores no son impolutos, son vencedores al
centrarse en la verdad y dejar de lado los errores de Luzbel y de Pablo. Al
incitar Luzbel al engaño y lograrlo en la mayoría de las mentes, y luego
acusarlas, está haciendo a la perfección el trabajo que Dios le ordenó hacer.
Es
tan astuto Luzbel, que para que los seres humanos hablen del bien y enseñen el
bien, los pone a hablar contra el mal. Por
lo que terminan creyendo los seres humanos, que el bien y el mal están unidos,
que son paralelos , que no son opuestos.
Para predicar la santidad, los predicadores, pasan más tiempo hablando
del pecado, estudiando el pecado, conociendo a fondo los pecados, haciendo
listas de pecados, convenciendo al pueblo de lo pecadores que son, humillando
al pueblo, acusando al pueblo de pecado, haciendo denuncias de los pecados
ocultos de los sacerdotes, de los pastores y de los ministros, y cuando
terminan su larga lista de acusaciones y estudios de los pecados, cuando ya
tienen a los cristianos, a las ovejas, sufriendo, acusados, conscientes de que
no podrán vencer, están seguros que hablaron del bien y de la santidad.
La
mayoría de los predicadores, creyendo que le sirven a Dios, al ser acusadores,
son siervos de Luzbel, porque Dios no acusa a sus siervos, Dios no avergüenza a
sus siervos, Dios es misericordioso con sus siervos, Dios no los humilla. Pero el que estudia la maldad de los seres
humanos, el que está muy interesado en los pecados, como son, es el acusador. Luzbel juega con los líderes, los vuelve
acusadores, y la mayoría de los líderes no apacientan a las ovejas, no las
limpian, no las aceptan, sino que, por el contrario, las atormentan.
Cuando
en el cristianismo alguien hace caso omiso de los errores de otro, cuando unos
cristianos no hablan ni denuncian los pecados de los demás, los extraviados
seguidores de Pablo creen que eso es encubrimiento, que esto hace por maldad. Porque
basados en los engaños sutiles de las falaces enseñanzas de Pablo, terminan
siendo como Luzbel y su hijo, Pablo, denunciadores y acusadores del mal de los
demás, andan sacando la paja del ojo de los demás, redarguyendo a los demás,
regañando a los demás. Las falaces
enseñanzas de Pablo han sido muy poderosas para extraviar en esto de juzgar a
los demás y acusarlos durante estos dos mil años.
104.
Luzbel es el que bota la basura en el reino de los Cielos.
Luzbel
no puede ser otro diferente de aquel que Dios creó, así de mentiroso como fue
creado. Fue creado como el recogedor del desecho de la creación humana, lo que
se dañó, lo que no salió verdadero, lo que será destruido al final. Luzbel no cambió. Su oficio es proponernos el mal, que Dios no
nos quiere proponer, para que seamos libres de elegir nuestro destino. Y no es que Dios no pueda proponernos el mal,
al fin de cuentas es Dios y nada es imposible para El. Dios no desea proponernos el mal, no es su
voluntad, y por tanto creó un ángel para que hiciera ese trabajo, de poner a
prueba a todos los seres humanos, uno por uno, incluido Jesús, y tratar de
destruir sus almas por medio de las falacias.
No
es que Luzbel incite una guerra que mate millones de personas y ahí logró
destruirlas. Las almas no mueren, las almas vuelven, las almas son inmortales,
por lo que la única forma de matarlas es inducirlas a error (Juan 21: 21-23)
(Mt 11, 11-15) (Mateo 28: 18) (Mc 5:39) (Mateo 10:23). Esa es la muerte del
alma. Al final de todos los procesos mentales siempre está el saber la verdad
absoluta. Si Luzbel logra que creas que Pablo tiene palabras de Dios tan
válidas como las de Jesús, que es la última de todas las pruebas, ahí estás
muerto, y no te das cuenta.
Luzbel
limpia el Cielo, Luzbel y su hijo, Pablo, son los aseadores, en el taller de la
creación de los hijos de Dios. Luzbel es
el que arroja a la basura, a los imperfectos de la creación. El destino final de Luzbel, como Luzbel que
es, es ser destruido, ese es su destino inalterable, así fue determinado por
Dios, desde el principio, cuando lo creó mentiroso y homicida, que
sería destruido al final, con todos los que él, Luzbel, haya podido atrapar en
sus lazos, en sus redes, en sus engaños, en sus falacias, pues para eso fue
creado. Luzbel sabe cuál es su destino
final desde el principio de su creación y lo acepta, porque Luzbel es sumiso y
es fiel a su misión divina, ser el tentador, ser el oponente tuyo, no el
oponente de Dios. Su destino inalterable
es llevarse con él para el abismo, a los derrotados, a los engañados.
105.
Luzbel es el que aprueba a los hijos de Dios.
La
trinidad usurpadora, con su prueba, es la encargada de aprobar a los hijos de
Dios. Luzbel y su hijo Pablo, son los
encargados de probar, para que sean aprobados, aquellos hijos de Dios que no se
engañen con las falacias de la trinidad usurpadora. Luzbel es el que da el visto bueno final, a
los que pasen por encima de sus engaños y de las falaces enseñanzas de su hijo,
Pablo. Pero los que queden atrapados en sus falacias, serán reprobados, serán
destruidos.
Al
poner a prueba a todo hombre, incluso a Jesús, Luzbel es ese ángel que Dios
puso en la entrada misma del paraíso terrenal, para impedirnos entrar al
paraíso, es decir, Luzbel es ese ángel que está a la puerta, decidido a
desviarnos, decidido a impedirnos la entrada al Cielo. El que supere las pruebas de Luzbel, entra al
cielo y el que no supere las pruebas de Luzbel no entra al cielo. Así es como Luzbel prueba quien salió bien y
quien salió mal. Luzbel reconocerá a
aquel que lo venza justamente, a aquel que no le tenga miedo, ni rabia, lo
reconocerá con el mismo respeto que los demonios veían a Jesús, y Luzbel se
guardará de tocar a aquel que no le tema (Gen 32: 22-30). Todo aquel a quien Luzbel
logre engañar, distraer, vencer, atemorizar, el mismo Luzbel se encargará de
destruirlo, puesto que no se fijó en Jesús y en nadie además de Él. Para eso Luzbel
había puesto sobre la Tierra a su hijo Pablo, para distraer a los humanos.
Valga
decir que en verdad Luzbel a nadie va a dejar entrar al Cielo, igual que aquel
ángel a la entrada del paraíso que con una espada flamígera, fue puesto por
Dios para a nadie dejar entrar. Por tanto,
se concluye que hay que ser nadie para poder entrar al cielo. ¿Y cómo se es nadie o se llega a ser nadie
para poder entrar al Cielo? No haciendo
nuestra voluntad, sino la de Jesús, negándonos nosotros mismos, como nos enseñó
Jesús, que no hacía su voluntad, sino la voluntad del Padre, como se negaron
los doce apóstoles de Jesús, todos han llegado a ser nadie, al no hacer su
voluntad. Luzbel a nadie aprueba y
autoriza a entrar al Cielo.
106.
Luzbel hace que muchos lo odien, que lo maldigan.
Luzbel
hace que muchos lo ataquen, porque sabe que tiene atrapados en sus redes a
todos los que lo aman, pero también a todos los que lo atacan. En las falaces enseñanzas de Pablo,
obviamente hay improperios y trato menospreciativo hacia Luzbel, para incitar a
los seres humanos a tratar mal a Luzbel, para llevar a las almas cautivas hacia
Luzbel. Pero el arcángel Miguel, cuando contendía con Luzbel, no se atrevía a
proferir juicio injurioso contra Luzbel, no blasfemaba contra Luzbel. Enseñan
los apóstoles Pedro y Juan, que los hombres extraviados, blasfeman de ese ser
glorioso que es Luzbel, y al hacerlo, no se alejan de Luzbel, sino que, por el
contrario, quedan más atrapados en las redes de Luzbel.
Solamente
se les puede vencer a esos dos formidables enemigos, a Luzbel y ya su hijo Pablo,
con indiferencia y reconociendo que tienen autorización del cielo para ponernos
a prueba, que no tenemos por qué atacarlos ni temerles, puesto que no estamos
en las manos de ellos, sino que estamos es en las manos de Dios, y que tanto Luzbel
como Pablo, están sujetos a la voluntad de Dios, sujetos a lo que Dios les
autorice hacer para probarnos. No hay
otra forma de vencerlos.
107.
Luzbel, astutamente, exhibe a los poseídos de demonios.
Luzbel
presenta su cuadro de terror, con personas convulsionando, torciendo los ojos,
arrojando espumarajos, y haciéndose daño, (un mal real de Luzbel), para que los
débiles y los ignorantes, le teman a su poder de poseer las personas y
llevarlos hasta tener que ser exorcizados, y todo eso es creación de Luzbel
para que los humanos, viendo ese Luzbel, no vean al Luzbel que los está
engañando adentro de la iglesia de Babilonia, y no vean al hijo de Luzbel, Pablo,
que ha estado haciendo prodigios y seduciendo a las naciones, delante de la
bestia. Todos esos poseídos previamente
autorizaron a Luzbel para que los poseyera, lo decidieron libres, les sedujo esa
posesión. Los espíritus impuros solo entran en mentes afines a ellos. Por lo
que si ves una expulsión de un espíritu impuro puedes estar tranquilo si tu
mente no tiene afinidades con ese espíritu.
Luzbel,
además, creó la persecución del imperio romano, para que los cristianos no
tuvieran tiempo de ver como se infiltraba en la iglesia Pablo y no pudieran
defenderse en contra de sus enseñanzas sutilmente adulteradas, que estaban en
ese momento entrando y manifestándose al mundo.
Todos estaban tan asustados por la persecución del césar romano, que no
vieron cómo se infiltró el césar espiritual, también ciudadano romano, Pablo, a
perseguir y asesinar almas en silenciosos combates espirituales.
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