LA
VERDAD ORIGINAL DE JESÚS
CAPITULO
2
EL
PADRE ES EL MAYOR DE LOS TRES,
AUNQUE
LOS TRES SON UNO.
Jesús
fue el que enseñó así sobre la trinidad.
23. Jesús enseñó que lo envió el Padre, que es
mayor que él.
Jesús
enseñó que él (como ser humano), es la única parte del Padre, que nosotros los
humanos, podemos conocer. Cuando Jesús, (que
dice que él es Dios hecho hombre), descendió de su trono en el Cielo, y habló
con los hombres aquí en la Tierra, enseñó que Dios Padre es tan grande, es tan
incomprensible para nuestras mentes, almas o espíritus, que nadie, ningún
humano, puede verlo, o conocerlo, o hablar con Él. Por lo que Dios Padre se redujo a sí mismo a
la condición de Hijo de Dios, para darnos a conocer de sí mismo, todo aquello
de Dios Padre, que para nosotros sí sea posible y sea necesario conocer.
Enseñó
Jesús que el Padre (que fue aquel que le dio las ovejas), es mayor que todos. Pero
enseñó también, que el Padre y Jesús son uno (Juan 10: 29-30), por la negación
de Jesús ante la voluntad del Padre.
Jesús no vino a hacer su voluntad, cuando descendió de su trono en el
Cielo, sino que en todo momento Jesús hacía la voluntad del Padre, que lo
envió. Según Jesús, él no es él, sino que es la voluntad del Padre y las
palabras del Padre para los humanos.
Al
reconocer Jesús que el Padre lo envió, reconoce que es mayor el Padre, y al
reconocer la absoluta sumisión de su voluntad hacia la voluntad del Padre,
Jesús reconoce la plena autoridad del Padre sobre Jesús. En esa absoluta sumisión de la voluntad de
Jesús a la voluntad del padre, está la esencia de que ellos, siendo tres, sean
uno. Jesús es uno con el Padre por las absolutas
negación y sumisión de su voluntad a la voluntad del Padre.
24.
“Todas las cosas me son entregadas de mi Padre”.
Así
enseñó Jesús, añadiendo que nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre
conoció alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quisiere revelar
(Mateo 11:27). Cuando habla en estos
términos Jesús, está reconociendo que el Padre es mayor, mucho mayor, puesto
que el Padre “le entregó todas las cosas” a Jesús. Y Jesús, al recibir todo de
su Padre reconoce que no viene de sí mismo, sino que fue enviado por otro mayor
que él. Pero aun siendo el Padre mayor, el hijo es uno con el Padre por la
sujeción total del hijo a la voluntad del Padre. Porque es una emanación
perfecta y completa desde la misma esencia del que lo envió.
25.
Jesús no aceptó ser llamado bueno.
Jesús
le dijo al joven que lo llamó Maestro bueno, que no le llamara bueno, que él no
es bueno, que solamente el Padre es bueno (Marcos 10: 17-18) (Lucas 18: 18-19).
Con esto Jesús también estaba aceptando ser menor que el Padre. Todos nos preguntamos por qué razón Jesús no acepta
ser llamado bueno. Tal vez, al ser
tentado por Luzbel, al tener que tomar de los frutos del árbol de la ciencia
del bien y del mal, Jesús estaba enseñándonos que solamente el Padre está por
encima del bien y del mal. Jesús había tenido que pasar las pruebas del mal y
salir vencedor. El padre no está sujeto
a esos juicios. Es mayor el Padre según
lo enseñó Jesús.
26.
Jesús enseñó que solo el Padre conoce el día final.
También
enseñó Jesús, que el día del juicio final nadie lo conoce además del Padre. Ni
los ángeles del Cielo conocen ese día, ni siquiera el mismísimo Hijo unigénito
de Dios conoce ese día, (Mateo 24:36). Así reconoce Jesús, que, aunque el
Padre, el Hijo y el Espíritu de Jesús son Dios mismo todos tres, el Padre, sin
duda, es mayor que los otros dos que envió. Y que esa condición no impide que
el Padre, el Hijo y el Espíritu de Jesús, sean el mismo Dios, sean uno solo,
puesto que el Hijo y el Espíritu de Jesús le están sujetos en todo al Padre. Y
ellos dos son aquello que el Padre desea dar a conocer de sí mismo a los
humanos.
27.
Sentarse a la diestra de Jesús, no es decisión de Jesús.
Jesús
fue el que enseñó, que estar a la diestra de Jesús en su Reino, es decisión del
Padre, no de Jesús (Mt 20: 20-23).
Cuando la madre de los hijos de Zebedeo, vino a Jesús para pedirle que
le concediera que sus dos hijos, (ya que Jesús los apreciaba tanto), se
sentaran, el uno a la derecha y el otro a la izquierda de Jesús, en su Reino,
Jesús le dice a la madre de Santiago y de Juan, que esa decisión Él no la puede
tomar, porque el conceder esto, está reservado para El Padre, y que el Padre ya
ha tomado esa decisión desde la eternidad, con lo cual también sabemos que el Padre
es mayor que el hijo y mayor que el Espíritu de Jesús.
28.
En el huerto de los olivos, Jesús le suplicaba al Padre.
Le
suplicaba que si era posible apartara de él esa copa de tormento que veía venir,
pero que no se hiciera su voluntad sino la voluntad del Padre(Mateo 26: 39 y
42) (Marcos 14:36) (Lucas 22:42). Definitivamente para Jesús, el Padre era muy,
pero muy superior. Y por voluntad propia le estaba sujeto en todo, para ser
siempre uno con el Padre. Por esa
sujeción absoluta, es que se sabe que Jesús era uno con el Padre. Si en algo
Jesús hiciera su voluntad, así como nosotros hacemos nuestra voluntad, entonces
ya no serían uno, sino dos.
29.
El día de su muerte, Jesús reconoce que el Padre es mayor.
Jesús,
en la cruz, antes de expirar, le preguntaba al Padre que por qué lo había
abandonado (Marcos 15:34) (Mateo 27:46).
Pero con total confianza Jesús se entregaba en las manos de su Padre, para ir a
la muerte. Diciendo al Padre que en sus manos entregaba su Espíritu. Poniéndose
a disposición incondicional del Padre. Jesús estaba reconociendo que el Padre
es mucho mayor que el hijo y que el hijo y el padre uno solo son, por esa total
sumisión de la voluntad de Jesús a la voluntad del Padre.
30.
Aunque es menor que el Padre, Jesús sí es Dios.
Jesús
es Dios mismo hecho hombre, reducido por su propia voluntad, a la condición de
hombre, pues Jesús le confirmó esto a Felipe, cuando Felipe le dijo que le
mostrara al Padre, y Jesús le respondió que solo aquel ser humano que ha visto
a Jesús ha visto al Padre. nadie más ha
visto al Padre, solo aquel que ha visto a Jesús ha visto a Dios Padre, porque
al Padre nadie lo ha visto, y Jesús y el Padre, aunque sea mayor el Padre, uno
solo son, por la sumisión absoluta de Jesús a la voluntad del Padre. Solamente en la persona de Jesús y en la
persona de nadie además de Jesús, a través del Espíritu de Jesús y a través del
espíritu de nadie además del Espíritu de Jesús, se ha dado, se da y se dará a
conocer el Padre omnipotente, omnipresente y omnisciente, a los seres
humanos. (Juan 14: 6-11)
31.
Jesús da a conocer al Padre por medio de su Espíritu.
Jesús
enseñó que nadie, además de él, ha dado a conocer al Padre. También enseñó que da
a conocer al Padre por medio del Espíritu de Jesús. (Juan 3: 13) (Juan 14:
6-11). Enseñó Jesús que nadie además de
Jesús, entre los humanos, ha dado a conocer al Padre, porque nadie además de
Jesús conoce al Padre, ya que nadie, además de Jesús viene del Padre. Esa,
según Jesús, es la gran importancia de creer del todo en nadie además de Jesús.
El
que crea del todo en nadie, además de Jesús, no será engañado por la trinidad
usurpadora, que son Luzbel, su hijo, Pablo, más el espíritu aparentemente santo,
que dan ellos a sus seguidores, el espíritu falaz en sus escritos. Trinidad que pretende conocer a Dios y venir
de parte de Dios para dar a conocer a Dios
Jesús
enseñó que el Espíritu de Jesús da a conocer al Padre, y que el Padre, por
medio del Espíritu de Jesús, lleva a reconocer en Jesús a Dios mismo. Solo aquel ser humano a quien el Padre, por
medio del Espíritu de Jesús le revele la identidad de Jesús como el Cristo, solo ese
humano conocerá a Jesús como el Padre mismo, hecho hombre.
32.
Nadie, además de Jesús, es el sendero al Padre.
A
través de Jesús y de nadie además de Jesús, todo ser humano conocerá al Padre y
llegará a la verdad total (Mateo 11:27).
Nadie, además de Jesús, entre todos los seres humanos, ha visto al
Padre, por lo tanto, nadie, además de Jesús da a conocer al Padre. El que conoce a Jesús también conoce al Padre
(Juan 14: 6)
Pablo,
en sus epístolas, dice ser un camino al Padre y dice dar el Espíritu de Jesús.
Pablo trata de usurpar, con mucha sutileza, este lugar del Cristo, de ser el
único camino al Padre. Lo hace Pablo invocando directamente al Padre algunas
veces en sus escritos. Terminan sus seguidores creyendo que Pablo es un camino
igual que Jesús hacia el Padre. Por ejemplo: Pablo, en sus epístolas dice haber
subido al Cielo, dice haber llegado hasta un tercer Cielo, cuando Jesús en sus
enseñanzas, como la del pobre Lázaro, dice que hay un abismo entre el Cielo, el
infierno y la Tierra, y nadie puede pasar ese abismo (Juan 3: 13) En otras
enseñanzas Jesús dice que nadie ha subido al Cielo sino el que bajó del Cielo,
el hijo del hombre, que está en el Cielo.
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