229. Pedro y Juan representan las dos alianzas.
Hay un pueblo de Israel de la carne y un pueblo de Israel de espíritu. El Padre previó dos alianzas en el pueblo de Dios. Primero formó el pueblo de carne, el pueblo de Israel, que son los descendientes de las doce tribus de Jacob, que es Israel. Cuando eso su alianza estaba grabada en su carne con cuchillos de piedra, la ley de Dios estaba grabada en Piedras. Y fue grabada dos veces, porque Moisés tuvo que subir dos veces al monte para recibir la ley escrita en dos tablas de piedra.
Dios luego formó su pueblo del espíritu, con su alianza grabada en los corazones, el Israel espiritual, que es el pueblo formado por todos los cristianos de la Tierra, descendientes espirituales de los doce apóstoles de Jesús. En el Israel espiritual las leyes de Dios también están grabadas en piedra, puesto que los hombres de piedra, por Pedro, reciben las enseñanzas de Jesús sin añadirles palabras de hombres. Pero le es dado a Pablo extraviar a las naciones con sus seducciones. Le es dado al pueblo de Dios que decidan si desean ser idólatras, si desean hacerse becerros de oro, si desean adorar diciendo que son de Dios, palabras de hombres, como las enseñanzas Pablo. En Pedro el pueblo de Dios tiene la verdad grabada en la piedra y en Pablo, tienen a Aaron y su becerro de oro.
El pueblo de Israel vivió dos etapas importantes en su definición como pueblo de Dios. Porque uno es el que le da forma e identidad al pueblo (Moisés). Pero otro líder es el que entra al pueblo a su tierra prometida, a su reino de los Cielos (Josué). Así mismo se da en el cristianismo, con Pedro formando una gran base, una gran piedra de base. Y luego viene Juan, para tomar las medidas del templo de Dios sobre esa base. Y con palabras escritas sobre esa piedra santa, reconstruir el templo de Dios, que estaba arrasado por las naciones. Pisoteado por jaurías de hombres lobos romanos aullando blasfemias, al decir que las enseñanzas de Pablo eran palabras de Dios.
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