299.
Jesús es diferente visto del todo a las partes.
Así
mismo ha pasado con Jesús. Cuando lo
vemos del todo a las partes, con los ojos de Dios, a la luz de sus enseñanzas,
vemos que podemos seguir en pos de él.
Que es posible obedecer y sujetarse a su voluntad, solo desde las
enseñanzas de Jesús. Pero cuando lo
vemos de las partes al todo. Desde abajo hacia arriba. Desde nosotros hacia él.
Desde las enseñanzas de los seres humanos como las de Pablo, lo vemos imposible
de creer en Jesús en todo lo que enseña, e imposible de seguirlo del todo. Por
eso decía Jesús que salvarse para los hombres es imposible, pero no para Dios,
porque para Dios todo es posible. También así, como Jesús, es la
sabiduría. Siempre la sabiduría
verdadera va del todo a las partes, es descendente.
No
es lo mismo que una persona llegué a conocer a Dios empíricamente, que conocer
a Dios cuando se presenta Él directamente y enseña, “por qué” y “para qué” creó
a los seres humanos. Conocer un aparato
o un artefacto sin su manual de partes, nos obliga a conocerlo de las partes al
todo, por lo que siempre será incompleto ese conocimiento, sin las palabras de
su creador. Así mismo sucede con las
escrituras sagradas y con Jesús. Si lo vemos desde los ojos de Pablo, es
deforme ese Dios y ese camino, tiene contradicciones, y los cristianos no
llegan a conocer bien a Jesús. Pero si no le añadimos las enseñanzas de Pablo,
Jesús se ve en todo su esplendor y la verdad resplandece a pesar de las
nieblas, por encima de las nubes. Porque está siendo visto desde arriba hacia
abajo.
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