86. Nos enseñaron que Luzbel le robó a Dios muchos ángeles.
Nos
querían engañar, con esa enseñanza que decía que, para colmo de males, ese
ángel supuestamente rebelde, le quitó la tercera parte de sus ángeles a Dios. No
solamente no tuvo que ser creador de sus propios ángeles, lo cual pudiera haber
hecho, siendo supuestamente tan poderoso. Sino que le robó, le arrebató la
tercera parte de los siervos a Dios, y no se sabe cómo, ni por qué, logró
hacerlo y Dios no los pudo someter. Dios no los pudo vencer, no le fue posible
a Dios que es todo poderoso, sino que, desde ese instante, perdido entre toda
una eternidad sin instantes, Luzbel se convirtió en el máximo enemigo, eterno e
irreconciliable, de Dios. Y si la
eternidad no tiene momentos, si es una sola, si es un solo instante para Dios,
si para Dios todos vivimos al tiempo, ¿Cómo puede suceder en el universo,
creado por Dios, algo que Dios no esperaba, y menos de un momento a otro?
Al
creer que los ángeles tienen libre albedrío, entonces le fue fácil a Luzbel
hacerles creer a miles de millones de humanos, que cada ángel de esa tercera
parte tomó su propia decisión de seguir a Luzbel afuera del cielo. Dan por
hecho que se hablaron entre ellos y llegaron a un acuerdo para salir juntos,
desafiando la autoridad de su Dios. Les atribuyen las mismas actitudes de los
humanos que, a toda hora se están confabulando y forman grupos para obtener sus
intereses. El detalle de atribuirles libre albedrío a los ángeles es una grieta
que usa Luzbel para inducir a error a los despistados que se dejan llevar de un
lado para otro. Cumple su misión de desinformar Luzbel.
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