101. Los anticristos a veces no saben para quién trabajan.
Luzbel hace que los que él tiene engañados, crean que trabajan para Jesús y se sacrifiquen por Jesús, incluso hace que sus extraviados seguidores den su vida por Jesús (Judas 1: 9). Luzbel hace que prediquen una gran cantidad de verdades, unidas a errores muy humanos, seguros de que los inspiró el espíritu de Jesús.
Y algunos de esos errores, procedentes de almas que no se negaron a sí mismas, le enseñan a los demás y los incitan a ser soberbios, lujuriosos y codiciosos, y todos creen que es inspiración pura del espíritu de Jesús. No se dan cuenta que el espíritu de Jezabel y el espíritu de Balaán, dictan en la Gran Babilonia enseñanzas en nombre de Dios, haciendo que los hijos de Dios se extravíen en pos de la sensualidad, en pos de la lujuria, en pos de la incontinencia y en pos de la codicia de bienes materiales.
Y todas esas enseñanzas que pululan por millones en la Gran Babilonia que Pedro denunció, son entregadas a los cristianos, como alimento espiritual puro, alimento celestial, fundamentado en las sagradas escrituras, porque creen que las falaces enseñanzas de Pablo son palabras de Dios mismo. Los que son siervos ciegos de Luzbel y de su hijo de perdición, Pablo, aquellos siervos que reparten ese alimento espiritual envenenado, no saben que están ayudando a asesinar en su ignorancia, las almas de los que querían ayudar a salvar.
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