16. El cristianismo es como un sendero de luz.


16. El cristianismo es como un sendero de luz.
El cristianismo no es un proceso, ni es un sistema teológico, ni es una religión. La religión que hoy hay está formada por las añadiduras que les hacen a los cuatro evangelios, principalmente las epístolas de Pablo. Ahí sí hay una religión. El cristianismo son las enseñanzas de Jesús, el sendero son las enseñanzas del Cristo, que es Jesús y las enseñanzas de nadie además de esas.  nadie además de Jesús es el Cristo, nadie además de Jesús es el verdadero sendero.  En esas enseñanzas de Jesús están las señales y las instrucciones para nacer de nuevo, para ser hijos de Dios, para tener la vida eterna.  Todo paso que uno dé conforme a esas enseñanzas de Jesús, toda decisión que un ser humano tome conforme a esas enseñanzas de Jesús, que están en los cuatro evangelios, da ese paso en Jesús mismo, lo da en el único sendero luminoso de Dios.  Si un ser humano se sale del sendero y sigue las enseñanzas de teólogos, como Pablo, nada tiene, traspasó a Jesús.  El ser humano tiene luz mientras está en el sendero, si se sale del sendero está en las tinieblas, hay luz, pero las nubes no dejan ver.  En cuanto ese humano pueda volver al sendero vuelve a estar iluminado.
Si el cristianismo fuera un proceso, el ser humano sería poseedor de la luz del cristianismo, no la perdería.  Si el cristianismo fuera un proceso, aunque un cristiano se saliera del sendero, tendría la luz propia acumulada en el proceso, pero como es un sendero, todo aquel que se salga un instante del sendero de luz, anda rodeado de nubes.  Sin el sendero no puede ver más allá.  nadie además de Jesús es el camino.  Si no es por intermedio de la fe en Jesús y en nadie además de Él y en sus enseñanzas, no viene el verdadero Espíritu de Jesús a morar en los seres humanos y a guiarlos hacia la verdad total.  nadie además de Jesús envía el Espíritu de Jesús, y nadie además del Espíritu de Jesús los guía hacia la verdad total. 
Jesús mismo fue el que dijo que sería contado entre malhechores y que todos, absolutamente todos, los que vinieron antes de Él, como enviados de Dios, eran ladrones y eran salteadores. Por eso, aunque millones de seres humanos, engañados y confundidos por sutiles ardides, los oyeron y siguieron sus caminos, para su desventura, las ovejas reales de Jesús, no se dejaron confundir y no los oyeron, porque las ovejas de Jesús oyen a nadie, a ningún ser humano, además de Jesús, en este sendero al Padre. Aquí se entiende la importancia de nadie en el cristianismo. nadie es más importante que los demás en este sendero de luz.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario