265. Dios es Dios de los que están vivos, no de los muertos.


265. Dios es Dios de los que están vivos, no de los muertos.
Dios no es Dios de muertos, sino que es Dios de vivos, según enseñó Jesús.  Jesús enseñó que Dios es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, porque para Dios todos vivimos al tiempo (Mateo 22: 31-32) (Lucas 20: 37-38).  Para Dios no hay tiempo, para Dios no hay un ayer, un hoy, un mañana, pues Dios es eterno.  Por eso es por lo que el Padre y Jesús ya saben “cómo les fue a todos los humanos” en esta vida, pues para ellos dos ya se dio el juicio final.  Dios no está pendiente de lo que va a suceder en el porvenir. Para Dios todo sucede en un instante llamado eternidad.  Ya sabe Dios quien se salvó y quien se condenó a sí mismo con su libre albedrío.
También Jesús dice que Él es la resurrección y la vida. Que aquel que crea en Jesús no morirá para siempre. Y todo aquel que vive y cree en Jesús, aunque esté muerto, vivirá.  Dice el apocalipsis, que los hombres buscarán la muerte, y la muerte huirá de ellos. Jesús hablaba en el monte de la transfiguración, con Moisés y Elías, vivos, delante de Pedro, Santiago y Juan. 
Todas esas enseñanzas de Jesús, sobre la permanencia de las almas, han sido desestimadas, por los seguidores de las enseñanzas del "desconocido" autor de la epístola a los hebreos.  Para su propia perdición se engañaron las naciones, se dejaron seducir de las palabras unos simples seres humanos, como Pablo. Se fueron más allá de de las enseñanzas de Jesús. Traspasaron a Jesús por creerle al autor de la epístola a los hebreos.


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