270. Jesús eligió a Juan para que lo reciba en su venida.


270. Jesús eligió a Juan para que lo reciba en su venida.
Todas las palabras que habló Jesús se han de cumplir, aunque en principio parezcan imposibles para los seres humanos.  La segunda parte de la estrategia de Jesús con el apóstol Juan, llega a consumarse completamente cuando Jesús le dijo a Pedro, que si Él, Jesús, deseaba que Juan permaneciera hasta que Jesús viniera, así se cumpliría. Con lo cual estaba decretando que así sería. Pues Jesús no hablaba por hablar. Ni Jesús hablaba por jugar. Ni mucho menos Jesús hablaba por adornar las palabras. Ni por ver que gesto hacían, o que iban a contestarle, las personas que lo oían. Además, Jesús no se equivoca. 
Toda palabra hablada por Jesús es verbo vivo, es verbo creador, es verbo celestial.  Jesús no dijo que el apóstol Juan no moriría, no dijo Jesús que el cuerpo de Juan viviría miles de años. Sino que Jesús dijo que el alma de Juan permanecería hasta que Jesús volviera, después de los milenios que ya han pasado. No hablaba Jesús, al decir que Juan permanecería hasta su venida, que Juan en cuerpo y alma permanecería. Sino solamente hablaba Jesús del alma de Juan.
Pasó semejante que, con el otro Juan, el bautista, el del antiguo testamento, que dijo Jesús que era el portador de la segunda parte del espíritu de Elías. Ese Juan bautista era Elías. Pero cuando los judíos le preguntaban si él era Elías, contestaba sin dudar que no lo era. Porque para Juan bautista estaba oculto que era Elías. No porque Juan bautista tuviera el cuerpo de Elías. Sino porque era el portador del alma de Elías.  Juan bautista era Elías, pero él ignoraba que era Elías. Pero a los ojos de Dios, Juan bautista y Elías eran la misma persona, por el alma, porque para Dios la carne no es lo que nos hace personas, sino el alma. El alma que no muere, sino hasta el día del juicio final.
De los dos juanes, tanto de Juan el bautista, como de Juan el evangelista, sus almas permanecieron en la Tierra más allá de la vida de sus cuerpos. Esas almas estuvieron en más de un cuerpo. Sus almas atravesaron los siglos, vivas aquí en la Tierra. Sus almas, es decir, esas personas, hicieron trabajos para Dios. Cumplieron misiones en un siglo y volvieron a hacerlo siglos después. Justo los dos comisionados de preparar la venida de Jesús en sus dos venidas.  Ambos, por coincidencia celestial tienen el nombre de Juan.


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