284. La lámpara del cuerpo es el ojo.


284. La lámpara del cuerpo es el ojo.
Cuando Moisés descendió del monte, luego de haber ayunado cuarenta días por segunda vez, su rostro era todo resplandeciente. Y tuvieron que ponerle los hijos de Israel un saco para que no los encandilara.  Jesús, Moisés y Elías, que ayunaron 40 días, estaban radiantes durante la transfiguración, sus cuerpos resplandecían.  Si una persona ayuna largos períodos empieza a ver luces, esta es otra enseñanza de Jesús sobre lo bienaventurados.  Si tu ojo es puro, enseñaba Jesús, todo tu cuerpo resplandecerá, como cuando una lámpara te ilumina.  A través de nacer del agua el cuerpo se purifica. Por eso decía la escritura que del costado de Jesús salió sangre y agua, y este es un gran misterio no descifrado aún. Esta enseñanza de Jesús es profunda e ilumina el sendero de los seguidores de la verdad.  Según Jesús tu cuerpo ilumina en verdad y no es juego, no es poesía, ni es exageración de Jesús.


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