CAPÍTULO 6: CREÍAN VER A DIOS, PERO VEÍAN UN ÁNGEL.

CAPÍTULO 6
CREÍAN VER A DIOS, PERO VEÍAN UN ÁNGEL.


1. ¿A quién vieron todos los que dijeron haber visto a Jesús?
¿A quién vieron, entonces, los muchos que dijeron que habían hablado con Jesús y que además dijeron que Jesús les había dado instrucciones y que Jesús los había enviado?  ¿Quién es ese ángel que se hace pasar por Jesús? y ¿Por qué Dios se lo permite?  ¿Ese ángel usurpa el lugar de Jesús a espaldas de Dios, o lo hace autorizado por Dios?  ¿Sucederá algo a espaldas de Dios?  ¿Sucederá una mínima obra que Dios no haya autorizado primero en su universo sin fin?  ¿Habrá algún mínimo rincón del universo de Dios que no esté bajo su absoluto control?  ¿Descenderá Luzbel del Cielo a la Tierra, a hacerse pasar por Jesús, sin la autorización de Dios Padre?  ¿Por qué desciende Luzbel del Cielo a la Tierra, si se supone que el Cielo está vedado para Luzbel?  ¿Por qué no dijo Jesús que veía a Luzbel subir del infierno a la tierra?  ¿A quién vieron entonces, todos los seres humanos, que antes de venir Jesús, y después de haberse ido Jesús, dijeron haber visto a Dios cara a cara y dijeron que Dios les había hablado?  La respuesta es obvia.

2. ¿Qué han visto de Dios los seres humanos?
De Dios los seres humanos solo han visto a Jesús (según Jesús). Pero además han visto ángeles venir en nombre de Dios, diciendo que son Dios, o permitiendo que los seres humanos creyeran estar en la presencia de Dios.  En muchos de los casos en que los humanos dijeron haber visto a Dios, en realidad estaban viendo una visión, adentro de ellos mismos, en sus mentes, que es donde se producen las visiones, independiente de si son ciertas o no.  Además, algunas de esas veces, estaban viendo una visión de Luzbel, que no ha dejado de ser uno de los obedientes ángeles de Dios, estaban viendo al probador, al que nos pone a prueba, a ver si sabemos la verdad en nuestras almas.  Estaban viendo al acusador, haciéndose pasar por Dios, o haciéndose pasar por alguno de los otros ángeles de Dios, con el conocimiento previo de Dios desde la eternidad y con su autorización.  Porque Dios todo lo sabe y, por lo tanto, Luzbel ha descendido del Cielo mismo, autorizado por Dios, para suplantarlo para poner a prueba a todas las almas humanas con la excepción del alma de nadie.  Solamente los seres humanos que vieron a Jesús, los que lo oyeron, lo que hablaron con Él, en verdad vieron a Dios, oyeron a Dios, hablaron con Dios, nadie más lo ha visto, nadie más ha estado en la presencia de Dios.

3. Luzbel se ha presentado como Dios, autorizado por Dios.
Todo lo que Luzbel hizo, lo hizo autorizado por Dios (1° de reyes 22: 1-38).  Porque si a Luzbel no le autoriza Dios mismo, el hacerse pasar por Dios, suplantar a Dios y hacer prodigios, no lograría Luzbel poner a prueba a los hijos de Dios.  Por esto es por lo que dice Jesús que veía a Luzbel descender desde el Cielo, porque venía de la presencia de Dios, autorizado por Dios todo poderoso, para hacer su trabajo de probador.  Es que nada sucede sin la autorización de Dios sobre la Tierra.  Era absolutamente necesario, dentro de los planes de Dios, para que toda alma humana sea puesta a prueba desde el principio de la creación, que Luzbel se presentara como Dios, se hiciera pasar por Dios, a ver quiénes la verdad, diferenciándola de aparentes verdades. 
Si Luzbel no hubiera sido autorizado previamente por Dios para probar a los seres humanos haciéndose pasar por Dios, y Luzbel obrara de esa forma por fuera de la voluntad de Dios, entonces habría otro ser diferente a Dios, con igual poder que Dios, o con un poder fuera del dominio de Dios, por lo que Dios no lo sabría todo, ni tendría todo el poder, ni estaría en todas partes, por lo cual no sería Dios.

4. Pruebas escritas de la suplantación de Luzbel.
Las pruebas de las suplantaciones de Luzbel, han permanecido escritas por siglos, en las escrituras que son llamadas la sagrada Biblia.  En esas escrituras están descritas, como un testimonio milenario, las numerosas pruebas y evidencias, de las veces que los hombres hablaron en nombre de Dios, pero en realidad daban enseñanzas y órdenes de Luzbel, servían a Luzbel (Judas 1: 9).  Están, por siglos y siglos, escritas en el antiguo testamento, las pruebas de como Luzbel, haciéndose pasar por Dios, los ponía a hacer el mal, como asesinar seres humanos en nombre de Dios, y ellos no se dieron cuenta que el Dios verdadero jamás los pondría a asesinar a otros seres humanos en nombre de Dios. La gran cantidad de asesinatos y masacres de pueblos enteros, en nombre del Dios de la vida, dan un testimonio que será bien apreciado con el paso de los tiempos. Por ningún motivo pondría Dios a sus hijos a asesinar persona alguna, ni siquiera los pondría a asesinar a sus enemigos. Con ninguna justificación el creador enviaría a ningún ser humano a matar a otro.  Todo aquel que sea de la sabiduría, entiende, en lo más profundo de su alma, que la vida humana nadie la puede tomar sin perder la entrada al Cielo (1ª de Juan 3:15). 
Luzbel es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él, según Jesús.  Todo homicidio es deseado y ordenado por Luzbel.  Asesinar seres humanos sucede todos los días sobre la Tierra, y el todo poderoso lo sabe y no detiene a los asesinos. Asesinar no es obra de los hijos de Dios, sino de los hijos de Luzbel.  El más grande engaño de Luzbel hacia el pueblo de Israel fue el inducirlos a matar en nombre de Dios
Por ese grande error diabólico, de asesinar personas en nombre de Dios “los siervos de Dios”, fue que Jesús, el hijo unigénito de Dios, vino en nombre de Dios y se dejó quitar la vida, para enseñarnos a dar la vida y no quitarla, y mucho menos en nombre de Dios.  De Jesús viene esa enseñanza que nadie además de Él pudiera dar, cuando dijo que no tengan miedo a los que matan el cuerpo, pues el alma nadie, además de Jesús, la puede matar.

5. Pruebas de la suplantación en el nuevo testamento.
También en el nuevo testamento, hay pruebas escritas de la suplantación diabólica.  Está escrito que Luzbel reclamaba a Moisés como su siervo, mientras que el arcángel Miguel también lo reclamaba como siervo de Dios, es decir trabajó engañado para Luzbel mientras trabajaba para Dios. Por eso se ve que mientras Dios le decía que no matara, Luzbel le decía que asesinara a millones de personas, para entrar a la tierra prometida (Judas 1:9) (Deut 2:34) (Deut 3:5-6) (Deut 7:2) (Deut 20:16-18).  Por ese fatal error, de asesinar personas en nombre de Dios, personas que Dios no mandó asesinar, es que Moisés no pudo entrar a la tierra prometida, en el reino de los Cielos (Deut 4:21-22).  El arcángel Miguel no insultaba a Luzbel, mientras contendía con él, sobre el cuerpo de Moisés, sino que decía: “que el Señor te reprenda oh satán.”
Están escritas las pruebas, de las veces que Luzbel se hizo pasar por Jesús, como el día que descendió del cielo como un rayo, para derribar y enceguecer al primer anticristo: Pablo.  Luzbel descendió del Cielo, descendió con poder de hacer prodigios, y además descendió autorizado por Dios, que todo lo ve, todo lo sabe y todo lo puede (Hechos 9:3-5).
En el nuevo testamento quedaron escritas en sus epístolas, todas las veces que el espíritu de Pablo, puso lazos y trampas a los cristianos, para ponerlos a prueba, a ver si se dejaban engañar por enseñanzas de hombres y las recibían como palabras de Dios, solo porque Pablo hizo milagros, a pesar de las advertencias de Jesús, que decían que el día del juicio, no pocos, sino muchos, profetas y hacedores de milagros, serán arrojados a la gehena del fuego.
No todos los que hicieron prodigios, los hicieron por ser siervos de Dios, sino que, por el contrario, la gran mayoría de los que hicieron milagros también eran siervos de Luzbel, y muchos de ellos lo ignoraban, porque eran siervos del Cristo, y siervos engañados de Pablo, a la vez.  La gran mayoría de los profetas, maestros, padres y pastores, serán arrojados a las tinieblas exteriores, donde habrá llanto y crujir de dientes, aunque hayan obrado milagros en nombre de Jesús (Mateo 7: 21-23).
                                                                                                          
6. ¿Nada sobra en las escrituras?
Los relatos, las veces que habló Luzbel haciéndose pasar por Dios, las profecías con errores, con las que se engañaron tantos, es prueba para el porvenir, todo quedó escrito, no fue olvidado. Los engañados, en realidad, no le creyeron a Jesús y a sus doce apóstoles.  Lo que buscaban aquellos que a sí mismos se engañaron con las enseñanzas de Pablo, eran sus propios intereses, no pensaron que era importante negarse a sí mismos, no le creyeron a Jesús cuando repitió tantas veces que era imprescindible negarse, crucificar la carne.
Por eso dijo Jesús que el Espíritu de la Verdad, que el Padre enviaría en nombre de Jesús, convencerá al mundo de pecado, porque no creyeron en Jesús.  ¿Quiénes eran los que debieron haber creído en Jesús?  ¿Los que no oyeron de Jesús?  ¿Los que Jesús no llamó?  Los que no creyeron en Jesús fueron los cristianos, que creyeron que las enseñanzas de Pablo eran palabras eternas de Dios y se fueron tras él, hacia la cautividad de la Gran Babilonia, su falaz y vano imperio espiritual. Esa es la explicación de esa frase de Jesús.
Hasta los escritos de Pablo, sobre sí mismo, están en las escrituras.  Está Pablo, escribiendo no con su verdadera identidad de anticristo, sino son su identidad de apóstol Pablo, con la cual se enmascara.  El anticristo Pablo escribió que el gran anticristo se manifestaría al final de los tiempos.  Y en verdad, solo al final de los tiempos se sabrá, para todos los pueblos, la verdadera identidad secreta del falso profeta, el anticristo Pablo, será descubierta su verdadera cara, será desenmascarado.  En ese momento, el anticristo Pablo, acusará a todos sus seguidores, el por qué se dejaron extraviar por simples opiniones humanas, a las cuales les dieron el valor de palabras sagradas de Dios mismo. En ese momento todas las palabras que hoy parecen sobrar en las escrituras revelarán el valor de su presencia en los libros llamados sagrados.

7.  Grandes sorpresas guardadas en las escrituras.
Grandes sorpresas, que nadie esperaba, están reservadas para el final de los tiempos.  Millones de seres humanos que son tenidos hoy por grandes santos, padres, líderes y pastores de la humanidad, serán humillados delante de toda la humanidad, por ser revelado que, engañados, fueron siervos de Luzbel y de Pablo.  Pero también, muchos que fueron perseguidos y murieron con sed de justicia, al final verán la recompensa, cuando el verdadero espíritu de Jesús, que ellos siguieron, sea reconocido, el día final. 
Según Pablo, en un instante, al final, seremos todos trasformados, porque de un instante a otro, por la revelación de la verdadera identidad de Pablo y por la revelación de la verdadera identidad de Luzbel como ángel sumiso de Dios, como el probador, toda la Iglesia de Jesús, de un instante para otro, será transformada de la ramera rebelde, adoradora de Jesús y de Pablo, en, fiel a Jesús y a nadie además de Jesús.

8. Jesús dijo a los judíos, que eran hijos de Luzbel.
Jesús dijo que los israelitas no eran hijos de Dios, sino de Luzbel. Obvio, Luzbel se hizo pasar por Dios y los indujo a hacer barbaridades en nombre de Dios. Despojaron, asesinaron, violaron, masacraron pueblos, y todo lo hicieron, inducidos por sus profetas, que les decían que adoraban a Dios si destruían la vida. Jesús les dijo que Luzbel (padre de ellos) es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad porque no hay verdad en Luzbel.  Según enseñó Jesús, cuando Luzbel habla la mentira, habla de lo suyo propio, porque Luzbel es mentiroso y Luzbel es el padre de la mentira.  Luzbel no se creó a sí mismo mentiroso, homicida y padre de la mentira. Fue creado así por Dios. Luzbel, a su vez, es el padre del personaje llamado Pablo. Que, coincidiendo con la otra trinidad, es el hijo, el que ha usurpado el lugar Jesús y ha hecho que las naciones digan que sus epístolas son palabras de Dios. Ha sido adorado en ello.
Pero no fue que Luzbel se volvió mentiroso por su propia cuenta, saliéndose del control de Dios, sino que así, tal como lo definió Jesús, padre de la mentira, fue creado Luzbel por Dios, para probar a los seres humanos.  Luzbel es llamado por Jesús el padre de la mentira, también por contraposición a Dios Padre, que es el padre de la verdad, y el Padre de Cristo.  Luzbel es el padre de la mentira, que es su espíritu, y es el padre de Pablo.  Ellos tres son la trinidad de la falacia, la trinidad de la mentira, porque su espíritu es engañoso, es la trinidad opuesta a la trinidad del Cielo.
Igual que Luzbel, Pablo también es mentiroso y es homicida, exterminador de cristianos, desde el principio. Pablo, en estos dos milenios, con sus enseñanzas sutilmente adulteradoras de la verdad, ha asesinado no ya los cuerpos de los cristianos, sino que ha asesinado silenciosamente, a miles de millones de almas humanas. No hay sobre la Tierra un hacedor de masacres de almas más grande. Pablo es el más grande asesino en serie de toda la historia de la humanidad.  Pablo, un israelita fariseo y además un sumiso ciudadano romano, presto a apelar al César para que juzgara su causa, donde quedó probado que su defensor no era Jesús, su esperanza no era Jesús.  Por lo que, si los israelitas son hijos de Luzbel, los cristianos que han seguido a Pablo también han sido hijos de Luzbel, sin saberlo. Igual que los israelitas, no lo sabían.

9. ¿Dios creó a la trinidad usurpadora para perfección de los humanos?
Si aceptamos que hay un creador de todo, entonces la trinidad del mal no se creó a sí misma.  Esa trinidad del error, trinidad de la oscuridad, trinidad de la niebla (las tinieblas), trinidad de la ignorancia, trinidad de las apariencias, trinidad de la falacia, no se creó a sí misma, tal cual es, no se creó de la nada, sino que fue creada por Dios, para que los seres humanos fuéramos libres de elegir entre varias posibilidades de vida, para que haya una trinidad que le proponga al ser humano otras variables aparentemente válidas, para que el hombre pueda decidir, tenga el libre albedrío. Esa trinidad es la garante del libre albedrío.
Esa trinidad de la mentira solo actúa en las mentes humanas, no actúa en el resto del universo. No obra la trinidad usurpadora sobre los planetas, ni sobre los ríos, ni sobre los mares, ni sobre los animales, ni sobre las plantas, para ponerlos a prueba.  Cuando un león caza y devora a un venado, no fue Luzbel, ni el león es malo.   Cuando explota un volcán o cuando hay un terremoto, o un huracán, Luzbel no estaba dañando la Tierra.  Cuando explota un planeta y se convierte en estrella, tampoco fue Luzbel.
¿Fue por amor a los seres humanos, que el creador de todo creó a la trinidad usurpadora, creando a Luzbel, el cual creó a Pablo su hijo de perdición y envía a su espíritu falaz en las palabras de Pablo? ¿fue para que ellos tres propongan senderos diferentes a los seres humanos?  Fueron creados senderos diferentes a los senderos de Dios, senderos falaces, senderos que parecen ser de Dios, que parecen ser buenos, para que los hijos de Dios puedan crear su propia vida, según deseen, hasta pudiendo ser rebeldes a Dios.  Si no fuera por la creación de la trinidad usurpadora y su influencia sobre todas las mentes humanas, los seres humanos no seríamos creadores de nuestra propia vida.  Nos faltaría el imprescindible libre albedrío para ser hijos de Dios, no probaríamos los frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal, lo cual nos hace semejantes a Dios. Luzbel, su hijo Pablo y sus palabras, esa trinidad que antes no se veía, pero ahora sí, es un regalo de Dios para toda la humanidad.

10. A todos los humanos les son ofrecidos el bien y el mal.
Aunque no lo desee, todo ser humano prueba de los frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal, aquel árbol que supuestamente comieron Adán y Eva en el Paraíso.  A todo ser humano sobre la Tierra, por orden de Dios, le es presentado tanto el bien como el mal, y todo ser humano debe decidir qué es bien y qué es mal.  Las más de las veces, el mal se disfraza de bien, aparenta ser el bien, es falaz, haciendo que sea toda una ciencia saber diferenciar lo bueno y lo malo. Por eso el creador la llamó la “ciencia del bien y del mal.  Hay innumerables espíritus impostores tratando de inducir a engaño a la humanidad, y la humanidad en masa se extravía a sí misma con ellos. Así fue anunciado por Jesús y sus apóstoles.
Son tres las proposiciones que del árbol de la ciencia del bien y del mal, recibe todo ser humano a la vez: El mal disfrazado de bien; también le es propuesto el mal, tan malo como es; y finalmente también le es propuesto a todo ser humano el bien, no se le propone el bien disfrazado de mal, porque el bien no se disfraza de mal.
Los ángeles que suplantaron a Dios en el antiguo testamento eran probadores descendidos del Cielo.  Esas visiones de ángeles que vieron los patriarcas y los profetas, antes de la venida de Jesús, estaban autorizados por Dios para hacer la tarea de probar, haciéndose pasar por Dios, dándoles a los seres humanos órdenes que Dios no daría, unidas a órdenes que Dios sí daría, para así dar al hombre el libre albedrío, de decidir entre lo bueno y lo malo, libertad absolutamente necesaria para ser hijos de Dios, superiores a los ángeles, que no viven el dilema de reconocer el bien y el mal
Todo ser humano tiene el dilema de reconocer por sí mismo, cuales obras son de Dios y cuales obras no son de Dios, sino que son falacias, errores, o imposturas, esos son los frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal.  Ni un solo asesinato es orden de Dios.  Jamás algunos seres humanos, que sean hijos verdaderos de Dios, asesinarán a otros seres humanos en nombre del Dios de la vida, es una contradicción en sí mismo, es un absurdo.  Todas las veces que los israelitas fueron enviados por los profetas a asesinar seres humanos en nombre de Dios, todas las veces que esos mismos profetas, con sus propias manos, asesinaron reyes y asesinaron a sus enemigos, no era Dios el que les había hablado, sino Luzbel, haciéndose pasar por Dios, poniéndolos a prueba, a ver si se dejaban engañar.  Y cayeron en el engaño, hasta los más grandes profetas y estudiosos de todos los tiempos, con muy contadas excepciones.


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