81. Esa trinidad es la prueba desoladora que vino sobre la Tierra (Mateo 24:4-29).

81. Esa trinidad es la prueba desoladora que vino sobre la Tierra (Mateo 24:4-29). 
Por esa trinidad, es que cuando llegamos a la tierra, hallamos tanta mediocridad, tanta destrucción, tanto fracaso, en medio de todas las sectas y denominaciones que han surgido en el cristianismo mundial.  La trinidad usurpadora fue enviada desde el Cielo, descendió del Cielo, no se formó sola, sin la autorización de Dios, ni ascendió del infierno, sino que descendió del cielo, autorizada por Dios, para probar a todos los moradores de la Tierra.
Solo cuando se consumó el ministerio de Pablo, se perfeccionó la prueba que había de venir sobre todos los habitantes de la Tierra.  En el momento que Luzbel desciende como un rayo y le habla a Pablo, en ese momento la trinidad usurpadora, inició su tenebroso reinado temporal sobre la faz de la Tierra.  Durante el reinado de la trinidad usurpadora, mientras sean adoradas, como de Dios, las enseñanzas de Pablo, durante estos dos mil largos años, Jesús, el Cristo de Dios, no ha reinado plenamente en las mentes de los cristianos y así fue decidido por Dios, que vinieran los tiempos de las naciones, sobre el cristianismo, tiempos de nubes, tiempos de la niebla, cuando la palabra de Dios sería pisoteada y traspasada.
Tiempos durante los cuales a la bestia y al falso profeta, que hace señales delante de ella, que es Pablo, se les dio poder para hacer la guerra a los santos, que son los doce apóstoles de Jesús, y vencerlos espiritualmente, durante los tiempos de las naciones, tiempos opacos, tiempos de falacias, tiempos de suplantación, tiempos del impostor, tiempos del falso profeta, que ha hecho señales y prodigios delante de la bestia, y con ellos ha extraviado a los habitantes de la tierra, en fin, tiempos de la abominable desolación instalada en el lugar que no debe.
Pero vendrá el milenio del reinado de Cristo, cuando la trinidad usurpadora sea atada por mil años (Apocalipsis 19:19-21 y 20:1-3).  Al fin la verdad será dicha, al final se sabrá la verdad y será reconocida por sus hijos.  Será al fin la libertad para todos los cautivos, los secuestrados de la Gran Babilonia, cuando sea removida la trinidad usurpadora que es la abominable desolación que ha usurpado el lugar santo.  En estos dos mil años todas las mujeres que criaron hijos cristianos, los criaron para ser prisioneros de la Gran Babilonia, la ramera, que estando desposada con el Cristo, le era infiel al Cristo con las falaces enseñanzas de Pablo, el falso profeta, aceptando la iglesia de las naciones, la iglesia de Babilonia, las enseñanzas de un simple ser humano, como si fueran palabras de Dios, menospreciando al hijo de Dios, al querer tomar sus enseñanzas celestiales, como iguales a las enseñanzas de Pablo. Que gran masacre de almas y nadie podía detenerla.


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