272. Juan debe aparecer con un librito abierto.


272. Juan debe aparecer con un librito abierto.
Juan recibió ese librito abierto, de las manos de un ángel y se le dijo: “Es preciso que de nuevo profetices a los pueblos y lenguas” (Apocalipsis 10:11).  Con esa profecía, Juan debe reconstruir el templo de las verdades de Jesús y sus doce apóstoles, que fue destruido por Pablo, con sus enseñanzas.  Las verdades que se dirán sobre el cristianismo no serán diferentes a las enseñanzas de Jesús y su doce apóstoles. Solo que ya no serán más reverenciadas las enseñanzas de Pablo, como palabras de Dios. Y esa sola diferencia hará que los cristianos vean la luz de la palabra de Dios. No la verán como un reflejo que ven unos prisioneros, en una cueva de ignorancia, por causa de unas falacias que vendan sus ojos. Sino que estarán frente a frente ante la presencia de Dios en sus cuatro evangelios, en sus escrituras sagradas. Verán la luz, no un reflejo engañoso.  No solo le es dado un librito abierto, sino que Juan recibe la orden de volver a profetizar, volver a enseñar la verdad de Jesús, la verdad traspasada.


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