195. Los cuatro evangelios son como los cuatro que portaban el arca.
El arca de la alianza, donde se conservaban los testimonios de la alianza entre Dios y el pueblo de Israel, la llevaban cuatro personas. No podían ser más de cuatro, ni menos de cuatro. Ellos portaban el arca de la alianza, pero no podían tocarla, solo la portaban. Alguna vez uno de los portadores resbaló y se apoyó en el arca e inmediatamente pereció. Los portadores eran solo los portadores de ese tesoro. Así como los cuatro evangelistas, sus personas, solo son los portadores de este tesoro celestial. No son más que esto.
Este del arca de la alianza llevada por cuatro, es un símbolo de los cuatro vivientes, que son los portadores eternos del testimonio de Jesús, que es la nueva alianza entre Dios y toda la humanidad. En medio de los cuatro portadores de esa arca espiritual está Jesús, el cordero degollado. Nadie además de los cuatro vivientes es portador del testimonio eterno de Jesús. Las enseñanzas de nadie más tienen ese valor sagrado y eterno. Los cuatro evangelios son los cuatro cuernos del poder que hay en ese altar, es decir: los cuatro evangelios son los cuatro conos del conocimiento de Dios.
Los cuatro vivientes fueron vistos alrededor del trono de Dios (Apocalipsis 4: 6), y en medio del trono y de los cuatro vivientes fue visto el cordero eternamente (Apocalipsis 5:6). Es absolutamente necesario llegar a los cuatro vivientes, para conocer a Dios, es absolutamente necesario reconocer que nadie además de los cuatro vivientes es imprescindible para conocer a Dios. Quien desee conocer a Dios no puede desconocer a los cuatro evangelios. Porque en nadie además de los cuatro evangelios vive el testimonio de Jesús, por los siglos de los siglos. Sin pasar por los cuatro evangelios es imposible acercarse a Dios. Cuando el Padre te lleva a donde Jesús, es a los cuatro evangelios a donde Dios Padre te lleva, para que en los cuatro evangelios halles a Jesús.
Las enseñanzas de Pablo son un velo tendido sobre toda la humanidad para probarla. Esas enseñanzas de Pablo no dejan ver la importancia de los cuatro testigos, que son los cuatro querubines, que son los cuatro evangelios. Todo el que vea a Jesús, al de los cuatro evangelios, no se dejará extraviar de Pablo. Teniendo a los cuatro evangelios, no necesitas que alguien te guíe hacia Dios, a nadie necesitas, porque los cuatro evangelios te llevan directo a Jesús, a su presencia, en el trono de Dios, ellos te presentan inmediatamente a Dios mismo, en persona. Los hombres te pueden dar a conocer solamente el Jesús que hay en los cuatro evangelios, no pueden darte los hombres a conocer a otro Jesús, pues no hay otro Jesús, sino el de los cuatro evangelios. La suma de los cuatro evangelios es Jesús.
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