202. Nadie sobre de los doce.
Ni en sabiduría, ni en autoridad, ni en gobierno, absolutamente nadie está por sobre los doce apóstoles de Jesús. Y nadie está a la par de ellos doce. Dijo Jesús: yo en ellos y tú, Padre, en mí, para que sean uno, así como nosotros somos uno, y vean mi gloria que tú me diste (Juan 17:20-22). Nadie además de Jesús, entre todos los seres humanos, puede poner la autoridad de sus palabras, por encima de las palabras y enseñanzas de los doce ni puede decir que sus enseñanzas valen lo mismo que las de los doce.
Nadie puede burlarse de ellos doce, nadie puede desestimarlos a ellos doce, nadie puede ignorarlos a ellos doce, si desea hallar la verdad. Todo aquel que siga el ejemplo de Pablo desestimando a los doce apóstoles, pierde el cristianismo, se extravía del sendero. Pablo ha dicho de sí mismo, por dos mil largos años, que él es apóstol, con una autoridad superior a la de los doce, y por aparte de los doce, y que por lo tanto él, no tiene que sujetarse a los doce. Luego dice que se sujeta por voluntad propia, con lo cual parece que acepta la autoridad de los doce. Pero en realidad estaba haciendo con esto, que los seres humanos crean que los doce son inútiles, inoperantes, innecesarios. Está diciendo que uno puede pasar por alto a lo doce apóstoles. Esa es una de sus estrategias, para probar a todos los habitantes de la Tierra.
Nadie sobre la tierra ha tenido, o ha recibido de parte de Dios, lo que a los doce apóstoles les fue dado. Entre esos doce, jamás ha sido hallado Pablo. Ellos doce recibieron las enseñanzas de Jesús mismo, en persona, manifestado para esos doce apóstoles, durante tres años seguidos, en los cuales fue su único Maestro. Nadie además de ellos doce ha tenido ese Maestro en esa forma, ni ha sido elegido por ese Maestro en esa forma, ni ha sido llamado por ese Maestro, con el nombre de apóstol. Durante tres años El Maestro los protegió, los sostuvo y les ayudó en todo.
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