240.
En Babilonia el anticristo tiene autoridad.
Pablo
ese ese Nabucodonosor, rey de Babilonia, que tomó cautivo al pueblo de Dios. En
la iglesia de Roma (Babilonia), uno que no es Dios, un ciudadano romano, ha
sido elevado a la categoría de Dios. Es adorado, como adoraban al César. Por
siglos, al leer las epístolas de Pablo, los cristianos, al terminar rezan que
esto que leyeron es palabra de Dios.
Adorar a un hombre es ser idólatras.
La
de hoy es una iglesia ramera porque está con el Cristo y también está con las
enseñanzas de Pablo. Aceptando las enseñanzas de un simple ser humano, como si
fueran verdaderas palabras de Dios. Es
una iglesia idólatra porque adora, como sagradas, todas las palabras y
enseñanzas de un simple ser humano. Uno que en algunos momentos de su vida y en
algunas de sus enseñanzas, fue inspirado por el Espíritu de Jesús. Pero
solamente en algunos momentos y en algunas enseñanzas, como todos los demás
cristianos.
En
toda la Tierra, bajo la influencia de la iglesia de Roma, con todas las
denominaciones disidentes, todos los días, se enseñan algunas pocas palabras de
Jesús, mezcladas con antiguo testamento, y enseñanzas de Pablo. Están amparadas
por una frase (2ª a Timoteo 3: 16-17), que proclama un supuesto igual valor de
todas las escrituras y de todas las palabras y enseñanzas que se leen en el
conjunto de libros llamado, la Biblia.
Sutil tropezadero ese, de la supuesta igualdad sagrada, de las palabras
de todos los profetas, haciéndolas palabras de Dios todas. Error inducido por Pablo
en sus epístolas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario