244.
¿El mal y el bien, juntos en Roma, igual que en el Paraíso?
A
todo ser humano le es propuesto el mal y el bien, el error y la verdad. Nadie
está libre de esta prueba de su mente, para que toda persona elija su propio
destino. Con Pablo, llega el error
primero a las naciones dentro del cristianismo. Mientras las personas no lo
vean como posibilidad de error, ni siquiera piensan que lo es. Si la verdad y la perfección le son
presentadas primero a la mente humana, el error y la imperfección ni siquiera
serán considerados por las mentes. Así que para que el error tenga una
oportunidad en las mentes debe ser presentado antes que la verdad. El error es
presentado no como error sino como verdad.
Igual
que sucedió en el paraíso. Al hombre el es presentado el bien y el mal, en el
cristianismo, sigue el mismo dilema. Pero la gran mayoría da por hecho que al
llegar al cristianismo no le será propuesto el mal, solo el bien. Allí es donde
la falacia halla su más sutil expresión. Está la iglesia ramera, la que acepta
como de Dios las palabras de Pablo y está la iglesia virgen, la que solo acepta
como palabras de Dios las de Jesús. La virgen está secuestrada por la ramera.
Las dos iglesias en una. Muy difícil de delimitarlas. La línea que las divide
es negarse a aceptar palabras humanas como palabras de Dios.
Luzbel
y Pablo, es la estrategia dispuesta para que podamos elegir, para que tengamos
varias opciones, varias voces entre las cuales escuchar y podamos seguir la que
deseemos. Luzbel ha creado a su “apóstol” y lo ha guiado hacia Roma, al lado
del apóstol Pedro. Todos terminan eligiendo entre la puerta amplia con Pablo y
la puerta estrecha con Pedro. Así se perfecciona el libre albedrío de todos. La
puerta y el camino amplios no son el mundo. En el mundo no hay este camino a Dios.
Cuando Jesús dijo entrad por la puerta estrecha se refería a evitar entrar por
las propuestas de Pablo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario