266.
Jesús enseñó sobre portadores de espíritus.
“Cuando
el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso
y no encuentra reposo. Entonces dice: 'Volveré a mi casa de donde salí'; y
cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. Entonces va, y toma consigo otros siete
espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de
aquel hombre resulta peor que el primero.
Así será también con esta generación perversa" (Mateo 12:
43-45).
Algunos
espíritus son bondadosos, pero otros son perversos, según enseñó Jesús.
Jesús
expulsó siete espíritus de la magdalena, y el endemoniado de Gerasa tenía una
legión de espíritus. Además, el espíritu de Elías vivía en Juan el bautista,
sin que Juan supiera que él era Elías.
Se entiende entonces que los espíritus que habitan en seres humanos son
espíritus de otros seres humanos. No espíritus puros malignos, ni espíritus de
animales, ni espíritus de plantas, son espíritus de seres humanos. Según Jesús es normal que los humanos sean
portadores de espíritus, portadores de almas.
Los espíritus moran en personas que les son afines por sus obras. Por
tanto, si alguien obra el bien, portará espíritus obradores del bien, pero si
alguien obra lo malo, portará espíritus afines a sus obras. Pero ¿Dónde moran
los espíritus? ¿En los cuerpos o en las mentes?
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