275.
Id por todo el mundo, predicando el evangelio.
El
que creyere y fuere bautizado, se salvará, pero el que no creyere se condenará,
según dijo Jesús (Marcos 16: 15-18).
Obviamente creer en Jesús no es solo decir que se cree. Pues creer en
Él, es hacer lo que enseñó Jesús que se debe hacer. Empezando por oír la voz de
los demás profetas y predicadores, pero no dándoles el atributo de ser palabras
de Dios. Pues solamente las enseñanzas de Jesús son palabras de Dios. Y Jesús
con nadie comparte su gloria. Si alguien va por el mundo enseñando palabras
humanas de Pablo, eso no es el Evangelio.
Según
Jesús, las enseñanzas de los demás seres humanos solo son pasajeras opiniones
humanas, con errores y verdades juntos. Es absolutamente necesario dejar de
lado como palabras de Dios, las enseñanzas de Pablo, para poder servir de
verdad al evangelio de Jesús.
Si
alguno me sirve que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi
servidor. Si alguno me sirve, mi Padre
le honrará (Juan 12: 20-26). Así enseñó
Jesús, cuando unos gentiles griegos deseaban conocer, de cerca, a Jesús y se
arrimaron a Felipe, a ver si Felipe los llevaba adonde Jesús. En esos gentiles griegos, estaba representada
la iglesia de Jesús de todos los pueblos, de todas las naciones. Gentiles a los
cuales fue enviado el apóstol Pedro y a los cuales ha extraviado Pablo, enviado
por su padre Luzbel, para ponerlos a prueba.
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