92. Con las falacias de la trinidad usurpadora se engañaron millones de inteligentes.
La trinidad usurpadora engañó a grandes maestros y estudiosos de la palabra. Todas estas falaces enseñanzas de los maestros y teólogos mundiales, sobre el supuesto enfrentamiento que hay del mal contra el bien en el universo, haciéndonos creer que hay un poder maligno disputándole el control del universo a Dios, no nos lo enseñaron los ignorantes del mundo y los más atrasados. Nos enseñaron, todas esas falacias, los que han pasado por ser los más grandes maestros del cristianismo, maestros de todos los cristianos de la tierra, y de todos los tiempos, los más grandes escritores, los más grandes tratadistas, los más grandes teólogos, tanto católicos, como ortodoxos, como los de la reforma protestante. Casi nadie se ha salvado de estos engaños de la trinidad usurpadora. La humanidad entera ha sido seducida por las falaces enseñanzas de Luzbel y de su hijo Pablo, enseñanzas sutilmente adulteradas, que dieron luz a millones de errores, de sus extraviados seguidores y que forman un río, una inundación, un maremoto de mentiras, creadas para que los humanos sean extraviados de la sabiduría del Padre, de su hijo Jesús y del Espíritu de la verdad, para que la humanidad sea probada, con el padre de la mentira, con el hijo de la mentira y con el espíritu de la mentira, según el sabio designio de Dios.
La trinidad usurpadora engañó a grandes maestros y estudiosos de la palabra. Todas estas falaces enseñanzas de los maestros y teólogos mundiales, sobre el supuesto enfrentamiento que hay del mal contra el bien en el universo, haciéndonos creer que hay un poder maligno disputándole el control del universo a Dios, no nos lo enseñaron los ignorantes del mundo y los más atrasados. Nos enseñaron, todas esas falacias, los que han pasado por ser los más grandes maestros del cristianismo, maestros de todos los cristianos de la tierra, y de todos los tiempos, los más grandes escritores, los más grandes tratadistas, los más grandes teólogos, tanto católicos, como ortodoxos, como los de la reforma protestante. Casi nadie se ha salvado de estos engaños de la trinidad usurpadora. La humanidad entera ha sido seducida por las falaces enseñanzas de Luzbel y de su hijo Pablo, enseñanzas sutilmente adulteradas, que dieron luz a millones de errores, de sus extraviados seguidores y que forman un río, una inundación, un maremoto de mentiras, creadas para que los humanos sean extraviados de la sabiduría del Padre, de su hijo Jesús y del Espíritu de la verdad, para que la humanidad sea probada, con el padre de la mentira, con el hijo de la mentira y con el espíritu de la mentira, según el sabio designio de Dios.
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