103. Luzbel acusador de los que él derrotó (Apocalipsis 12:10).
Porque a los vencedores de sus pruebas Luzbel no los puede acusar. Y no es que Luzbel a los vencedores no los haya logrado engañar en ni una prueba. Obvio que todos hemos fallado, errado, pecado, pero algunos pocos lograron superar los extravíos de Luzbel. Los vencedores no son impolutos, son vencedores al centrarse en la verdad y dejar de lado los errores de Luzbel y de Pablo. Al incitar Luzbel al engaño y lograrlo en la mayoría de las mentes, y luego acusarlas, está haciendo a la perfección el trabajo que Dios le ordenó hacer.
Porque a los vencedores de sus pruebas Luzbel no los puede acusar. Y no es que Luzbel a los vencedores no los haya logrado engañar en ni una prueba. Obvio que todos hemos fallado, errado, pecado, pero algunos pocos lograron superar los extravíos de Luzbel. Los vencedores no son impolutos, son vencedores al centrarse en la verdad y dejar de lado los errores de Luzbel y de Pablo. Al incitar Luzbel al engaño y lograrlo en la mayoría de las mentes, y luego acusarlas, está haciendo a la perfección el trabajo que Dios le ordenó hacer.
Es tan astuto Luzbel, que para que los seres humanos hablen del bien y enseñen el bien, los pone a hablar contra el mal. Por lo que terminan creyendo los seres humanos, que el bien y el mal están unidos, que son paralelos , que no son opuestos. Para predicar la santidad, los predicadores, pasan más tiempo hablando del pecado, estudiando el pecado, conociendo a fondo los pecados, haciendo listas de pecados, convenciendo al pueblo de lo pecadores que son, humillando al pueblo, acusando al pueblo de pecado, haciendo denuncias de los pecados ocultos de los sacerdotes, de los pastores y de los ministros, y cuando terminan su larga lista de acusaciones y estudios de los pecados, cuando ya tienen a los cristianos, a las ovejas, sufriendo, acusados, conscientes de que no podrán vencer, están seguros que hablaron del bien y de la santidad.
La mayoría de los predicadores, creyendo que le sirven a Dios, al ser acusadores, son siervos de Luzbel, porque Dios no acusa a sus siervos, Dios no avergüenza a sus siervos, Dios es misericordioso con sus siervos, Dios no los humilla. Pero el que estudia la maldad de los seres humanos, el que está muy interesado en los pecados, como son, es el acusador. Luzbel juega con los líderes, los vuelve acusadores, y la mayoría de los líderes no apacientan a las ovejas, no las limpian, no las aceptan, sino que, por el contrario, las atormentan.
Cuando en el cristianismo alguien hace caso omiso de los errores de otro, cuando unos cristianos no hablan ni denuncian los pecados de los demás, los extraviados seguidores de Pablo creen que eso es encubrimiento, que esto hace por maldad. Porque basados en los engaños sutiles de las falaces enseñanzas de Pablo, terminan siendo como Luzbel y su hijo, Pablo, denunciadores y acusadores del mal de los demás, andan sacando la paja del ojo de los demás, redarguyendo a los demás, regañando a los demás. Las falaces enseñanzas de Pablo han sido muy poderosas para extraviar en esto de juzgar a los demás y acusarlos durante estos dos mil años.
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