182. Negación de Lucas.

182. Negación de Lucas.
Lucas escribió el evangelio de Jesús como un evangelio de autor desconocido, sin firma alguna.  Se sabe que este tercer evangelio, el del viviente con rostro de toro, lo escribió Lucas, por sus semejanzas de estilo con el libro de los hechos de los apóstoles, pues ambos libros los dedica el mismo escriba, a un supuesto discípulo, llamado Teófilo, que quiere decir, el que tiene sed del conocimiento de Dios. 
Los dos libros son de la misma persona, porque les da los nombres de primer libro sobre el testimonio de Jesús y segundo libro sobre los hechos de algunos apóstoles.  Libro este de los hechos de los apóstoles, que no es un evangelio de Jesús, ni está delante del trono de Dios por la eternidad, como sí lo está el primero de los dos libros, el evangelio de Jesús según Lucas.
Lucas no firma el evangelio de Jesús con su nombre, ni se cambia de nombre, ni pone un seudónimo. Solo en el prólogo habla en primera persona, anónima, para narrar por qué, siendo un gentil, alguien ajeno al pueblo de Israel, está escribiendo una historia de judíos, tan importante para la humanidad.  Lucas fue a la fuente misma de los hechos del Mesías, con todo el respeto que el Señor merece de las criaturas que llegan a conocerlo.  Lucas escribe con fidelidad, la verdad expresada a él, por los que fueron testigos oculares de estos hechos y a la vez ministros de la palabra, es decir tuvo que hablar con la madre de Jesús y con los doce apóstoles verdaderos de Jesús (Lc 1: 1-4). Pablo contrario a esto dice que “su evangelio” lo recibió de Jesús y no necesitó a las personas que Lucas dice haber entrevistados.(Gálatas 1:11-12).
El segundo libro de Lucas, el de los “hechos de algunos apóstoles”, es un libro humano, inspirado por el espíritu de Jesús, que indica la vida de los primeros apóstoles, unos verdaderos y otros no tan verdaderos.  El libro de los hechos ha quedado como testimonio de las obras y enseñanzas de Pablo, para que las naciones, vean cómo fue que se infiltró, con cuales falacias ha seducido a las naciones y las ha extraviado. Si alguien lee los cuatro evangelios y no lee el libro de los hechos de los apóstoles, no pierde a Jesús y ese conocimiento le es suficiente para seguir a Jesús. El libro de los hechos no es imprescindible, como sí lo son los cuatro evangelios.



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