278. Sobre las muchas y repetidas oraciones.


278. Sobre las muchas y repetidas oraciones.
Luego que Jesús dijo que no orasen con vanas repeticiones, Pablo en sus escritos dice que estén constantemente orando a Dios por su propia voluntad. Que lo hagan una y otra vez como si Dios no hubiera oído. Jesús dijo que el Padre sabe lo que todos los seres humanos, uno por uno, necesitan, sin necesidad de que alguien le pida. Pues el Padre, aunque nadie le pida, a todos da las provisiones justas para sus necesidades. A malos y buenos por igual.  Fue Jesús, no cualquier profeta, el que enseñó que los que crean de verdad, confían que el Padre da a todos lo que necesitan. Que no es por mucho repetir oraciones que Dios los va a oír. 
Es Jesús quien sugiere a sus discípulos que oren pidiendo que venga el reino de Dios. Que pidan a Dios perdón por los errores cometidos. Eso sí es imprescindible que sea pedido, según Jesús.  Es Jesús quien enseñó que los seguidores del sendero de la verdad pidan el Espíritu de Jesús. Que no estén haciendo peticiones pequeñas. Pues de todo lo demás Dios mismo se encarga. Que siempre todo ser humano recibe más de lo que merece y más de lo que necesita. Puesto que la justicia de Dios tiene un elemento llamado misericordia. Jesús dijo que la misericordia se gloría de ser superior al juicio. Por tanto, superior a la justicia, que es lo mismo.
Los cristianos pueden percibir serenos y confiados, que el poder de Dios está dirigiendo el universo entero a la perfección.  Pero los seguidores de Pablo se preocupan, pues Pablo les hace ver que el universo está mal. Que la humanidad se está perdiendo por culpa de los que no oran. Que es necesario hacer el trabajo de Dios, recordándole a Dios que es lo que deseamos que Él haga y lo que Él debe hacer.  Las enseñanzas de Pablo pierden la fe de sus seguidores en el poder, en la sabiduría y en la presencia de Dios.
Pablo, para sus seguidores, esas enseñanzas de Jesús, en sus vastas epístolas. Diciendo que, si no oran, entonces no van a recibir el bien, sino el mal de Luzbel. Que, si no oran, Dios va a permitir el mal sobre el mundo. Que depende de los seguidores de Pablo, recordarle a Dios que no debe permitir a Luzbel hacer lo malo. Sino recordarle lo bueno que Dios debe ordenar hacer. Que, si oran mucho los seguidores de Pablo, las naciones tendrán paz. Pero si los seguidores de Pablo no oran, entonces las naciones tendrán guerra y será culpa de los seguidores de Pablo.
En sus muchas instrucciones sobre la oración, Pablo, dice que, si no es por las oraciones de los cristianos, Dios permitirá el mal sobre la humanidad. Que, por lo tanto, es responsabilidad de los cristianos esforzarse mucho orando. Que no es, entonces, como Jesús dijo, que los cristianos pueden descansar en Él, confiando en su absoluto poder y en la bondad del poder de Dios.  Dice Pablo a sus seguidores, que sufran temiendo que el mal se va a infiltrar, por donde ellos menos piensan. Y se infiltró en Pablo, por dónde menos se lo esperaban. Dice a sus seguidores, que no es como dice Jesús, que todo lo que sucede, Dios lo autoriza en su sabiduría, justicia y bondad.  Dice Pablo, que los seguidores del sendero de la verdad no pueden estar tranquilos, que no pueden descansar.
Es por esa confianza en el poder de Dios, que los seguidores de Jesús no tratan de manipular la historia de la humanidad, con sus deseos y con sus oraciones.  Fue mucho el daño que hizo Pablo, no con sus enseñanzas verdaderas, sino con sus falaces enseñanzas. Las cuales han sido infiltradas entre las enseñanzas de Jesús. Falacias que escribió Pablo a las naciones para extraviarlas.  Jesús dice, a sus seguidores, que confíen en que se haga la voluntad del Padre. Pero Pablo dice, a sus seguidores, extraviados del sendero de la verdad, que le digan al Padre cual es la voluntad que debe hacer.  Las naciones andan como enloquecidas, agitadas, sin confiar en Dios. Las naciones creen que deben recordarle a Dios sus deberes, debido al extravío de las falaces enseñanzas de Pablo.


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