134. El anticristo es idolatrado.


134. El anticristo es idolatrado.
El anticristo ha sido, es y será idolatrado. Miles de millones de hombres, mujeres y niños ya adoran a Jesús, pero también adoran a Pablo.  Por dos mil años, los cristianos, cautivos de los errores de la gran Babilonia espiritual, la de las falaces enseñanzas de Pablo, han estado siguiendo las enseñanzas de Jesús y las enseñanzas de Pablo a la vez, como si sus palabras tuvieran el mismo valor. 
Pablo ha sido, es y será venerado en altares idolátricos, hasta el día final, pues siempre que las palabras de un ser humano sean adoradas como palabras de Dios, eso es idolatría.  Pablo ha conseguido subirse a los altares, aún a costa de su propia vida.  Los hombres lo han adorado, y en sus mentes han dado por hecho que, si Pablo dio la vida y sufrió por el nombre de Jesús, es un profeta genuino de Jesús.  No han puesto a prueba su espíritu, no han desconfiado de una sola de sus palabras, aunque a la luz de las palabras de Jesús y de los doce apóstoles de Jesús, las enseñanzas de Pablo contradigan a las enseñanzas de Jesús en varios puntos.
Si el hijo de Dios dio su vida, si su sangre fue derramada, para salvar, para dar vida eterna a miles de millones de almas, así mismo el hijo de Luzbel, el hijo de la perdición también dio su vida, fue degollado, como el cordero de Dios, su sangre fue derramada en Roma, para extraviar de la vida eterna, a miles de millones de almas. Con esa prueba, Pablo garantiza que todo cristiano sobre la faz de la Tierra, sea probado hasta lo más profundo de su capacidad de pensar y decidir. Con la presencia y las enseñanzas de Pablo adentro del cristianismo, el libre albedrío de los cristianos está plenamente garantizado, pues a todos los cristianos, adentro mismo del cristianismo, les son propuestos, el bien verdadero y el bien aparente, que son las falacias de Pablo, las cuales son necesarias para ser probados y aprobados los cristianos. 
Si no es con padecimientos, con prodigios y con grandes sacrificios, dando todo su tiempo, y aun dando su propia vida por Jesús, siendo degollado, como Jesús, siendo su sangre derramada igual que la de Jesús, si no es así Pablo no sería elevado a los altares, ni ocuparía el lugar de privilegio, de inmunidad y de impunidad, que necesita para su obra de perdición de gran parte de la humanidad, para extraviar a los seres humanos que no busquen de corazón a Jesús, porque así fue establecido por Dios.


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