238. Roma no es la virgen, es la ramera.


238. Roma no es la virgen, es la ramera.
Pablo en Roma tiene a la verdad secuestrada, la tiene prisionera, pues los seres humanos, seducidos, se extravían en pos de sus palabras. Reciben las enseñanzas de Pablo como si fueran las palabras de Dios, iguales según ellos, en toda autoridad, valor y eternidad, a las palabras de Jesús. Esa es la abominable desolación en el lugar que no debe.
La iglesia romana es la amante, la concubina de Pablo, aquella que está ebria de sus enseñanzas. Esa iglesia que cabalga la bestia que es Roma, se ha bebido la sangre de millones de almas de seres humanos.  La iglesia del césar espiritual en Roma pisotea la verdad. Esa Roma son los gentiles que pisotearán el atrio entregado a ellos, extraviados por las enseñanzas de Pablo. 
A la iglesia de Pablo, (que es el mismo falso profeta), le fue dado del Cielo hacerle la guerra a la mujer, a la Iglesia virgen y pura, a la Iglesia de los doce apóstoles de Jesús. Le fue dado a la iglesia de Pablo, hacer la guerra a los santos y vencerlos, uniéndole a la Iglesia virgen, las palabras de Pablo. Así ha suplantado esa iglesia ramera, a la Iglesia virgen verdadera, aquella a quien tiene cautiva, prisionera. Pero la iglesia virgen, vuela lejos con sus dos alas de águila(Juan) para ser protegida mientras pasan los tiempos de la ramera.


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