247. La verdad estaba preparada para la cautividad en Babilonia.


247. La verdad estaba preparada para la cautividad en Babilonia.
“El que está destinado para la cautividad, a la cautividad irá, y que el que está destinado a morir por la espada, por la espada morirá. Ahí está la paciencia y la fe de los santos”(Apocalipsis 13:10). El cristianismo estaba predestinado para la cautividad en Roma. Estaba predestinado a que nadie pudiera salir de la religión romana, sin perder la verdad, sino cuando de dieran los tiempos establecidos por Dios.
Dice la escritura que muchos israelitas trataron de escapar de Babilonia, por su propia fuerza. Pero nadie pudo salir antes del tiempo decretado por Dios.  Todos los que pretendieron evadirse de Babilonia, fracasaron.  Todo eso sucedió no por capricho, sino como aviso a todos los cristianos. Por miles de años han estado cautivos, de las palabras de Pablo, romano, israelita y fariseo.  La cautividad del cristianismo en la Babilonia espiritual ha sido padecida mientras se cumple el plazo dado por Dios a las naciones, para que lleguen a conocer su nombre.
La cautividad de los doce apóstoles de Jesús y su iglesia secuestrada por las enseñanzas Pablo (el anticristo), ya está por terminar. En la Babilonia del pueblo de Israel, cuando se cumplieron los tiempos, el rey Ciro, mandó a llamar a Zorobabel, gobernador de los judíos y también hizo llamar a Josué, sumo sacerdote de Israel. Cuando ellos dos se presentaron delante de Ciro, él les dijo que podían tomar de los tesoros de Babilonia cuanto necesitaran para reconstruir el templo de Jerusalén. El templo había sido arrasado durante la cautividad, quedaban solo quedaban los cimientos del templo, su piedra de base, su “Pedro” de ese entonces.
Ciro, les dijo que el Dios de ellos lo había puesto ahí para ayudarles en esa misión. Para que salieran en paz y pudieran reconstruir el templo. Para que ocuparan de nuevo su tierra. El pueblo de Israel había llegado al final de su larga cautividad. Ciro les ofreció a Zorobabel y a Josué, la protección de los ejércitos de Babilonia, para que pudieran llevar término la misión. Esta tarea les fue encomendada por el rey de Babilonia, por orden de un Dios al cual el rey Ciro no conocía.  El Dios de Israel, ungió en Babilonia, a un rey pagano para que liberara en paz al pueblo de Israel.  Todos estos sucesos, según Pedro, el grande, no el menospreciado por Pablo, han de darse en el cristianismo, cautivo ahora en Roma, en la Gran Babilonia espiritual (1 Pedro 5:13).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario